El ministro de Economía sostuvo que existen “opiniones malintencionadas y malinterpretadas acerca de las condiciones en que se encuentra la Argentina desde ayer”. “Algunos decían que nos íbamos a desvanecer, y acá estamos”, agregó.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, advirtió que “existe una especie de campaña encaminada a sembrar incertidumbre, pánico y terror vinculada con la palabra default”. En conferencia de prensa desde el Palacio de Hacienda, sostuvo que existen “opiniones malintencionadas y malinterpretadas acerca de las condiciones en que se encuentra la Argentina desde ayer”, en referencia a las calificadoras de riesgo, consultoras y medios de comunicación que aseguraron que el país se encuentra en estado de cesación de pagos.
“Algunos decían que nos íbamos a desvanecer, y acá estamos”, bromeó. Y agregó que el gobierno tiene la decisión de seguir trabajando porque “tenemos mucho que hacer”. Explicó que el término default “no es una sensación térmica sino una cuestión eminentemente legal”, y recordó que es una situación en la que se incurre sólo si se produce alguno de los “eventos” previstos en los prospectos de los bonos o en los contratos con los bancos fiduciarios.
Mencionó que Argentina se encontraría en default “si alguno de los eventos hubiera ocurrido, y ninguna de estas cuestiones se cumplen". Y enumeró que se trata del incumplimiento de otras obligaciones (que no atañen sumas de dinero), el incumplimiento cruzado (no pago de otras deudas), la declaración de moratoria por parte de la Nación, que el país objete la validez de los títulos o la condición de “no pago”.
Sobre la última condición, Kicillof afirmó que “el no pago es precisamente el evento que más lejos está de haber sucedido”. Y recordó que “Argentina pagó, y ni el juez duda de eso”. Argentina giró a los bancos fiduciarios los casi mil millones de dólares que correspondían a los vencimientos de mitad de año, el 26 de junio.
De ese total, 539 millones fueron depositados en la cuenta del Banco Central en el Banco Mellon de Nueva York, y están congelados por una medida del juez Thomas Griesa. Al respecto, el ministro consideró que “ese dinero está en un limbo” y la medida “perjudica a terceros, y no a nosotros”, porque los afectados son los bonistas que ingresaron a los canjes en 2005 y 2010, y que son los verdaderos dueños de ese dinero.
“Griesa busca favorecer a los buitres”
“Decir que entramos en default es una pavada atómica”, resumió el ministro. Y declaró que “claramente no hay un default Griesa en ningún prospecto del mundo”. Afirmó que “Argentina tiene todos los instrumentos legales para demostrar que esto no se trata de un default”, y explicó que en los contratos está previsto tan sólo como un riesgo de demora en el cobro de los vencimientos, asumido por los bonistas al aceptar las condiciones.
“Griesa está poniendo en cuestión el cobro de terceros para que un 1 por ciento cobre por sobre el 92 por ciento", reflexionó Kicillof. Y planteó que el juez tiene por objetivo “favorecer a los buitres”, al punto de haber aprobado el pago de los vencimientos en suelo argentino –aún sin tener jurisdicción para supervisarlos– y luego haberse arrepentido “porque los buitres le indicaron que revisara” esa operación.
El ministro se mostró sorprendido por la declaración de Daniel Pollack, a quien se refirió como “el supuesto mediador imparcial”. Por el tenor del comunicado que publicó el facilitador designado por Griesa, Kicillof apuntó que “se le cayó la careta, porque sacó un comunicado digno de los fondos buitre”. Por sus palabras referidas a la situación de Argentina, el ministro respondió “yo que lo conozco, puedo decir que no tiene ni la más pálida idea de lo que es el Mercosur” y aseguró que el abogado no tiene ningún reparo ni interés en el porvenir de los argentinos.
El ministro también se refirió sobre los dirigentes políticos que se pronunciaron sobre el “default” argentino, y dijo que “los que agitan el fantasma del default son los aplaudidores del 2001”. Los señaló como responsables del Megacanje, el Blindaje y “esos engendros financieros”. Y afirmó que “a esos fantasmas, cuando uno les levanta la sábana encuentra a los monstruos que causaron la crisis de 2001”.