El Registro Nacional de Armas realizó hoy en San Fernando una jornada de concientización para estudiantes secundarios. Alumnos de primero a tercer año reflexionaron junto a capacitadores sobre la importancia del desarme para la construcción de una sociedad sin violencia. Las jornadas que ya se presentaron en varias provincias
El Registro Nacional de Armas (RENAR) realizó en San Fernando una jornada de concientización para estudiantes de nivel secundario. Bajo la consigna "Desarmando mitos sobre las armas de fuego", alumnos de primero a tercer año reflexionaron junto a capacitadores sobre la importancia del desarme para la construcción de una sociedad sin violencia.
Cuando empezó la clase, los alumnos de la escuela ESB N°14 de San Fernando estaban de acuerdo en que el mito era real: que la mayoría de las muertes con armas se producen en situaciones de robo. Al final de la jornada, este y otros lugares comunes sobre las armas de fuego quedaron tapados por las estadísticas.
“Las investigaciones que les mostramos a los alumnos prueban que la mayoría de las muertes son entre personas que se conocen previamente, por ejemplo violencia de género, dramas familiares y venganzas”, dijo a Infojus Noticias Matías Molle, presidente del RENAR.
La organización pasó la tarde con los alumnos de San Fernando y Molle explicó que para RENAR “los jóvenes son el punto de partida para la puesta en marcha de políticas de Estado que apunten a la no violencia, ya que el programa, si bien tiene una cuestión de activa a la hora de quitar las armas, también tiene un carácter preventivo: que los menores de hoy tengan herramientas para resolver sus conflictos sin armas”.
Las jornadas que ya se presentaron en varias provincias y que esta semana seguirán en la provincia de Buenos Aires y Tucumán, se presentan como espacios de aprendizaje y diálogo para reflexionar la forma en la que se relaciona la sociedad. La falsa premisa de la seguridad que genera tener un arma en el hogar, es uno de los tópicos sobre los que trabaja el plan de Desarme.
“Nosotros entendemos que el desarme es el concepto que engloba las políticas de control de armas del país en los últimos 10 años. Y nos parece fundamental que también se convierta en parte de nuestra cultura, por eso es que trabajamos con niños y adolescentes”, dijo Molle.
Cuando tomaron los recortes de noticias que pasaban las educadoras del RENAR, los chicos llegaron a otra conclusión: es más peligroso tener un arma que no tenerla. Para Molle, “el entusiasmo de los chicos tiene que ver con que la problemática de la violencia y las armas está cerca de su realidad cotidiana, sobre todo en el conurbano”.
Al final de la jornada los alumnos se pusieron literalmente la camiseta del programa y salieron al recreo. “Persona libre de armas”, “Desarma la violencia”. Molle concluyó que “la violencia no se termina con ningún truco: es una combinación de conciencia, desarme y fomento de políticas de inclusión que generen alternativas de mediación pacífica”.
Un plan premiado por la ONU
El Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas comenzó a funcionar en 2007 y hasta el momento más de 150 mil personas entregaron sus armas.
La acción involucra automóviles del Renar que recorren el país para recolectar las armas, y el paradigma del desarme implica también incrementar la restricción al acceso, reducir la oferta, reducir el circulante y tener requisitos más exigentes para las autorizaciones de armamento.
El plan incluye visitas a escuelas para trabajar en el pensamiento crítico de los jóvenes y establecer pactos de convivencia sin soluciones violentas.
Molle distingue entre distintos tipos de políticas públicas. Por un lado el desarme como política correctiva, “es retirar el circulante porque, como dice la ley que creó el Plan, estábamos en una situación de emergencia”. Otro aspecto es preventivo, donde se “trabaja con los más chicos, con los adolescentes y con las familias”.
En este sentido, el Renar lleva adelante la campaña “Armas ni de juguete” donde los niños entregan sus juguetes bélicos a cambio de otros.
Además de la destrucción de las armas, el Renar implementó una modernización de los sistemas de gestión que le permite controlar todo el proceso desde la fabricación hasta que se le otorga a alguien el permiso de tenencia y portación. Todo el sistema es digital, y de esta manera las armerías y los fabricantes están en línea.
En cuanto al personal exonerado de las fuerzas seguridad, las armas oficiales se decomisan y se niegan permisos si quieren portar un arma nueva. Esta medida apunta a cortar el circuito por el cual los agentes exonerados de las fuerzas pasan a trabajar para agencias de seguridad privadas. En el mismo sentido, el Renar también decidió decomisar todas las armas en manos de procesados por delitos de lesa humanidad.