Lo fijo el fiscal Jorge Auat, de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, en el inicio de los primeros cursos de la Fundación Internacional Baltasar Garzón. El ex juez participó de la inauguración. Entre hoy y mañana se debatirá sobre el concepto de Justicia Universal. Y el jueves y viernes, sobre crímenes económicos y financieros.
El concepto de Justicia Universal es uno de los principales puntos de debate internacional en lo que respecta a los delitos graves contra los derechos humanos. Y es por eso también el eje de la primera edición de los cursos de la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR) – Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) que se dan hoy y mañana en la ciudad de Buenos Aires. En el panel de apertura estuvo el ex juez Baltasar Garzón, director del curso; Pablo Vassel, coordinador académico; Nicolás Trotta, rector de la UMET, y Jorge Auat, a cargo de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad. El fiscal fue en representación de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, que está enferma.
Garzón agradeció la posibilidad de estar ahí y la colaboración de diversos sectores para que el encuentro pudiera hacerse. En un guiño a los inscriptos a las jornadas, les pidió que “participen y aprovechen todo lo que los expertos en la materia pueden ilustrar”. Históricamente los Estados se comprometieron, a través de tratados internacionales, a proteger los derechos humanos, y dieron lugar a un derecho supraestatal en la que se ubica el concepto de Justicia Internacional.
En su aplicación más “pura”, la Justicia Universal habilita a cualquier Estado a conocer sobre crímenes internacionales con los que no tienen vinculación, teniendo en cuenta que son de tal gravedad que afectan a la comunidad internacional en su conjunto. Algo que hizo Garzón desde España con los crímenes ocurridos durante la última dictadura cívico-militar argentina.
Entre el público también estaban Darío Rivas, un español de 94 años, víctima del franquismo; Tati Almeyda, madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora; el embajador de Perú y la presidenta de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal y titular de Justicia Legítima, María Laura Garrigós de Rébori.
Después de Garzón fue el turno de Auat, que resaltó la importancia de estar ahí y dijo que si algo caracteriza a Gils Carbó es “es la gestión por los derechos humanos. El Ministerio Público Fiscal lleva la bandera de los derechos humanos”, aseguró. Y agregó: “La justicia no es formal, es un valor fundamental” y sostuvo que “la justicia universal es la respuesta que se da a la injusticia universal”.
El fiscal resaltó la importancia de que se realicen este tipo de foros “para debatir, discutir y compartir problemas” y resaltó cómo en lo relativo a jurisdicción internacional, el juez Garzón “empezó a investigar los conflictos profundos en América Latina” y “cómo se buscó que no queden impunes los crímenes de lesa humanidad”.
También resaltó que el camino para avanzar contra la impunidad de los crímenes de lesa humanidad, “no es sencillo, llano o lineal” y que hay que ver “desde qué lugar y cómo se los enfrenta”. “El desafío es pensar estratégicamente, enfrentando la realpolitik”, y consideró todo eso como partes de los escenarios en los cuales se va a trabajar. “La jurisdicción universal no tiene que ver con los límites geográficos o temporales”, agregó.
“El hoy tiene un pasado y ese pasado, víctimas. Y esas víctimas hay que resignificarlas”, dijo y agregó: “Garzón miró ese pasado desde España”, en referencia al trabajo que hizo el ex magistrado con lo sucedió en nuestro país y otros de la región durante la última dictadura. “La impunidad siempre atraviesa los grandes crímenes. De lo que se trata es que salga”, agregó.
Tiempos de esperanza
Entre el público también estaba Dolores Delgado, de la Fiscalía de la Audiencia Nacional que acusó en España a Adolfo Scilingo, por delitos de lesa humanidad ocurridos en Argentina. “En Argentina está la esperanza, la justicia de ida y de vuelta”, aseguró Delgado.
Después de ella habló Tati Almeyda, que dijo a Garzón que no sólo le agradecía en nombre de las Madres, sino “muy especialmente en nombre de los 30.000 detenidos-desaparecidos”. “Lo que se está hablando tiene que ver con la memoria”, dijo, ante la sonrisa de Garzón.
Almeyda sostuvo que la búsqueda siempre estuvo ligada a la “memoria, verdad y justicia. Justicia legal, jamás mano propia”, agregó. Y con voz firme agregó: “Esa justicia la estamos logrando y es el resultado de la lucha inclaudicable de los organismos de derechos humanos. Y gracias a ese otro querido hijo: Néstor Kirchner, que puso a los DDHH como política de Estado y así se pudo empezar a juzgar estos crímenes en la Argentina”. Almeyda puso especial hincapié en que el de 1976 fue un golpe “cívico, militar y clerical”.
Cerró su intervención con una frase que produjo sonrisas en todos los presentes: “Seguimos adelante. Nosotras –por las Madres- no vamos a bajar los brazos. A pesar de los carritos, las sillas de ruedas, los bastones, las locas seguimos de pie”. Todos la aplaudieron.
Durante la jornada de hoy y mañana habrá diferentes expositores que disertarán sobre temas relacionados. La conferencia de clausura será mañana a las 18 y estará a cargo de Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo. Las jornadas se realizan en el octavo piso de la sede de la UMET en Sarmiento 2037, CABA.
Entre el jueves y viernes se desarrollará el curso “Crímenes económicos y financieros: nuevos crímenes de lesa humanidad”, que buscará reflexionar sobre el fenómeno creciente del delito económico desde la perspectiva de los derechos humanos. “También urge analizar la relación que existe entre los poderes económicos y las dictaduras y gobiernos autoritarios”, indicaron los organizadores y señalaron que “se impone un análisis desde el punto de vista jurídico de este tipo de relaciones recurrentes imprescindible a la hora de estudiar las violaciones de derechos humanos a nivel internacional”.