Manuel es el hermano de Laura Iglesias, una trabajadora social que fue asesinada hace dos años en Miramar. Hay un solo acusado: Esteban Cuello, que tenía antecedentes como violador. Para Manuel, no es el único implicado en el crimen de su hermana. Y denuncia el sospechoso papel de fiscales y policías en la investigación y las coincidencias con otros femicidios ocurridos en la costa, como el de Natalia Mellman y Mara Mateu.
Laura Iglesias, trabajadora social del Patronato de Liberados, fue violada y asesinada por estrangulamiento el 29 de mayo de 2013 en Miramar. Tenía 53 años. Existe un único imputado por el hecho, Esteban Cuello, que tenía 19 años al momento del crimen, con antecedentes como violador, acusado de “abuso sexual agravado seguido de muerte” y robo. Está probado que Cuello intervino en el crimen: cuando allanaron su casa, la policía le secuestró ropa interior y al peritarla encontró ADN de Laura. Y al mismo tiempo, en el cordón con el que se hizo el lazo para estrangular a Laura se halló ADN de Cuello. La familia de Laura cree que Cuello es uno de los culpables, pero no el único. Manuel Iglesias, hermano de Laura, denuncia el sospechoso papel de fiscales y policías en la investigación y las increíbles coincidencias con casos anteriores ocurridos en la costa. “Tenemos la certeza de que hubo más implicados”, sostiene.
El trabajo de Laura consistía en “tutelar” a los liberados, ayudarlos en su reinserción social. “Mi hermana era una mujer muy solidaria. Eligió la carrera que eligió porque era muy sensible. Ella se preocupaba por sus tutelados, luchaba por sacarlos adelante, quería brindarles oportunidades. No me creas a mí, preguntale a sus tutelados, y vas a ver. Algunas veces, incluso, me contactó a mí para tratar de ayudarlos. No me cabe ninguna duda de que su trabajo molestaba a cierto poder, que quiere que la joda siga”, dice Manuel.
Nos encontramos en un bar. Manuel pide un cortado en jarrito, pero no lo toma: han pasado más de cuarenta minutos y el cortado sigue a medio terminar, probablemente helado, probablemente ya intomable. ¿Quién mató a Laura Iglesias? Cuello, sí, pero ¿quién más? El 29 de mayo de 2013, el auto de Laura encalló en el barro. Ella regresó a su casa –estaba a 700 metros– y una vecina la llevó a un curso que estaba haciendo como parte de su trabajo. Cuando terminó el curso, fue a visitar a uno de sus tutelados. Luego volvió y, como el día estaba soleado, pensó que podía recuperar su auto y fue a buscarlo. Aquí se pierde su rastro, hasta que al día siguiente aparece su cuerpo, en un descampado, a 200 metros de donde estaba el auto. Las dudas de Iglesias son muchas. Como un detective improvisado, movilizado por amor, Iglesias enumera hechos, recopila momentos sospechosos de la pesquisa y se hace preguntas difíciles de responder:
* El caso de Natalia Mellman, ocurrido en 2001, también en Miramar, tuvo características similares al de mi hermana. Tanto Mellman como Laura y como Mara Mateu fueron violadas y asesinadas, y ambas fueron estranguladas con el cordón de su zapatilla izquierda. En los dos casos, la misma metodología. En el caso de Mellman hubo tres policías condenados a cadena perpetua. En 2012, estos policías comenzaron a tener salidas transitorias. Le pregunté al fiscal Rodolfo Moure si estaban adentro cuando fue asesinada mi hermana. No me dio ni cinco de bola. Hay otro caso de características similares: el de Mateu, violada y estrangulada con el cordón de su zapatilla izquierda en 2008, en Santa Teresita. ¿No merece ser investigada la coincidencia? Cuello tendría apenas 13 años cuando asesinaron a Mateu y 5 cuando asesinaron a Mellman. El secretario de Seguridad de Monte Hermoso, Ricardo Triches, cuya casa fue incendiada tras el reciente asesinato de Catherine Moscoso, había sido acusado en 2001de encubrir el asesinato de Mellman.
* ¿Por qué Laura no llamó al remolque? Y si lo llamó, ¿por qué no vino el remolque? ¿Por qué no se investigó esto?
* ¿Por qué la policía no se interesó en investigar ni la computadora ni el cuaderno de notas de Laura?
* Tengo un video del día siguiente del crimen. Una periodista dice: en este lugar fue hallado el cuerpo de Laura Iglesias. ¿Por qué no se aisló la escena del crimen? ¿Tan seguros estaban que no iban a tener que volver al lugar a buscar alguna prueba? En otro video, un policía declara: aquí cerca vive un conocido violador, con antecedentes. ¿Ya lo sabían todo? El violador al que se refería era Cuello.
* Cuando detuvieron a Cuello, lo revisó un médico legista y no le encontró ni un solo rasguño. Sin embargo, Laura tenía signos evidentes de haberse defendido. ¿Cómo es posible?
