El juez federal hace 40 años que está en su cargo. En las últimas semanas se convirtió en el centro de las críticas de la prensa especializada y del propio establishment financiero de su país. Reprochan su intransigencia y señalan que puso en duda el destino de Nueva York como jurisdicción para futuros préstamos.
El juez federal del Distrito Sur de Nueva York Thomas Poole Griesa ocupa el centro de atención de la prensa financiera mundial por su rol en el “juicio del siglo” entre el gobierno argentino y los fondos buitres. En sus 40 décadas en el cargo, este hombre de 84 años, alto, flaco y encorvado, se ganó una fama de juez duro y poco flexible. En los últimos meses se convirtió en el centro de las críticas de la prensa especializada y del propio establishment financiero norteamericano, que abunda en ataques al veterano magistrado y se muestra inquieto por el destino de Nueva York como jurisdicción para futuros préstamos.
“La campaña contra Argentina muestra lo determinados que pueden ser los fondos de inversión y cuánta plata pueden tener para hacer uso de su influencia fuera de los mercados en los que hacen sus jugadas", escribieron los periodistas Peter Eavis y Alexandra Stevenson en el blog especializado en economía y finanzas de The New York Times.
En su artículo, los periodistas citaron al premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, quien sostuvo que "Estados Unidos está lanzando una bomba en el sistema económico mundial. No sabemos cuán grande va a ser la explosión y no afecta sólo a Argentina". No es la primera vez que el periódico centenario apunta sus críticas a Griesa por el caso de los fondos buitre. Para el jefe de la sección de finanzas del diario, Floyd Norris, el juez “no terminó de entender las transacciones de bonos sobre las que decidió durante años".
"Es juez federal desde hace 42 años. Hace una década que lidia con el default de la deuda argentina. Recién ahora está aprendiendo Griesa lo complicada que puede ser la vida para un juez cuando busca controlar las acciones de un gobierno soberano y dicta resoluciones supuestamente obligatorias para aquellos que, en circunstancias normales, nunca estarían bajo jurisdicción de un tribunal estadounidense", introdujo el artículo. Además, Norris acusó al juez de ignorar un detalle básico del caso: que una parte muy importante de los bonos emitidos en los canjes de 2005 y 2010 habían sido emitidos bajo legislación argentina.
El artículo del New York Times fue publicado después de la reunión que el juez mantuvo con los representantes de los bancos que aún están imposibilitados de concretar el pago a los bonistas que accedieron al canje de deuda. En esa audiencia, Griesa dudó en voz alta de sus propias órdenes, lanzó frases contradictorias y hasta reconoció que quizá "no cubrió bien" algunos aspectos del caso. También repreguntó una decena de veces acerca la ruta de pago y de las instituciones involucradas en las cancelaciones de los bonos del canje.
"En mi visión cada problema es susceptible de ser tratado de alguna manera en un acuerdo... la peor cosa que avizoro (por un eventual default) aquí sentado, no quiero que suceda. Habrá heridas en la gente por ello, heridas reales. No habrá buitres heridos, pero personas reales estarán heridas", finalizó el juez, según la versión taquigráfica de la reunión.
"Una extorsión respaldada por el poder judicial de EEUU"
Mark Weisbrot es columnista en medios como The Guardian, The New York Times, Washington Post, Los Ángeles Times y el Folha de San Pablo. "El juez Griesa no sabía realmente lo que estaba haciendo. No sabía bien quiénes eran los tenedores de bonos, cuáles serían las consecuencias y tampoco seguía bien los detalles más importantes del caso. Está claro que no consideró este caso cuidadosamente", dijo al canal de noticias CN23. Sobre Singer señaló: "Es un empresario que trata de obtener beneficios a costa de otros países en el sistema financiero internacional como un todo. Creo que la prensa acá ha sido comprensiva al reclamo de Argentina, lo cual es bastante inusual".
La semana anterior al artículo de The New York Times, el editor del Financial Times Martin Wolf había dicho que el fallo de Griesa era "una extorsión respaldada por el poder judicial de Estados Unidos". “Igualdad de trato significa tratar mismos casos de la misma manera. Sin embargo, los acreedores que aceptaron intercambios y los holdouts, no son casos iguales", planteó Wolf en su nota titulada "Defender a Argentina de los buitres".
“Forzar a los deudores a un trato igualitario parece incorrecto. Es más, el argumento de que los holdouts están ayudando a los argentinos a castigar la corrupción del gobierno es absurdo. Corresponde a los argentinos elegir al gobierno que ellos desean", agregó el editor del Financial Times.
El veterano magistrado tampoco goza de buena reputación entre sus pares. El sitio The Robing Room es un portal en el que los abogados evalúan a los magistrados del sistema norteamericano. “Donde los jueces son juzgados” es el lema. Del uno al diez, la calificación promedio de Griesa es de 4.1, una de las más bajas entre todos sus colegas.
Entre los empresarios norteamericanos también genera objeciones el apoyo del juez a los fondos buitre. "La mayoría de los países van a ser muy reacios a someterse voluntariamente a la jurisdicción de la Corte de Nueva York nunca más. Sienta un muy mal precedente para Wall Street como centro financiero", explicó el economista estadounidense James Henry.