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A mediados de 1977, Patricia Traba era una de las presas políticas en la Guardia de Infantería Reforzada de Santa Fe. Un día, el entonces secretario del juzgado federal, Víctor Brusa, fue hasta allí a tomar declaraciones a los detenidos. En medio del interrogatorio, tiró una patada de karate al aire para que una de las compañeras de Traba dijera lo que él quería escuchar. El hecho está incorporado al juicio que empieza hoy ante el Tribunal Oral de Santa Fe por “asociación ilícita” del ex juez Brusa y otros tres acusados: la penitenciaria María Eva Aebi y los policías Juan Calixto Perizzotti y Eduardo Ramos alias Curro.

“Actuaban en forma articulada en las detenciones ilegales. Los testigos relataron que cuando salían de la Guardia de Infantería  eran interrogados por Brusa, que estaba en coordinación con los otros imputados”, dijo a Infojus Noticias una fuente ligada a la investigación judicial. Los cuatro acusados ya fueron condenados en 2009 por delitos de lesa humanidad en la causa que lleva el nombre del ex juez federal, junto a otros dos sentenciados que fallecieron después.

Brusa está preso en la cárcel común de Las Flores, en Santa Fe. En diciembre de 2009,  fue el primer juez federal del país condenado por crímenes de lesa humanidad. El TOF de Santa Fe lo sentenció a 21 años de cárcel efectiva por apremios ilegales cuando era la mano derecha del juez Fernando Mántaras, un nazi confeso. En los ’90, Brusa lo sucedió en el cargo. 

A principios de este año, la Cámara Federal de Casación Penal rechazó las recusaciones de Brusa contra los jueces de la Sala III de esa misma cámara. En agosto de 2012 le habían revocado las salidas transitorias, que le habían sido otorgadas para “afianzar y mejorar los lazos familiares y sociales” por el mismo TOF que lo había condenado.

“La patota entraba cuando quería”

Patricia tenía 16 años y militaba en la Juventud Universitaria Peronista cuando cayó presa. “Éramos un grupo de mujeres y hombres, y él nos tomó declaración. Yo le tenía miedo y no le conté lo que me había pasado, pero otras compañeras sí”, contó a Infojus Noticias. “No le teníamos nada de confianza a Brusa. A una de mis compañeras Brusa le hacía golpes de karate en el aire cuando la interrogaba, como una medida de presión, para que dijera lo que él quería. Estábamos presas en un lugar donde la patota entraba cuando quería”, agregó. 

Patricia declaró en 2009 y como su testimonio ya está incorporado a la causa, esta vez no tendrá que sentarse frente a los jueces. Pero sí lo harán diez testigos que están bajo el Programa de Protección de Testigos de la provincia, creado en 2008 y que debutó en el juicio de Brusa, aseguró a Infojus Noticias Daniel Bóccoli, director de esa iniciativa.  

El tribunal está integrado por los magistrados Lilia Carnero, de Paraná, y Otmar Paulucci y Jorge Venegas Echagüe, ambos de Rosario. Éste es el décimo cuarto juicio de lesa humanidad que se realiza en Santa Fe.