El ministro de Justicia y Derechos Humanos disertó en el IV Foro Internacional de Derecho, que se desarrolla en San Petersburgo, junto al presidente del Gobierno federal ruso. Expuso la experiencia argentina en materia de acceso a la justicia y reivindicó a la política como fuerza transformadora en el estado de derecho.
“Sólo la multipolaridad, conformada por los Estados nacionales, los organismos internacionales y regionales y las coaliciones estratégicas garantizan el estado de derecho, la estabilidad y el diálogo entre las naciones”, coincidieron hoy en sus alocuciones el ministro de Justicia y Derechos Humanos de Argentina, Julio Alak, y el jefe del Gobierno de Rusia, Dimitri Medvedev, en el cierre del Cuarto Foro Internacional de Derecho, que se desarrolla en San Petersburgo.
Alak afirmó que “no hay transformación posible que se consolide en el tiempo si se impulsa por fuera del estado de derecho, ni objetivo jurídico fundamental que se realice sin esa voluntad política indispensable”. En este sentido, recordó: “Debemos tener presente la sucesión de guerras y muertes durante la primera mitad del siglo pasado, que tuvieron lugar en base a proyectos políticos que rompieron con la legalidad y derivaron en los mayores desastres de nuestra civilización”.
El funcionario argentino se expresó en estos términos al disertar en el imponente Teatro Mariinsky de esa ciudad, donde se llevó a cabo el encuentro internacional, del que participaron más de 2.000 representantes de gobiernos, juristas y académicos. En ese ámbito, al que llegó invitado por su par de la Federación Rusa, Alexander Konovalov –con quien mantuvo un encuentro privado el jueves- el ministro compartió el panel central con Medvedev, con quien almorzó luego de su disertación.
Alak reivindicó “la capacidad transformadora de la política” y su necesaria complementación con el derecho para “promover la paz y la prosperidad de nuestros pueblos”; sostuvo que los Estados deben “crear mecanismos para favorecer el conocimiento de la ley y el acceso a la justicia de los sectores menos favorecidos”, entendido ese concepto como “el acceso a la ciudadanía y al ejercicio pleno de los derechos” de todo orden.
También destacó la importancia del surgimiento de “un escenario global de multipolaridad” como plataforma para la recuperación de la política frente a los “poderes de hecho concentrados” que ganaron terreno bajo el paradigma del neoliberalismo.
El ministro explicó que “los organismos y las instancias de derecho internacional conformados tras la finalización de la Segunda Guerra mundial, en su momento, permitieron promover el desarrollo de los derechos humanos a nivel mundial, y, en el marco de un nuevo orden internacional polarizado, previnieron nuevos enfrentamiento bélicos a escala planetaria”.
Advirtió también sobre una “dinámica autodestructiva de la política que se ha valido de los dispositivos desarrollados bajo la era de la globalización, caracterizada por la veloz circulación de mercancías, personas e información a nivel mundial. Sin importar dónde nos encontremos, en el mundo de hoy todos somos espectadores de lo que ocurre en distintas geografías del planeta, sin que seamos protagonistas ni testigos directos de esos eventos”.
Por este motivo sostuvo que “resulta imperioso que la política retome su capacidad transformadora y de liderazgo, y se esfuerce por atender las necesidades de los distintos integrantes de las comunidades que representa, con el fin de hacer realidad sus derechos fundamentales”.
Sobre este punto, Medvedev explicó que “sin derecho no hay estabilidad ni posibilidad de entendimiento entre las naciones, y por ello debemos considerar la supremacía del derecho para garantizar la paz, la convivencia y entendimiento económico”.
Alak remarcó que los Estados deben “explotar al máximo todos los mecanismos que estén a nuestro alcance y si es necesario crear otros nuevos, con el fin de promover el conocimiento de las normas, tanto de los derechos como de los deberes”. Y afirmó: “Debemos crear canales gratuitos de información jurídica, diseñados en lenguaje cada vez más claro y despojado de tecnicismos, así como acercar a los especialistas a nuestras comunidades, no sólo para que transmitan sus conocimientos sino para que ellos mismos tomen contacto directo con las problemáticas que deben ser resueltas”.
Puntualizó, asimismo, que “los cambios de época a los que asistimos demandan la creación de nuevas normas y la recodificación de los cuerpos legales fundamentales, que en la mayor parte de los casos suelen mostrarse anacrónicos, carentes de sistematicidad, cargados de incoherencias y contradicciones, con disposiciones desconocidas o incomprensibles para la generalidad de la población”.
Por último, dijo que “la justicia debe ser entendida como un servicio público para el amparo de los derechos fundamentales de las personas”, con lo cual “el desafío es promover un funcionamiento de las instituciones judiciales cada vez más cercano a los problemas y necesidades sociales”.
Además de Medvedev y Alak, participaron el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer; el presidente del Tribunal Constitucional de la India, Rajendra Mal Lodha; el Secretario General de la Corte Internacional de La Haya, Critophe Bernasconi; el rector de la Universidad de San Petersburgo, Nicolai Crochev, y Michel Grimaldi, profesor de la Universidad de París II.