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El abogado de la familia de la joven Ángeles Rawson, Pablo Lanusse, comenzó con los alegatos en el juicio por el femicidio de la adolescente donde el único acusado es el portero del edificio donde vivía, Jorge Mangeri. "Ángeles marcó con su dedo índice que el agresor que está debajo de su uña es de Mangeri", dijo, y le pidió a los jueces del TOC N° 9 que condenen al portero a prisión perpetua por el femicidio de la joven y el intento de abuso sexual. "El delito de femicidio quedó claramente probado", dijo el letrado de la familia, que concluyó: "La pena que pedimos es la adecuada" y "no podemos permitir más la destrucción de los derechos de las mujeres". Además, en lo que fue el final de las más de siete horas que duró el alegato, pidió se extraigan los testimonios de tres testigos: dos peritos (uno del Cuerpo Médico Forense) y de un amigo de Mangeri para que se abran causas por falso testimonio y un sumario administrativo

Las palabras de Lanusse causaron el llanto inmediato de la madre de Ángeles, Jimena Arduriz, que estaba en la sala, quien se abrazaba con su hijo Jerónimo y con los familiares. Afuera, en los pasillos del sexto piso del Palacio de Tribunales, también lloraba Diana Saettone, esposa de Mangeri, que en la sala no se inmutó. “Murió como una niña, demostrando ser una gran mujer”, dijo Lanusse recordando las palabras de la abuela de la joven cuando declaró en el juicio: “Ángeles fue una mártir”.

La pena pedida por Lanusse, técnicamente es por “abuso sexual con acceso carnal agravado en grado de tentativa, homicidio agravado criminis causa para ocular el delito previo y lograr impunidad y femicidio”. La semana que viene será el turno de la fiscalía, en cabeza de Fernando Fiszer y Sandro Abraldes, que pedirían una condena similar. La semana subsiguiente quien dirá los alegatos ante los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas será Adrián Tenca, abogado de Mangeri.

“Diana Saettone encubrió a su marido”

Además del pedido de pena el abogado de la familia Rawson, Lanusse pidió se abran causas por falso testimonio contra tres testigos que declararon en el juicio y dedicó unas palabras a la esposa de Mangeri de quien sostuvo que “encubrió el asesinato de Ángeles y ayudo a una coartada”. El abogado recordó que la mujer, aunque le cabría una causa por encubrimiento, “no puede ser juzgada” porque la exime el artículo 242 del Código Penal.

Lanusse también pidió que a Adolfo Méndez, el perito de parte de la defensa que firmó un informe donde sostuvo que las lesiones de la joven podrían ser producto de “transacciones sadomasoquistas”, se le abra una denuncia por falso testimonio. Para Lanusse, con su accionar y su testimonio, pretendió “avalar la impunidad de Mangeri y desacreditar a la víctima. El otro testigo que también entra en la comisión de un posible delito de falso testimonio para la querella es un amigo del encargado, Jorge Meniguelli, que le había supuestamente curado las heridas a Mangeri con “una crema de Pervinox”. “Falto a la verdad en más de una oportunidad”, dijo el letrado.

El tercero es un integrante del Cuerpo Médico Forense (CMF) de la Corte Suprema, Héctor Konopka, quien sostuvo que la muerte de la joven se vincula con “traumatismos múltiples”. Lanusse lo llamó “necio” y “soberbio” y pidió se abra un sumario administrativo en su contra para investigar su accionar por las conclusiones a las que el profesional arribó en el protocolo de autopsia. Para el letrado el perito tuvo un “claro ocultamiento de la lesión del cuello” de Ángeles, una lesión que demostraría el mecanismo de ataque a la joven y la muerte posterior por asfixia y no por traumatismos múltiples.

"Ángeles no se entregó al ataque machista de Mangeri"

"Ángeles resistió el ataque, no se entregó al ataque sexista y machista de Mangeri", dijo a los jueces el profesional que sostuvo que el portero intentó "satisfacer sus más bajos instintos" y como no pudo "decidió matar" a la joven "para ocultar su delito previo, el intento de acceso carnal".

