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En el megajuicio de La Perla las declaraciones del ex mayor del Ejército Ernesto Barreiro no pasaron desapercibidas. Desde los organismos de derechos humanos hubo un amplio rechazo a pensar que “rompió el pacto de silencio”, tal como publicaron algunos medios. “No podemos ser ingenuos en confiar en sus palabras. Como hombre de Inteligencia, Barreiro está adiestrado en manipular información para afectar psicológicamente a las víctimas. Lo que hizo es más de lo mismo, y encima no aportó ningún dato nuevo”, dijo a Infojus Noticias Julia Parodi, de HIJOS Córdoba. Por otra parte, la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba confirmó los procesamientos de Barreiro y Luciano Benjamín Menéndez en esta causa.

En la audiencia 196 del juicio, Barreiro dio a conocer 25 nombres de víctimas que habrían sido sepultadas en los hornos de La Ochoa –cerca del ex centro clandestino La Perla-, la estancia de Menéndez donde ya se habían hallado restos humanos. Señaló supuestos sitios que habrían funcionado como fosas clandestinas para enterrar desaparecidos. La fiscalía pidió cautela hasta que se corroboren sus dichos. “Debemos ser cautelosos, ya que no podremos saber si esto que revelan es verdad o no, hasta tanto se hagan los hallazgos correspondientes y las pruebas de ADN”, dijo el fiscal Facundo Trotta.

A pedido del Tribunal, se abrió una investigación para esclarecer los hechos. Sin embargo, el Equipo Argentino de Antropologìa Forense (EAAF)  ya estaba trabajando en uno de los lugares señalados por el represor: el último 21 de octubre los antropólogos encontraron restos óseos humanos que, se presume, habrían sido inhumados allí. Los resultados estarían en las próximas semanas.

Pero desde el Tribunal Federal  el presidente Jaime Díaz Gavier reconoció “una actitud distinta” del represor y evaluó: “Esto es altamente significativo. Es la primera vez en que, en los juicios de este país, los imputados han expresado su voluntad de colaborar”. El juez dijo que el represor "de ninguna manera aceptó tener ninguna participación" en los delitos, pero al colaborar con la entrega de registros de desaparecidos abrió la puerta para una atenuación de la pena. Y aclaró que si bien para este tipo de delitos el Código Penal prevé "una sola pena, que es la perpetua", existen "disposiciones de la ley penal que permiten la atenuación de esa pena, a criterio de los jueces, cuando el imputado ha contribuido al esclarecimiento del hecho".

No hay antecedentes de ese tipo en Argentina: ningún militar confesó ni colaboró ante los estrados judiciales por un delito de lesa. Miguel Palazzani, fiscal subrogante en Bahía Blanca en la Unidad de Derechos Humanos, explicó que “con los artículos 40 y 41 del Código Penal  el juez evalúa la conducta del imputado, si colaboró o no en la causa pero siempre sobre la base de una condena de 8 a 25 años. A Barreiro le corresponde perpetua, y esas penas son inatenuables. En términos legales, son indivisibles”.

Ante los rumores que circularon con los supuestos nombres de la lista que entregó Barreiro, representantes de familiares de víctimas mostraron un enérgico rechazo. “A él no le creo nada, si el reza el padrenuestro, también desconfío. Nunca va a decir la verdad porque sus compañeros militares lo matarían. No hubo ningún pacto de silencio que se rompió. Barreiro miente y lo que hizo fue una estrategia de defensa”, dijo a Infojus Noticias Emilia Ofelia Villares de D’Ambra,  titular de la Asociación Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba. Y agregó: “Es difícil que la justicia contemple la idea de bajar la pena por delitos de lesa humanidad. Por más que colaboren en el esclarecimiento de los hechos, la tortura y la desaparición de personas son irreconciliables con la idea de cualquier tipo de atenuación o morigeración”.

Para Parodi, de HIJOS Córdoba, la declaración de Barreiro fue inverosímil. “La intención es entorpecer el juicio, él ya se inculpó por torturas, está comprobada su responsabilidad en los delitos de lesa humanidad en La Perla. Lo que llama la atención es que al comienzo de su testimonio volvió a reivindicar el terrorismo de Estado y luego se ofreció a ofrecer datos. Pero es todo una puesta en escena.  Nada de lo que dijo no está en la causa y cuando llegó a los hornos de La Ochoa tuvo dudas en reconocer las supuestas fosas clandestinas. Hoy en los diarios, como en una editorial de ´La Nación´ se habló de  Barreiro como un patriota, como alguien que busca la reconciliación pero es toda una farsa. Él es un defensor de la represión a ultranza, nunca se va a arrepentir”.

En esta línea de argumentación, María Teresa Sánchez, abogada de Abuelas de Plaza de Mayo regional Córdoba dijo que “la única certeza de las declaraciones de Barreiro van a ser las pruebas científicas que dará el Equipo de Antropología Forense”. A la representante de familiares de víctimas, le llamó la atención que el represor se escudara en un supuesto grupo de investigación militar que, con información propia, habría acercado los datos al Tribunal.

"Barreiro, fiel a su costumbre, se puso al frente del mismo, y estaría compuesto por otros tres represores: Luis Alberto Manzanelli, José Hugo Herrera y Héctor ´Palito´Romero. Ellos pidieron la palabra para hacer esta supuesta entrega de datos reveladores. Pero no dijeron nada nuevo. Esa información que ofrecieron ya estaba en la causa por la lucha de años de los organismos de derechos humanos y de la fiscalía”, dijo.

Sánchez no se sorprendió por el testimonio de Barreiro, al que consideró “un vocero de la represión y un estratega en cuándo decir o callar información ante la justicia”, y dijo que la máxima novedad lo constituiría el listado de nombres que entregó a los jueces. “Si hubiera una actitud real de confesión o de arrepentimiento –reflexionó-, sería bienvenido. Pero acá no hay nada de eso, ni siquiera una actitud humanitaria. Tampoco consideramos que hubo ruptura de un pacto de silencio. Lo único que causó fue una ansiedad a los familiares de las víctimas que no puede colmarse pronto, porque hasta que no tengamos las pruebas científicas, no podremos saber la verdad. Lo cierto es que, mientras tanto, debemos ser prudentes, críticos y mantener una política de contención y de cautela con los familiares”.