Infojus Noticias

La Cámara Penal de Morón denegó el recurso de apelación de Julio César Grassi y de esta manera ratificó la prisión preventiva del sacerdote condenado a 15 años por abuso sexual de menores. Grassi continuará preso en el penal de Campana, donde se encuentra detenido desde septiembre.

La estrategia de la defensa de Grassi exponía “que la medida impugnada además de prejuzgar, carecía de fundamentación y devenía absolutamente arbitraria, por ser producto de la voluntad de los jueces y no ser una derivación directa y razonada de lo que surge de las presentes actuaciones”.

Los jueces de Cámara de Morón Fabián Cardoso, Aldo Acosta Argañaraz y Elisabet Fernández, respondieron a este punto que “sus dichos como sustento se reducen a conformar nuda opinión personal que no llegan a conmover la lógica de la resolución apelada y carece de idoneidad como agravio. Que, por otro lado, en el propio desarrollo de sus argumentaciones no llega a definir en qué situación procesal se encuentra su ahijado procesal”.

En septiembre, la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires había ratificado la condena de 15 años de prisión contra el sacerdote Julio César Grassi por los delitos de abuso sexual agravado y corrupción de menores. El máximo tribunal rechazó los recursos extraordinarios presentados por la defensa del cura y confirmó la condena dispuesta por el Tribunal Oral Criminal 1 de Morón.

¿Por qué preventiva si ya fue condenado a quince años de prisión?

Grassi había sido sentenciado a 15 años de prisión por los delitos de abuso sexual agravado y corrupción de menores (sólo por dos de los 17 cargos que pesaban en su contra). El máximo tribunal de la provincia rechazó los recursos extraordinarios presentados por la defensa del cura y confirmó la condena dispuesta por el Tribunal Oral Criminal 1 de Morón. De esta forma, Grassi avanzó sobre la última alternativa que tenía para intentar eludir la condena: apeló la sentencia ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Una vez que el máximo tribunal bonaerense ratificó la condena, el tribunal oral volvió a evaluar el estado procesal de Grassi y decidió detenerlo. Hasta ese momento, el cura gozaba del beneficio de la libertad vigilada. Tres meses atrás, fue detenido bajo prisión preventiva por orden del mismo tribunal, y todo el proceso de apelaciones comenzó de nuevo: ya no sobre la condena de fondo –los quince años de prisión- sino sobre la medida precautoria –la prisión preventiva-. Hasta tanto no haya una condena firme, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación ratifique la sentencia o la revoque, Grassi estará sujeto a la preventiva.

Una vez que se ratifique la condena, el tiempo que haya pasado preventivamente en prisión podrá computarlo como parte de la pena de quince años. Si la Corte Suprema revocara la sentencia y Grassi quedara libre, él podría accionar contra el Estado para reclamar daños y perjuicios por el tiempo que pudiera haber pasado “injustamente” en prisión.