Coincide con el pedido de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo. Ana María Grimaldos es juzgada por inscribir como propio en1977 al hijo de los militantes desaparecidos Hugo Penino y Cecilia Viñas, que dio a luz en la ESMA. Grimaldos es esposa de Jorge Vildoza, subdirector de la ESMA en la dictadura. El ex marino está prófugo de la justicia.
La fiscalía que encabeza Horacio Azzolini pidió hoy que se condene a 12 años de prisión a Ana María Grimaldos, que en 1977 inscribió como propio al hijo de Hugo Penino y Cecilia Viñas, después que la mujer diera a luz estando secuestrada en el centro clandestino de detención que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Grimaldos está con una medida de prisión preventiva por estos hechos, pero los cumple con arresto domiciliario por motivos de salud.
El pedido de pena coincide con el que la semana pasada presentó la querella de Abuelas de Plaza de Mayo, encabezada por los abogados Alan Iud y Pablo Lachtner. Consideraron a Grimaldos coautora penalmente responsable de la “retención y ocultamiento de un menor de 10 años” y “falsificación de documento de identidad y estado civil”. “Se ha acreditado el conocimiento que ella tenía del origen del niño” y que no hizo nada para que el chico conociera su identidad, argumentó el organismo.
La mujer que llega a juicio es esposa de Jorge Vildoza, subdirector de la ESMA durante la última dictadura cívico-militar. Ella asegura que Vildoza murió en Sudáfrica en 2005, pero no aportó pruebas fehacientes de eso a la justicia argentina, donde aún sigue abierto un pedido de captura internacional para el represor.
Durante el debate la mujer intentó recargar la responsabilidad sobre Vildoza. Se describió a sí misma como ingenua y sumisa y dijo que “había temas sobre los que no se hablaba en nuestro hogar y ello incluía el trabajo de mi esposo”. Y también que pudo haber “pecado de ingenua al dar por cierto, en un exceso de confianza, que tal como me había asegurado esposo, Javier había sido adoptado legalmente”.
Para el fiscal, sin embargo los argumentos de Grimaldos se dan por tierra. Solo con mirar la partida de inscripción del niño, donde con la colaboración del capitán de fragata médico y jefe del departamento de Sanidad de la ESMA, simularon un lugar, un horario y una fecha para un parto que Grimaldos nunca tuvo. “No tenemos dudas acerca de su participación en la falsedad ideológica que registra ese documento”, dijo Azzolini.
Javier, el hijo de Cecilia y Hugo, fue arrancado de los brazos de su madre a poco de nacer e inscripto como hijo propio por los Vildoza – Grimaldos. En 1998, se presentó ante la Justicia y solicitó que se le realizaran los análisis inmunogenéticos, ya que había tomado conocimiento sobre la causa judicial abierta contra sus apropiadores. En julio de ese año, los resultados del análisis le confirmaron que Cecilia y Hugo eran sus padres, y también que por su militancia fueron secuestrados el 13 de julio de 1977 cuando ella llevaba siete meses de embarazo.
Cecilia fue llevada a la Base Naval de Buzos Tácticos de Mar del Plata y, finalmente, a la ESMA donde a mediados de septiembre de 1977 dio a luz a su hijo, al que llamó Hugo Carlos, en un parto asistido por el médico Jorge Magnacco. Hugo Penino también fue visto por sobrevivientes del ESIM de Mar del Plata.
En diciembre de 1983, Cecilia logró comunicarse telefónicamente con sus familiares insinuando que se encontraba bajo custodia militar y que esperaba ser liberada, y también confirmó el nacimiento de su hijo. Al que su familia y la de Hugo buscaron junto a las Abuelas de Plaza de Mayo. En marzo de 1984, en democracia, estableció el último contacto con su familia y luego no se supo más de ella.
Por testimonios de sobrevivientes, Abuelas de Plaza de Mayo inició una causa judicial contra el marino Vildoza, suponiendo que tenían en su poder un niño que podía ser hijo de desaparecidos. En 1986, Grimaldos y Vildoza se fugaron con el niño rumbo a Paraguay, desde donde fueron a Gran Bretaña, Austria y Sudáfrica. Parte de ese periplo y los documentos falsificados que usaron para huir fueron presentados, durante el debate, y para el fiscal son prueba de que Grimaldos no podía ignorar lo que sucedía.
Grimaldos estuvo 24 años prófuga por estos hechos, hasta el 2 julio de 2012, cuando fue encontrada en una casa que la familia tiene en la localidad bonaerense de Acassusso. El paradero de Vildoza -represor que tenía intervención en la entrega de niños hijos de mujeres embarazadas detenidas- es aún desconocido.
La audiencia de hoy fue la cuarta en el juicio oral y público por la apropiación de Javier Gonzalo Penino Viñas, el hijo que Cecilia dio a luz en una sala de la ESMA, dos meses después de haber sido secuestrada. Las audiencias de este debate se realizan ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 4 de la Capital Federal -integrado por los jueces Leopoldo Bruglia, Néstor Costabel y Pablo Bertuzzi-, en la sala A de los tribunales de Comodoro Py 2002 (Retiro).
Cecilia y Hugo
Los padres de Javier, fueron secuestrados la madrugada del 13 de julio de 1977, cuando volvían de un velatorio a su departamento del barrio porteño de Almagro. Ambos eran marplatenses y militantes.
Sara Solarz de Osatinski es una de las sobrevivientes del centro clandestino que vio a Cecilia adentro de la ESMA. “Venía de Buzos Tácticos de Mar del Plata y dio a luz a un varón y durante mucho tiempo venían a visitarla a la pieza de las embarazadas los altos jefes. (Antonio) Vañek (jefe del comando de Operaciones Navales y luego jefe del Estado Mayor General de la Armada); venían (Jacinto) Chamorro (el director de la Escuela) y (Jorge) Vildoza. Eran visitas permanentes. Dio a luz alrededor de octubre de 1977. También estuvo (el médico, Jorge) Magnacco”, declaró la mujer que ayudó en el parto de Cecilia.
Cecilia tenía 30 años cuando fue secuestrada y varios sobrevivientes del centro clandestino la reconocieron como “la chica del camisón azul”, porque con esa prenda estuvo vestida varios días antes del parto. En declaraciones realizadas previamente, Ana María Martí, otras de las detenidas que pasó por ese centro la recordó “como bonita, inteligente y que tenía claro lo que iba a pasar con ella una vez que tuviera a su bebé”. Pero el caso de Cecilia no fue como los demás. Aunque permanece desaparecida, tuvo contactos con su familia “en los albores de la democracia”. Llamó a su familia entre diciembre de 1983 y el 19 marzo de 1984, después nada más se supo de ella.
MB/AF/RA