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Las calles aledañas a la feria La Salada, en Ingeniero Budge, amanecieron regadas de escombros, piedras, clavos "miguelitos" y neumáticos quemados. Como cada martes y jueves, anoche la feria debía abrir. Un centenar de puesteros que ocupaban las calles que rodean del predio de 20 hectáreas cortaron el Camino de la Ribera y los accesos principales a La Salada. El objetivo, decían, era evitar un  desalojo inminente.

Desde hace una semana, la feria era una olla a presión. El jueves, topadoras y camiones arrasaron con los puestos que ocupaban veredas y calles aledañas a la margen sur del Riachuelo, siguiendo una orden judicial de la UFI Nº 4 de Lomas de Zamora. Ayer por la tarde, un rumor comenzó a calentar el ambiente. La Policía Bonaerense avanzaría sobre los puestos instalados en la vía pública, en calles y veredas internas. Entonces, todos se organizaron para “resistir” el desalojo.

“Mandamos unos 170 efectivos. Cuando llegamos había una manifestación, piquetes, personas con capuchas, piedras y palos”, contó a Infojus Noticias Comisario Mayor Freire Marcelo Jefe Distrital Lomas De Zamora. “Desde la Municipalidad aportamos equipamiento vial para sacar a los puesteros. Pero la Policía no avanzó con el desalojo. Una vez que se retiró la Policía, los que administran esos espacios de manera irregular comenzaron a romper las luces y las cámaras de seguridad”, contó Diego Etchegorry, sub director de Comunicaciones de Lomas de Zamora.

En total destruyeron siete cámaras de seguridad, las que estaban sobre el Camino de la Ribera y casi todas las luces de las calles. Desde una terraza un grupo periodistas registraban los incidentes. “Había dos grupos de gente”, contó Nacho Girón, autor del libro La Salada. “Por un lado estaban los feriantes que se manifestaban para impedir el desalojo. Por otro, un grupo más chico que se hacía notar, muy violento. Tenían armas. Con mis propios ojos vi a un hombre en moto disparar con una ametralladora”, dijo.

La Salada es en realidad un conglomerado de cuatro ferias. Tres de ellas están organizadas en galpones y tienen un marco legal: son Urkupiña, Punta Mogote y Ocean. La cuarta funciona a cielo abierto y se conoce como La Ribera, la que fue desalojada la semana pasada. Otro espacio irregular es el que se extiende entre las calles internas y laterales: Falucho, Virgilio, Euskadi, Arana Goiri y Tilcara. Son puesteros que aprovechan el flujo de clientes que deja la feria textil. A quienes controlan esas parcelas de la vía pública, en la jerga interna, le llaman “armadores”. La municipalidad de Lomas de Zamora quiere trasladarlos a un predio conocido como Campo Pons, a unas cuatro cuadras de La Salada. Pero ellos se niegan. Aducen que no tiene buenas condiciones y que es lejano.

“No son feriantes, pero son personas que encuentran su fuente de trabajo en esa actividad. Es lógico que intenten cuidarlo. Una cosa es desalojar La Ribera y otra muy distinta es sacar a los puesteros de las calles de la feria”, dijo a Infojus Noticias Jorge Castillo, administrador de La Salada. “Son picaros que vieron el negocio. La municipalidad por fin se puso las pilas y les pidió que se retiren”, opinó Enrique Antequera, administrador de Urkupiña. En la zona, varios sostienen que integrantes de algunas barras bravas (como la facción de Lomas, de la barra de Boca) dominan y administran las parcelas invisibles donde dos veces por semana montan puestos callejeros.

Anoche, las barricadas y las fogatas encendidas, principalmente frente al mercado llamado Punta Mogote, impedían el funcionamiento del lugar.

El retorno

El primer desalojo de La Ribera fue 2012 y se hizo en el marco de la causa por el saneamiento del Riachuelo. El fallo Mendoza -dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 2008- entre otras cosas ordenaba la liberación de 35 metros a ambas márgenes del Riachuelo: el camino de sirga. “Desde noviembre pasado, comenzaron a ocupar otra vez parte de zona. Ya tomaban dos carriles de los cuatro que tiene la calle”, contó a esta agencia Iván Budassi, titular de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires. ARBA tiene dos oficinas instaladas en el interior de la Feria y desde marzo de 2014 logró regularizar cerca de 3500 puestos.

El jueves pasado, 20 camiones se llevaron los caños retorcidos de los puestos ubicados en el camino de la Ribera.

WC/SH