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Infojus Noticias

14-4-2015|12:22|#20AñosHIJOS Nacionales
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Hoy se cumplen 20 años de la agrupación

De los escraches a las políticas de Estado: 10 hitos de H.I.J.O.S

Desde un encuentro inicial en la Facultad de Arquitectura de La Plata en 1994 hasta la recuperación de la ex ESMA diez años después, pasando por la organización de la agrupación y los escraches a represores. Así se fueron construyendo los H.I.J.O.S como colectivo, logrando que sus reclamos de Memoria, Verdad y Justicia llegaran a hacerse realidad.

  • Enrique Garcia Medina
Por: Infojus Noticias

Inicios

La primera actividad de los “hijos” fue incluso antes de crearse. El 3 de noviembre de 1994 un grupo de egresados de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de la Plata homenajeó a hombres y mujeres de esa casa de estudios que fueron secuestrados y desaparecidos por el Terrorismo de Estado. Unas semanas después, los invitaron a un encuentro que se hizo en Córdoba, Río Ceballos, organizado por el “Taller Julio Cortázar”. De ahí saldría el nombre de la organización, H.I.J.O.S. Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio. Volvieron con la misión de crear filiales en cada una de sus ciudades. Se presentaron públicamente en la Semana Santa de 1995, en otro homenaje en La Plata. Hoy, la organización cumple dos décadas de vida. Aquí están los hitos más importantes de su historia.

Los escraches

Pronto concibieron que juntarse para compartir sus experiencias de aquél pedazo de familias que les faltaba no era suficiente. Tenían que “hacer algo en función de la injusticia que supone que todos los asesinos y sus cómplices estén en libertad”, dicen. Así nacieron los escraches. “El escrache nunca fue violento o buscó la justicia por mano propia: todo lo contrario. Nuestro objetivo fue buscar siempre la condena social: que ese personaje que vivía en el olvido fuera repudiado por sus vecinos. Que su casa fuera su cárcel. Y eso, de a poco, lo fuimos logrando”, escribieron los Hijos capital en una columna del diario Página 12, el 19 de febrero de 2011.

El escrache fallido

El primero, sin embargo, nunca llegó a concretarse. El 29 de octubre de 1995, Antonio Bussi asumía el cargo de gobernador en un acto que se hizo en el teatro San Martín de San Miguel de Tucumán. Ramón Ortega, el mandatario saliente, le entregó el bastón de mando. A ese día, Hijos lo había bautizado el “día nacional de la vergüenza”, y había organizado el encuentro Nacional en la capital tucumana para escracharlo. “Ese día no se llegó a hacerle el escrache a Bussi en Tucumán, por las fueras de seguridad que había”.

El primer escrache

El primero que llegó a buen puerto fue en plena primavera menemista, cuando promediaba 1996. Un grupo de hijos de desaparecidos fueron al sanatorio Mitre, donde trabajaba el capitán de navío retirado de la Armada, Jorge Luis Magnacco. Después lo siguieron hasta su casa en Marcelo T. de Alvear y Montevideo. Años después sería condenado por ser uno de los médicos de la Esma que firmaba las partidas de nacimiento de los bebés que robaban. Fue el primero de –sólo en Capital Federal- más de cincuenta escraches.

Las sedes en el exterior

En 1998, hubo un intento efímero de crear una sede de la agrupación en Madrid. No sólo había represores viviendo ahí –como el marino Adolfo Scilingo-, sino que se creía que algunos hijos apropiados podían estar viviendo en Europa. En 2004, con la presentación de la película “Nietos”, a la que asistieron Estela Carlotto y la entonces senadora Cristina Fernández, varios Hijos se volvieron a encontrar. Se volvió a abrir la filial, y varios Hijos fueron querellantes en el juicio que condenó a Scilingo a más de 600 años de cárcel. Aunque no fueron querellantes (no tenían personería jurídica), varios hijos sí lo fueron de manera individual, como Justina Bettini, de la familia de Carlos Bettini, actual embajador de España. También hicieron un disco-libro sobre la identidad. Antes y después de la de Madrid, se crearon sedes en Barcelona, Paris, Holanda, Suecia, Chile, Uruguay y México.

