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El colegio Guido Spano funciona desde hoy como cooperativa. A una semana del sorpresivo cierre -que incluyó una frustrada mudanza nocturna-, docentes, no docentes, padres y directivos recibieron una capacitación del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). Ahora deberán formar un consejo directivo y labrar un acta, a partir de la que se constituirán formalmente como un ente de educación cooperativista.

“Desde el INAES planteamos algo que tiene que quedar claro: la cooperativa es una empresa, que a partir de una personería jurídica tiene un fin económico, ya que deberá garantizarle el ingreso a todos los trabajadores y generar el excedente necesario para que la cooperativa pueda reinvertir y seguir adelante”, explicó María Elena Fernández, coordinadora del INAES, que dio la capacitación en un salón del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP).

La funcionaria dijo que "hay muy buena predisposición, aunque también existen los miedos lógicos, porque no es lo mismo pasar de una relación de dependencia a fundar una empresa colectiva independiente".

María Fernanda Benítez, secretaría general de SADOP, dijo a Infojus Noticias que en la ciudad de Buenos Aires "las cooperativas de educación son experiencias que funcionan muy bien y desde el gremio son oportunidades para repudiar los despidos arbitrarios y los contratos basura”. “Lo que más nos movilizó con el Guido Spano fue la forma en que se dio el cierre, porque en las anteriores fue hasta consensuado y les dio la oportunidad a los docentes para que pudieran continuar como organización”, contó Benítez.

“El caso de la cooperativa Fishbach es un ejemplo de buen funcionamiento. Es una institución que estuvo a cargo de una empleadora con características evangélicas que tenían previsto el cierre del lugar. Pudieron llegar a un acuerdo con los empleados y les dieron por diez años el lugar en comodato, para que pudieran tener un plazo de acostumbramiento en la gestión”, ejemplificó la representante de SADOP.

"Para nosotros significa continuar con las fuentes de trabajo y por eso es clave poder suministrar apoyo en este proceso, que es una nueva forma de organización, ya que ahora de empleados van a pasar a ser miembros", sostuvo la dirigente. 

Los cerca de 60 integrantes del Guido Spano que estuvieron en SADOP escuchaban, tomaban nota atentos y preguntaban: hasta hace una semana, ninguno estaba enterado en profundidad del rol de cooperativistas que tuvieron que asumir.

“¿Todo debemos resolverlo a través de asambleas?”, preguntó un profesor. “No está bueno vivir en estado asambleario”, fue la respuesta. Fernández explicó que “existen tres tipos de asambleas: en primer lugar la constituyente, que es la que tendrán que resolver hoy y se hace una sola vez para determinar las autoridades, la ordinaria, que obligatoriamente se hace como mínimo una vez al año, y las extraordinarias”.

En la asamblea constitutiva, los integrantes de la cooperativa tuvieron que labrar un acta y designar tres representantes legales y dos suplentes, para conformar un consejo directivo. El consejo no tendrá facultades extraordinarias sobre los demás y el resto de los socios tiene la posibilidad de objetar a través de mecanismos que posibilitan la democratización de las decisiones. En las asambleas, por cada socio hay un voto.

“¿Podremos resolver cuestiones en cuanto a los programas de enseñanza?” preguntó otro de los profesores. Del INAES respondieron que “en principio la cooperativa se debe constituir como cualquier otra. Luego, en deliberación de asamblea, pueden determinar un reglamento interno y aprovecharlo para la poner en juego todas las ideas personales que quieran”.

Un mundo nuevo para los docentes

Esta tarde los profesores del Spano visitaron el colegio Mundo Nuevo, otro caso de cooperativismo. “Nos dieron su apoyo y varios consejos, rescaté sobre todo el funcionamiento interno de las comisiones de trabajo que facilitan las decisiones. Los problemas que teníamos ya no los queremos, por lo que vamos a charlar hasta que podamos lograr el mayor consenso en cada cuestión. Tenemos que definir si trabajaremos bajo un régimen de autónomos o una combinación de asociados y empleados al mismo tiempo, para tener derechos como trabajadores”, dijo Costoya profesor de matemática.

Para Neme, profesor de historia, “es un desafío muy grande y significa la oportunidad de cambiar las cosas que no nos gustaban, obvio que hay dudas e incertidumbre, pero lo estamos encarando con entusiasmo. El día que aparecieron los camiones la palabra cooperativa no estaba en la cabeza de nadie. Pero sentimos que tenemos mucho apoyo de parte tanto del INAES como de los padres y algunos legisladores”.