Infojus Noticias

Con el calor de diciembre, Lucas Limachi, de 13 años, aprovechó para armar la pileta de lona en el techo de su casa en el barrio Zavaleta. Eran las 22.30 de ayer. Cuando escuchó que silbaban las balas, no alcanzó a refugiarse como lo hace cada vez que el plomo cruza el aire de la villa. Dos grupos de vecinos enfrentados resolvían sus problemas a los tiros. Una de las 50 balas que se escucharon le rozó la mejilla a Lucas y terminó hospitalizado. Un hombre mayor de edad también fue herido en la espalda. Ambos fueron auxiliados por el SAME. Esta mañana cuando los casquillos de las balas todavía estaban calientes, se desencadenó otra balacera. Y más tarde una más. Esta vez el proyectil alcanzó a Brian Gutiérrez, un nene de dos años, y a otro joven que pasaba por el lugar. En total fueron tres tiroteos y cuatro personas heridas en menos de doce horas. La Justicia investiga el móvil de los enfrentamientos. 

Todo sucedió a pocos metros de la Plaza Kevin, la plazoleta central del barrio que homenajea a una víctima inocente. A la una de la madrugada la Prefectura dio aviso a la fiscalía descentralizada de Pompeya -que tiene jurisdicción sobre el barrio-. Los fiscales Adrián Giménez y Marcelo Munilla Lacasa intervinieron en el caso. También tomó parte el Juzgado de Instrucción 21. Anoche los heridos eran dos. Cuando los operadores judiciales y la Policía Federal se iban del lugar, después de las primeras pericias del tiroteo, les avisaron que el enfrentamiento se había repetido. Eran las 12.30. Frente a la plaza los disparos se volvieron a escuchar. Una hora después hubo diez tiros más. Un vecino consultado por Infojus Noticias dijo que los tiroteos de hoy fueron en “represalia por el hombre herido de anoche que no era del barrio”.

En el último sonaron diez disparos. Cerca del lugar pasaba una madre paseando a su hijo de dos años en el cochecito. Cuando vio si estaba bien se encontró con lo peor: Brian estaba lleno de sangre. Una bala lo había alcanzado. El nene junto con otro herido fueron trasladados al Hospital Penna. Por el momento, estaban fuera de peligro.

“Es muy reciente para hacer hipótesis. Estamos esperando las actuaciones de las fuerzas de seguridad”, dijo a Infojus Noticias el fiscal Munilla Lacasa.

Los vecinos dicen que los tiros se escuchaban como ráfagas. “Seguro que eran pistolas semiautomáticas”, dijo un hombre que vive en el lugar.

En septiembre el barrio lloró y enterró a otra víctima inocente. Kevin Molina tenía nueve años y una bala lo alcanzó cuando estaba arrodillado debajo de la mesada de su casa, tratando de guarecerse. Después de la muerte de Kevin, los vecinos organizados alrededor de la revista La Garganta Poderosa lanzaron una iniciativa de control ciudadano de las fuerzas de seguridad en conjunto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

"No sabemos cuál es el punto de disputa, ni de dónde vienen, ni por qué acá, ni nada de todo lo que en teoría debieran saber los que, también en teoría, velan por nuestra seguridad", señalaron desde La Garganta Poderosa. "El tiro que recibió Brian entró por un costado de su estómago y salió por el otro. Fue llevado en remís al Hospital Penna. No nos consta, en este caso, que haya disparado la Gendarmería, ni la Prefectura; sólo nos consta que los muertos y heridos en Zavaleta siempre son vecinos del barrio, que no tenían un carajo que ver".