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Los abogados de la familia de Lucas Cabello, baleado por un agente de la Policía Metropolitana en La Boca, apelaron hoy a la decisión del juez de instrucción en lo Criminal Osvaldo Rappa que procesó sin prisión preventiva al efectivo Ricardo Ayala. Para el magistrado, Ayala disparó en "exceso de legítima defensa”. Los abogados plantearon que hubo ensañamiento del imputado al atacar a Lucas y que la Metropolitana puede entorpecer la investigación.

A Lucas el primer disparo lo volteó. Los otros dos los recibió cuando ya estaba tirado en la vereda de su casa en Martín Rodríguez al 500, en el barrio porteño de La Boca. Sin embargo, el jueves de la semana pasada -cuando se vencía el plazo para resolver la situación judicial- Rappa procesó al policía por el intento de homicidio, pero lo dejó en libertad. Describió que actuó de "manera imprudente". El único límite que le puso fue un embargo de 300.000 pesos al que también apelaron quienes representan a la familia de la víctima.

“No puede haber exceso en la legítima defensa en el proceder de Ayala, puesto que no hay legítima defensa en su accionar”, escribieron Gabriela Carpineti y Nahuel Berguier en el recurso al que tuvo acceso Infojus Noticias. “Esta querella considera que son agravantes de la tentativa de homicidio, además de la condición de miembro de una fuerza de seguridad, el ensañamiento del imputado al atacar a Lucas Cabello”, agregaron.

Para los abogados el juez realizó una valoración “sesgada y parcial” de la prueba para tomar esa decisión. “Pretende desvirtuar los testimonios de todos los testigos de la causa, toma únicamente por ciertos y sin crítica alguna el testimonio brindado por Brian M., quien tenía una manifiesta enemistad con Lucas Cabello, y con diversos vecinos del lugar”, según se desprende del recurso de apelación. “Más aún, Brian M. forma parte de la familia que era protegida por la custodia policial de la Policía Metropolitana, de la que formaba parte el policía Ayala”, aportaron.

En el expediente está acreditado –y el juez asegura estos hechos en el auto de procesamiento– que el 9 de noviembre Lucas recibió tres impactos de bala y que el autor de los disparos es Ayala. Producto de estos disparos el joven está internado en una clínica privada y sufre una cuadriplejia prácticamente irreversible. También está comprobado que el joven estaba desarmado. El único arma secuestrado en la causa es la pistola Pietro Bereta px4 storm calibre 9mm y tres vainas que llevaban la inscripción 9. Luger CBC.

“Ayala disparó una vez volteando a Cabello, y una vez la víctima en el suelo, el imputado continuó disparando con ensañamiento y verdadera furia asesina. Los intentos por atenuar la situación procesal de Ayala se chocan de frente con la lógica de la reconstrucción del hecho”, dice la apelación de los abogados.

Carpineti y Berguier recordaron, en el escrito que presentaron esta mañana, que la Metropolitana presionó a testigos del caso para que declararan en favor del efectivo. Por eso, la libertad del agente Ayala puede entorpecer la investigación judicial.

Prejuicios y discriminación

En su fallo de la semana pasada, el juez Rappa hizo hincapié en que Lucas es un hombre corpulento, que tenía una “actitud increpante” y no estudiaba ni trabajaba. Además, de alguna manera justificó el accionar policial en la descripción que hizo de Ayala. Tiene sólo 20 años, poca experiencia, le tocó un “barrio hostil” en el que hay dificultades para comunicarse con el Comando y, por eso, fue “imprudente en su manejo con el arma”.

“Las afirmaciones del juez con las que valora las características personales del procesado y las de la víctima carecen de parcialidad, y se nutren de prejuicios y discriminación social”, escribieron Carpineti y Berguier. 

MFA/RA