Están imputados por el asesinato a golpes de Julián Antillanca, un adolescente que apareció muerto en la ciudad chubutense, en 2010. “Usted sabe que nosotros no fuimos”, le dijo uno de ellos al padre de la víctima. En el juicio terminó la etapa de prueba y el próximo viernes comenzarán los alegatos.
Uno de los cinco imputados se dirigió directamente al padre de Julián Antillanca (19) en medio de la audiencia de ayer. “Usted sabe que nosotros no fuimos”, atinó a decirle el oficial de la policía provincial Pablo Morales. Esto marcó el final de la etapa de prueba en el juicio y ahora comienza la etapa de definiciones: el próximo viernes comenzarán los alegatos. Morales, junto con otros policías, están imputados por el asesinato a golpes del joven en 2010 en la ciudad de Trelew.
Promediaba la media tarde en el sexto piso del edificio que tiene la Cámara del Crimen en la ciudad de Trelew. Los jueces Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Di Biasse habían escuchado durante la semana a una veintena de testigos aportados por las defensas de los imputados. Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que viajó especialmente, observaba todo desde el público.
El tribunal le dio la posibilidad de hablar a los imputados, algunos lo hicieron, otros no. El oficial Pablo Morales habló. Acusado de ser uno de los oficiales que aquella madrugada golpearon al joven en la rotonda “5 de octubre” de la denominada zona de boliches, Morales se deslindó de responsabilidad por los hechos pero en medio de la audiencia le habló directamente a César, padre del joven fallecido: “Usted sabe que nosotros no fuimos”, dijo y agregó, “la sociedad nos condenó”.
“Tengo que soportar que mi hijo vea un documental donde nos nombran con nombre y apellido como asesinos”, se lamentó ante la mirada de los jueces, el público y del propio César. Después fue más allá y le ofreció “ayudarlo a buscar la verdad”. Las palabras parecieron muy silenciosas.
El resto de los que también hablaron, fueron los policías Martin Solis, Jorge Abraham y el ex comisario Carlos Sandoval. Todos también se declararon inocentes y se limitaron a contar lo que habrían hecho esa noche. Los oficiales Solis y Abraham, junto con Laura Córdoba –que prefirió no hablar- están acusados por homicidio agravado. Sandoval, junto con Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala, está acusados de “encubrimiento agravado” y el oficial Diego Rey por “privación ilegal de la libertad”.
El juicio ya cuenta con más de una decena de audiencias. Esta semana empezó el martes y continuo hasta ayer, cuando terminaron de testificar los testigos de la defensa. El tribunal fijó para el próximo viernes 3 de julio el inicio de los alegatos de las partes, paso previo al veredicto. Ese día, antes de los alegatos, hablaran los padres Julián: Cesar Antillanca y Sandra Tolosa.
Los testigos de la defensa de los policías
Declaró una veintena de testigos convocados por la defensa de los imputados, a cargo de los abogados Fabián Gabalachis y Gustavo Castro. En su mayoría, se trata de policías provinciales integrantes del comando radioeléctrico que actuó aquella madrugada del 5 de septiembre.
Los testigos fueron difusos en sus respuestas con respecto al caso puntual de la golpiza de Julián y en todo momento intentaron demostrar las tareas que realizaron esa madrugada, aunque sólo detallaron que el patrullero estuvo de “ronda” y quiénes eran los que estaban en cada uno de ellos.
En las inmediaciones de la zona de boliches de Trelew, cerca de la rotonda “5 de octubre”, lugar donde golpearon a Julián, se encuentra el Shopping Portal Trelew. Las cámaras de seguridad de ese local sólo pudieron tomar la agresión y apremios de policías a los hermanos Aballay –que luego serían fusilados-.
Esto se vio ratificado en el testimonio del jefe de seguridad de ese centro comercial –testigo aportado por la defensa- puesto que no pudo dar más detalles al tribunal sobre el caso de Antillanca, un testimonio que terminó no aportando al juicio.
“Se exhibió lo relacionado con las ruedas de reconocimiento efectuadas en noviembre de 2010, cuando una de las testigos reconoció al policía Solís como quien fue el que bajó del patrullero en las calles Rivadavia y Patagonia, para luego llamar a quien conducía el móvil y entre los dos depositar el cuerpo de Julián Antillanca en el pavimento”, explicaron desde la fiscalía.
GA/RA