"Acá se quitó la vida a un ángel", dijo el abogado, a menos de un metro de Mangeri,  que durante todo el alegato no dejó ni un minuto de mirar el suelo. En su descripción explica que el 10 de junio el portero "luego de culminar su clase de gimnasia se dirigió a su vivienda a las 9:50" pero "jamás a su casa". Para el abogado fue "interceptado por Mangeri con algún pretexto" donde su "verdadero objetivo era abusar de Ángeles".

El portero "se valió de la diferencia de contextura física" y "en ese contexto de plena vulnerabilidad y violencia genero intento abusar de la joven". "ángeles se defendió, hubo lucha", contó letrado ante la mirada atenta de los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal N° 9; abogado de Mangeri. La sala del sexto piso del palacio quedó chica para la jornada.

Aquel día el portero realizó un “mecanismo eficiente de estrangulación manual del cuello de Ángeles, que generó equimosis en el cuello” y con la mano izquierda sofocó a la joven y le tapó los orificios de la boca y la nariz”, describió. A menos de un metro, la madre de Ángeles buscaba apoyo en el hombro de un familiar.

Para el abogado, la culpabilidad del portero está demostrada. “Ángeles generó varias lesiones en el cuerpo de Mangeri, lesiones directas sobre la piel” dijo y recordó las pericias donde debajo de las uñas de la joven se encontró perfil genético del acusado. Además el portero “acondicionó el cuerpo para producir el descarte” y en ese acto “ató los tobillos, mano y cuello, la puso en una bolsa de consorcio, con una bolsa en la cabeza para que jamás fuera hallada” pero su cuerpo “apareció fortuitamente el 11 de junio a las 11.20” en el predio que el CEAMSE tiene en José León Suarez.

"Las valientes lesiones que le provocó Ángeles"

Sobre las lesiones con las que Mangeri apareció en la fiscalía sostuvo que "fueron producto de un intento de ocultar las lesiones que Ángeles le produjo" cuando este intento abusarla. Para ello se valió de los testimonios de los médicos que vieron las lesiones del portero en distintos momentos. "Jamás fue torturado en un patrullero", dijo sobre uno de los principales argumentos de la defensa del portero como la causa de esas lesiones. Lanusse contrarrestó ese argumento al calificarlas como "las valientes lesiones que le provocó Ángeles".

Los resultados de ADN son "consecuencia del accionar criminal de Jorge Néstor Mangeri", sintetizó sobre la principal prueba que hay en el expediente: los datos genéticos del acusado hallados en tres uñas de la joven fallecida. Es que, precisamente, en las muestras que luego resultarían compatibles con el perfil genético del portero, es donde la defensa de Mangeri hizo hincapié durante el juicio -y que seguramente intentará reafirmar en los alegatos- de una posible "contaminación cruzada" de las muestras.

Lanusse desestimó esto y fue claro al sostener que "es el resultado de la ciencia puesta al servicio de la Justicia" y "no hubo contaminación" ponderando el trabajo del Servicio de Huellas Digitales Geneticas (SHDG) de la UBA. "Los reactivos son humano específicos, no incide ni la basura ni la presencia de animales", concluyó sobre una posible contaminación debido a donde se encontró el cuerpo sin vida de la joven.

“Ángeles murió por asfixia y sofocación” puntualizó Lanusse en base a las pericias y las lesiones que presentaba el cuerpo de la joven. “El lugar del hecho es el cuerpo de la víctima”, aludió explicando cómo las lesiones de la joven son las que permiten saber el mecanismo de su muerte, el ataque del portero y la defensa por su propia vida.

Entre otros ejemplos de las lesiones destacó el edema pulmonar que presentaba “fue porque Ángeles intentaba respirar” cuando con su mano Mangeri le tapó los orificios de la boca y nariz para que “Ángeles no grite” y concluyó, en referencia a las marcas en el cuello "fue la mano derecha la que apretó". Las pericias demostraron que la joven murió en un lapso de 5 a 8 minutos “en las manos de su asesino”. El “mecanismo de muerte nos ubica en el rostro y cuello de Ángeles”, detalló Lanusse.

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