Los curas de la parroquia Caacupé entregaron hoy los premios “Padre Daniel de la Sierra”. Fue reconocida la labor del CAJ de la zona. “No hay mejor manera de decir que Néstor sigue vivo que con estos pequeños hechos que se hacen estando en las villas y ayudando a los vecinos”, dijo la subsecretaria de Acceso a la Justicia, María Florencia Carignano.
El recuerdo de dos hombres comprometidos sobrevoló hoy, más que nunca, la villa 21-24 en el barrio porteño de Barracas. Fue durante la entrega de los premios “Padre Daniel de la Sierra”, en memoria de ese cura tercermundista que fundó la parroquia “Caacupé” y durante la última dictadura se opuso a la erradicación del barrio. Los curas de esa iglesia reconocieron, como todos los años, el trabajo de docentes, miembros de agrupaciones políticas y de movimientos sociales. Entre otros, fueron galardonados el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, y la subsecretaria de Acceso a la Justicia, María Florencia Carignano. La entrega coincidió con el cuarto aniversario de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. “No hay mejor manera de decir que Néstor sigue vivo que con estos pequeños hechos que se hacen diariamente estando en las villas, militando, ayudando a los vecinos, a los que menos tienen porque esa era su voluntad”, dijo Carignano.
De la Sierra murió en 1992 atropellado mientras andaba en su bicicleta blanca. Esa misma que está colgada en lo alto de una de las paredes del gimnasio de la parroquia de Caacupé, donde se realizó la entrega a la que asistió el arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires, Mario Poli, y a la que asistieron decenas de docentes de las instituciones del barrio. Todos fueron distinguidos por los padres Lorenzo “Toto” de Vedia y Carlos “Charly” Ontivero, que trabajan y viven en el lugar. Carignano fue reconocida por su aporte a la comunidad con los Centros de Acceso a la Justicia (CAJ), que dependen del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Fotos: Sol Vazquez.
Las paredes de la iglesia tienen murales con imágenes del barrio y, junto a la cruz de madera con el Cristo crucificado, dominan el lugar que tiene techo de chapa a dos aguas. Debajo de la pila bautismal están los restos de De la Sierra.
Durante el acto previo a la entrega, el padre Toto habló sobre la importancia de la educación y de la “cuota de ternura” que debe llevar este acto, sobre todo en sectores donde los jóvenes están desprotegidos. Cómo se los debe contener y acompañar, sin dejar nada afuera. Toto dijo que el cruce de educación y la iglesia “se traduce en casos concretos”.
Más tarde, en diálogo con Infojus Noticias, explicó que el premio era para personas destacadas del ámbito de la educación, que hacen el bien en el barrio. “Como nosotros hablamos de una educación inclusiva, abarcamos a otras personas e instituciones que trabajan y le hacen el bien a la educación, como son los Centros de Acceso a la Justicia. Por eso le dimos el premio a Pedro Aballay, coordinador de la sede en la villa del CAJ, y a Florencia Carignano. También una distinción especial a Deborah Oliva, directora de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia. La mirada de Toto se iluminó cuando dijo que cuando la educación y la justicia atraviesan a las personas: “La dignidad de la gente se va para arriba, y eso es lo que hace falta”.
“Que sepan cómo ejercer esos derechos”
En los CAJ se ayuda a las personas con asistencia jurídica, psicológica, trámites, se busca dar respuestas a las diferentes problemáticas sociales que atraviesan a los vecinos. “Lo que estamos haciendo es empoderándolos, para que sepan qué derechos tienen, pero sobre todo que sepan cómo ejercer esos derechos”, explicó Carignano a Infojus Noticias. “Los ayudamos para que sus derechos sean una realidad. Derechos que todo el tiempo la Presidenta está consagrándolos a través de nuevas leyes”. Los CAJ, que están ubicados en las parroquias de los barrios, buscan que esas leyes que se tratan en el Congreso, se vuelvan realidades entre los que menos tienen y más necesitan. “Es una conjunción del Estado, junto a las iglesias, a los vecinos, dándoles dignidad, derechos, la presencia del Estado”, agregó la funcionaria.
Para Carignano, ese trabajo es la traducción de un esfuerzo colectivo, de una militancia diaria en el territorio. “El premio no es a mí, es a una generación de compañeros que vienen militando la gestión, trabajando a diario en los barrios, es un premio a la voluntad política que tiene la Presidenta”, afirmó.
Para el padre Charly, que trabaja en el centro Hurtado con chicos adictos al paco, el aporte de los CAJ radica en que no se restringen al ámbito de la justicia, sino que “es la justicia entendida como la restauración de derechos. Trae un montón de recursos y servicios al barrio, que son muy importantes”. Joven y fanático de la figura de De la Sierra, a quien define como un “héroe barrial”, cree que la mirada de los CAJ supera la fragmentación que es natural en los organismos del estado y la sociedad. “A la parroquia nos llega gente con un problema que toca un montón de áreas, por eso es un recurso importantísimo el CAJ por la mirada integral que tiene de la persona”, agregó.
Al comienzo de la ceremonia el padre Juan enumeró todos los logros que alcanzaron desde la parroquia en materia educativa: de la escuela secundaria que ya cumplió cinco años, del jardín maternal “Cura Brochero”, del próximo jardín “Caacupé”, que irá desde los 2 años en adelante. Habló de la necesidad de “mirar con el corazón y escuchar con el alma”, cuando se está frente a los alumnos, que en estos barrios necesitan de un espacio de contención y sostén. “Es un desafío, una misión nueva cada día”. Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando contó que en una encuesta entre los alumnos les preguntaron para qué iban al colegio. “Había muchas opciones para que eligieran como respuesta, pero el 90% eligió las que decían: ‘Para ser alguien en la vida’ o ‘para cumplir un sueño’. Los chicos saben para qué vienen”, agregó.
La medida que marcó una dirección
Mientras recorría la escuela secundaria que se está construyendo al costado de la parroquia Caacupé, Sileoni habló con Infojus Noticias. Emocionado, recordó al ex presidente Néstor Kichner. “Un 27 de octubre no hay mejor manera de recordar a un gran argentino como fue él desde los lugares donde viven nuestro compatriotas más carecientes”, dijo.
Apoyado sobre una de los andamios con los que se está pintando la nueva construcción, Sileoni recordó cómo poco después de asumir como presidente en mayo de 2003, Kichner se ocupó de la situación de los docentes en Entre Ríos, que desde hacía 90 días casi no cobraban. “Nosotros los educadores decimos que ese fue su primer acto de gobierno, el acto de poner en el centro a la educación. Lo que estamos haciendo aquí es justamente eso: el Estado no puede vivir la vida de las personas, lo que tiene que hacer es mejorarla. Hacer que puedan vivir vidas más justas, menos desequilibradas, con menos posibilidades de no concretar los sueños”, aseguró.
Al recordar el aniversario de la muerte del ex presidente, Carignano aseguró que “no hay mejor orgullo que decirle que aquellos pibes que empezamos a militar, a ir a los actos, a creer que la política podía ser otra cosa diferente a lo que nos enseñaron en los 90, seamos distinguidos, de alguna manera, por el trabajo que venimos haciendo. Y lo hacemos porque hubo una voluntad política de Néstor y Cristina de darnos lugar en el Estado Nacional, en la gestión”.