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Dos agentes del 911 de la provincia de Tucumán fueron aprehendidos ayer por “apremios ilegales” a un hombre y hoy serán indagados por la fiscal del caso, Mariana Rivanadeira, que intervino tras conocerse el vídeo de la agresión. Las imágenes muestran a un hombre esposado, boca abajo, al que los uniformados agreden físicamente y obligan a realizar diversas imitaciones. La víctima todavía no fue identificada.

La autenticidad del video, que tuvo más de ciento cincuenta mil visitas, fue confirmada con la aprehensión de los dos efectivos.  Según dejaron trascender fuentes judiciales, ambos hombres ya habrían confirmado su participación en el hecho, que ocurrió el fin de semana del 20 y 21 de septiembre, en la zona Este de la provincia.

Las mismas fuentes afirmaron que a través de los peritajes que la fiscal que ordenó sobre el vídeo que se pudo determinar la identidad de las personas que aparecían en las imágenes y ordenar las detenciones.

El día en grabaron la tortura, los efectivos volvían de hacer un recorrido por la zona de San Andrés cuando desde el costado de la ruta los insultó un joven, que disparaba al aire con un rifle de aire comprimido.

Los agentes lo detuvieron, lo esposaron, y lo llevaron a un lugar, que no está determinado todavía, pero que no sería una dependencia policial, en el que lo torturaron. Después del ataque, los mismos agentes lo llevaron hasta otro punto en el que lo abandonaron. En ningún acta o libro de la policía quedó registrada la aprehensión o detención del hombre, que viviría en el interior de la provincia.

El hecho se conoció porque los dos uniformados filmaron la agresión con sus teléfonos celulares y comenzaron a compartir el vídeo con sus compañeros a través de Whastsapp. Cuando este ser viralizó, fue publicado por el diario La Gaceta de Tucumán y Rivanadeira intervino de oficio.

Imágenes del horror

“¿Cómo hace el caballito? ¿Cómo hace?”, le dice uno de los agentes al detenido, esposado boca abajo. Lo agarra del pelo y lo tira al piso. Con la bota le pisa la espalda.

En la escena aparecen varias personas: el policía que filma, el detenido y otros efectivos.

“Caballito, va de nuevo”. El policía agarra al detenido –con jeans, el torso desnudo y las manos esposadas en la espalda- y lo lanza al suelo. Una y otra vez. “Haga el ruidito del caballito”, le ordena.

Después lo vuelve a tomar de la cabellera y lo sacude. Le ordena que imite a una gallina.

—Cocú —dice el detenido.

—A la noche dan Goku —se burla la persona que filma.

Las torturas siguen. Lo obligan a imitar a un perro y a un gato. Le sacuden nuevamente la cabeza y ríen. De fondo se escuchan voces. “911”, dice la operadora. “Contale vos, decile que ustedes están en un procedimiento, porque nos están rompiendo el pingo a nosotros”, dice el agente detrás de cámara.

“En vista de la publicación de un video donde un supuesto efectivo policial agrede violentamente a un presunto detenido, la Policía de Tucumán ordenó que se inicie una investigación para que se llegue hasta las últimas consecuencias, a fin de esclarecer la situación”, sostuvo el comunicado de dos párrafos firmado por la fuerza. Según el texto, los hechos “perjudican la imagen institucional, el trabajo profesional y responsable que realizan los integrantes de la fuerza día a día”.