El escrache en el extranjero

En 2006, cuando se cumplieron 30 años del Golpe de Estado, la sede de Madrid hizo una movida jugada. Se movieron hasta el barrio Villanueva de la Cañada, en las afueras de Madrid, y le hicieron un escrache a María Estela Martínez de Perón. “Vivía en una casa super lujosa. Imaginate si la gente, a veces, sabía poco acá, allá en Madrid. No entendían demasiado. Le empapelamos la casa con las caras de las víctimas de la Triple A, del Comando Libertadores en Córdoba, del Operativo Independencia”, dice Marianela Galli, que militó muchos años en la filial madrileña. “También la escrachamos cuando fue a declarar en la audiencia general de España, pero como tiene nacionalidad española, no la extraditaron”, completó.

La Población Abierta

En algún momento, al interior de la organización se planteó el debate si se debían abrir las puertas para militantes que no tuvieran desaparecidos a sus padres. No hay un momento concreto, no es igual en todos lados. Sin embargo, el resultado fue la recepción de la “Población abierta”, como la llaman los Hijos. “La verdad es fue dispar en todas las regionales, y no lo pudimos reconstruir. Seguro que antes del año 2000”, dijo Giselle Tepper, encargada de prensa de Hijos Capital. A partir de entonces, en la web de la sede porteña de la Agrupación invitan a sumarse y a militar.

El escrache al “Ángel de la muerte”

26 de febrero de 2000. Al marino Alfredo Astiz, el “Angel Rubio”, lo juzgaban en Comodoro Py por apología del delito, un delito menor, porque las leyes de impunidad lo amparaban de los más graves. Los Hijos llegaron a la sala caracterizados como estudiantes universitarios. De pronto se quitaron las camisas y dejaron ver sus remeras con leyendas como Astiz asesino y Genocidas a la cárcel. A coro, cantaron lo que con el tiempo se volvería un himno: como a los nazis, les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar.

 

La primera condena

Las primeros pasos de Hijos en el plano judicial es en las causas por casos de apropiación, porque las leyes de impunidad negaban las causas por torturas, desapariciones y asesinatos. Sin embargo, uno de los primeros juicios fue la primera condena a prisión perpetua de Luciano Benjamín Menéndez, amo y señor del Tercer Cuerpo de Ejército, el militar más condenado. Hijos se había constituido como querellante, y el abogado que los representaba era el actual secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda. Al día siguiente, cuando todavía estaba en Córdoba, Verónica Castelli recibió el llamado de un juez: le informaba que habían encontrado a su hermana. “Eso también fue muy importante”, evoca Tepper. “No son muchos los casos de Hijos que buscaban y encontraron a sus hermanos. Todavía hay muchos que los buscan”, completó.

La recuperación de la Esma y La Perla

El 24 de marzo de 2004, la imagen quedó grabada para siempre: el reciente presidente Néstor Kirchner le ordenó al entonces jefe del Ejército, Roberto Bendini, que bajara de una de las galerías del Colegio Militar los cuadros de Videla y Reynaldo Bignone. “Proceda”, le dijo Kirchner a Bendini durante el acto para recordar los 28 años del golpe de Estado. Más tarde, hablaría para la gente que se agolpaba sobre avenida Libertador Juan Cabandié, el nieto restituido dos meses antes. En la fría burocracia, el acto histórico se tradujo en la firma del decreto que traspasó el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada a la Ciudad, para la construcción de un Museo de la Memoria. El año pasado, cuando se cumplieron 10 años, se señalizó el centro clandestino para no olvidar que allí fue la Esma. Tres años después sería el turno de La Perla, el centro clandestino en las afueras de Córdoba capital por el que pasaron más de 2500 personas entre 1976 y fines de 1979. “Esas recuperaciones fueron históricas para nosotros”, recordó Tepper.

El encuentro: 20 años

El mes pasado muchísimos integrantes de la Agrupación Hijos se juntaron en los hoteles proletarios de Embalse, en Córdoba, para celebrar los 20 años de existencia. Llegaron Hijos de todos los rincones del país, además de las filiales de México y Barcelona. Sacaron un documento. “Destaco la fortaleza y el compromiso que mantuvimos siempre, y nuestra madurez política, que significó pasar de los escraches a los juicios de los represores y sus cómplices y participes civiles, médicos y funcionarios del poder judicial”, dice Galli a modo de balance.

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