Infojus Noticias

Una batería de nueve allanamientos en distintos puntos de la Capital y el conurbano terminaron hoy con la detención de dos barras de Boca Juniors. Son del “Grupo de Lomas”, la facción disidente que el 21 de julio pasado atacó a la “oficial” para quedarse con el control de la tribuna, en un enfrentamiento que dejó dos hinchas muertos.

Uno de los detenidos es Marcelo Aravena, alias el Manco, un hombre que integró el círculo áulico de José Barrita y fue condenado a 20 años de prisión por el homicidio de los hinchas de River, Walter Vallejos y Angel Delgado, en 1994. El otro es Walter Coronel, alias Tintín, dueño del Ford Focus que las cámaras filmaron en medio del fuego cruzado. En la casa de Aravena, la Policía Federal secuestró varios chips y teléfonos celulares, un cuchillo tipo "faca" y un recorte de diario en el que se lo ve junto a Rafael Di Zeo. En una requisa de un edificio de cinco pisos de la villa 1-11-14, en el Bajo Flores, se secuestró una camioneta Renault Kangoo, vista también el día del tiroteo, pero no a su dueño.

Lo que pasó en los últimos cinco días marcan que la investigación judicial que empezó con un crimen y disparó una pesquisa que incluye policías, barras y dirigentes de Boca, avanza lento pero seguro. Desde los despachos donde se investiga no se cansan de repetir que si la causa no avanza más rápido no es porque falten pruebas, sino porque sobran. “No hay tiempo material para procesar todo el material”, remarcan.

El viernes pasado, fueron allanadas tres sedes de Transportes Caccia. En esa empresa estaba empleada –según confió a Infojus Noticias una fuente judicial- la cúpula de la barrabrava de Boca: Maximiliano Mazzaro, Mauro Martín, Luis Arrieta y Cristian Fido Debaux “y dos o tres más”, de quienes no trascendieron sus nombres. Como choferes, cumplían un régimen particular: Mazzaro faltó seis meses, de enero a junio, porque “estaba de vacaciones”.

Según averiguó la justicia, la firma sólo tenía registrada una flota de camiones y dos o tres autos de alta gama: entre ellos un Mini Cooper y un C4, que curiosamente estaban asignados a los barras. Mazzaro y Arrieta, a su vez, son delegados del gremio de Camioneros. Desde la oficina de personal  no quisieron hablar con Infojus Noticias de los allanamientos, pero confirmaron que entre los “200 empleados”, los cuatro barras habían estado empleados “alguna vez”.

Por eso, la sospecha de los sabuesos es que la compañía se utilizaba para lavar la plata sucia de La Doce. “Es una empresa familiar que los últimos cinco años tuvo un crecimiento exponencial. Uno de los tres hijos que la manejaban se abrió y puso ‘Logística Buenos Aires’. Facundo Caccia, de 28 años, quedó a cargo, y empezó a reverdecer”, contó una fuente con acceso a la investigación. Ahora, el juez Manuel De Campos dispuso que un cuerpo de contadores del área Patrimonial de la Federal revise con lupa los balances económicos incautados en el allanamiento.

Hace algún tiempo que Transportes Caccia está vinculada a Boca. En 2012, durante la famosa caravana fúnebre del superclásico de la Bombonera al Monumental, hubo dos camionetas “ploteadas” y dos camiones que transportaron las banderas y bombos. Por esos días, apareció una bandera con la publicidad de la empresa en la popular.

Un poco de historia

La megacausa que preocupa a barras, dirigentes y policías, comenzó con un perro chiquito orinando la pared de un vecino, bien al sur de la capital, en una esquina de Mataderos. El vecino era Gustavo Petronelli, cuñado de Mauro Martín, quien lo convocó junto a Maxi Mazzaro y Daniel Wehbe para darle una paliza al dueño del perro, Ernesto Cirino. Pero el escarmiento terminó con la muerte, y Petronenelli y Martín cayeron presos. Mazzaro y Wehbe se profugaron. Las escuchas telefónicas que se ordenaron para encontrarlos fueron la punta de un ovillo más grande: una asociación ilícita que, además de facturar para solventar la vida secreta de los fugitivos, recaudaba con varios negocios que giran en torno al club: merchandaising, estacionamiento, puestos de comida, reventa de entradas y alquiler de carnets, entre otras yerbas.

Hubo redadas y detenciones masivas –cincuenta y dos hinchas luego de un partido por la copa Libertadores-, y hasta fueron detenidos dirigentes: Carlos Mechetti, capo del Departamento de socios del club, y Gustavo Gómez, su mano derecha, en cuyo escritorio –muestra una filmación que tiene la justicia- Fido Debaux, capo actual de La Doce, se sentaba a imprimir carnets.

El 21 de julio se abrió un nuevo frente en el expediente: el enfrentamiento armado entre las dos facciones de Boca, que hoy tuvo sus primeros detenidos. La División Eventos Deportivos de la Policía Federal, jugados en una interna por el desplazamiento reciente del comisario Daniel Valdi, informó mal dónde se reunían los bravos al mando de Debaux y descolocó el operativo montado de 200 hombres colocados por el Ministerio de Seguridad. Unos días después, el juez De Campos en persona allanó la Central de Policía: lo acompañaba el jefe de la fuerza Román Di Santo. Se secuestró documentación, Eventos Deportivos fue disuelta y dos uniformados están en la mira de la Justicia.

Los investigadores creen que esa es una de las dos posibles causas de que el lunes pasado y en sobre cerrado, llegó hasta las manos del mismísimo Jefe de la Policía Federal la promesa de la muerte. La otra es que sea obra directa de La Doce, cercada por la pesquisa. En cualquiera de los dos casos, se trata de matices.