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En el aniversario 21 de la desaparición del estudiante de periodismo, Miguel Bru, distintas organizaciones sociales lo recordaron el domingo a la noche en una vigilia frente a la Comisaría Novena de La Plata. Su mamá, Rosa Shonfeld de Bru, dijo: “Desde hace 21 años que me pregunto ¿Dónde está Miguel? Cada 17 de agosto, vuelve todo para atrás, pero siempre sigo  con la misma expectativa de llegar a la verdad y que esto se termine".

Como todos los aniversarios, se realizó una radio abierta, en la cual se recordó la lucha de todos estos años contra la violencia institucional. Por eso, también había  familiares de otros jóvenes asesinados por las fuerzas de seguridad. Durante la jornada, en las calles 5 y 59  se expusieron fotos y trabajos realizados por participantes de los talleres de medios, que se dictan en la Casa de Cultura y Oficios Miguel Bru en la Ciudad de Buenos Aires.

En agosto de 1993, Miguel tenía 23 años, y ya había denunciado a efectivos de la Comisaría Novena por un allanamiento ilegal en su casa. A partir de ese momento comenzó a ser amenazado y hostigado para que retirara la denuncia. Según consta en los expedientes, fue secuestrado cerca de la localidad de Bavio, el 17 de agosto de 1993. Las declaraciones de varios detenidos y las pericias en el libro de guardia, permitieron comprobar que lo ingresaron en esa seccional, entre las 19 y las 20, donde lo vieron por última vez mientras lo estaban torturando.

Rosa sospechó desde el primer instante de la desaparición que algo grave le había ocurrido a su hijo. Pero, su marido Néstor era policía y confiaba en la institución. Días después de la desaparición, los compañeros de Miguel de “La Escuelita” –así se llamaba a la Escuela Superior de Periodismo, de La Plata– convencieron a Rosa de contratar a un abogado.

En la investigación del periodista Pablo Morosi –¿Dónde está Miguel? El caso Bru. Un desaparecido en democracia (Marea)–, Rosa dice: “Fueron los chicos, sus amigos y compañeros de Periodismo, los que nos abrieron los ojos, nos hicieron ver el hostigamiento del servicio de calle de la comisaría 9° hacia Miguel”. Esos jóvenes se involucraron en el caso en nombre de la amistad y muchos de ellos acompañaron en esta vigilia.

En 1999, se realizó el juicio oral que condenó a perpetua a los ex policías Walter Abrigo y Justo López, por la muerte y desaparición de Miguel. Además, se condenó por encubrimiento al ex comisario Domingo Ojeda y al ex oficial Ramón Ceressetto. La familia de Miguel junto a la asociación, continúa exigiendo la aparición del cuerpo de Miguel. También, la investigación penal al resto de los policías que estuvieron presentes en la Comisaría Novena la noche del crimen.