* El cuerpo de Laura apareció en un terreno lleno de chircas, un arbusto tan tupido que desde afuera no se puede ver lo que pase adentro. Algunos cuentan que ese lugar lo utilizaban parejas para tener encuentros sexuales. Siendo así tendrían que haber encontrado pelos, fluidos, de todo un poco. Sin embargo, en las muestras que sacaron no apareció ningún perfil distinto de los de Cuello y Laura. ¿Cómo puede ser?
* La autopsia estableció que Laura fue golpeada con un objeto contundente. ¿Dónde está ese objeto contundente y por qué no se lo buscó?
* Durante la autopsia se sacan fotos, también, de las prendas que vestía Laura en el momento en que la matan. En el abrigo que tenía Laura aparecen unas manchas que mi hermana Alicia me dice: Manuel, fijate, para mí son manchas de semen. Nosotros habíamos contratado a un perito genetista, le mandamos las fotos y el perito dijo “sí, parecen, habría que peritarlas”. Soicitamos la pericia del abrigo. El fiscal Moure nos dice que ya tiene suficientes pruebas para condenar a Cuello, que incorporar más pruebas iba a traer confusión, que además era probable que a lo mejor Laura hubiera tenido un encuentro sexual antes de ir a buscar su auto (sic). Moure no permitió que peritáramos la campera.
* Cuello estaba viviendo en la casa de un primo. Con la mujer del primo estaban yendo hacia Miramar ese día y cuando pasan frente al lugar del crimen, Cuello dice: “Cuánta policía que hay ahí”. Y la mujer del primo le dice que habían encontrado a una mujer muerta. Y entonces Cuello le dice: “Tengo que avisarle a Raúl para que se esconda”. Se refería a un amigo de él, Raúl López Álvarez. Eso figura en el expediente. Raúl dice que estuvo todo el día en la casa de la novia. ¿Quién corrobora sus dichos? La mamá de Raúl. Dice que sí, que ella lo fue a buscar a la casa de la novia. Listo, ya está, no se investigó más.
* Las oficinas del Patronato de Liberados estaban pegadas a las oficinas de la fiscalía. Laura iba a trabajar con su vehículo todos los días. ¿Cómo no iban a saber de quién era ese auto? En la mañana del día 30 pasó la patrulla urbana y lo vio. Yo no puedo creer que no supieran de quién era.
* Cuando fuimos a mudar las cosas de Laura, yo estaba buscando un camión para hacer la mudanza. Aparece el comisario de la DDI (Dirección de Investigaciones) y me dice “les conseguí un camión del municipio”. Coordinamos que al día siguiente iba a venir. Habían quedado algunas cosas para desamurar, sacar de la pared, etc. Estaba muy cansado y pensé: bueno, mañana temprano, antes de las 10, hago lo que falta. A las 8 de la mañana estaba el camión ahí. Comprendí que nos estaban echando, nos estaban diciendo váyanse de acá.
* Teníamos una sospecha sobre alguien que había amenazado de muerte a mi sobrina (NdelR: Manuel explica off the record las razones de la amenaza, pero pide que no se hagan públicas para proteger a su sobrina). Esa persona tenía un número de celular. Investigan ese número y la empresa telefónica dice que el celular hace como un año que no tiene movimiento, que pertenece a una mujer domiciliada en Tucumán. O dio un número de celular falso o ellos anotaron mal el número, pero ahí se dio por terminada la investigación del celular.
* El celular de Laura no se encontró, tampoco el estéreo de su auto. Decían que el estéreo lo tenía Cuello, porque un testigo dijo que lo había visto saliendo del auto con una cosa rectangular de color blanco que, presuponía, era el estéreo. En base a esos dichos del testigo lo detienen a Cuello.
–¿Qué razones tendría la policía bonaerense para matar a Laura?
–Laura, pero no sólo ella sino también otras trabajadoras del Patronato de Liberados, decían que los tutelados les cuentan que la policía los aprieta para que trabajen para ellos. ¿Recordás el caso de Luciano Arruga? Imaginate qué fácil es apretar a esta gente, que ya tiene una caída, antecedentes. Laura era bastante osada. Creo que es probable que le haya dicho a alguien: si te siguen apretando, decile a esta persona que yo lo voy a denunciar. Y entonces alguien pensó ¿nos quiere sacar el negocio esta mujer?
–¿Y en cuanto a las amenazas recibidas por la hija de Laura?
–Es otra pista que también tendría que haber sido investigada, y no descarto que haya habido relación entre una cosa y la otra.
–¿Qué piensa de la convocatoria Ni una menos?
–Creo que no tiene que ser solo un reclamo de las mujeres. Que los que nos consideramos hombres también tenemos que decir Ni una menos. Quiero que cada vez se divulgue más el caso de Laura, que sea un clamor tan ensordecedor que no se pueda ignorar. Y con esta consigna también: el pedido de Ni una menos tiene que ser tan fuerte que nadie se pueda hacer el boludo.
DR/RA