Fueron desalojados días atrás por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Denuncian maltratos en los procedimientos y robos por parte de la Policía Metropolitana. Los mensajes estaban dirigidos al jefe de gobierno: “Macri, existimos desde siempre”, decía uno de ellos.
Un grupo de manteros cortó nuevamente la avenida Pueyrredón, a la altura de la esquina con la calle Perón, en el barrio porteño de Once. Los vendedores tenían sus puestos en las veredas de la zona y fueron desalojados por el gobierno de la Ciudad. Denuncian maltratos en los procedimientos y robos por parte de la Policía Metropolitana.
“La forma siempre es la misma. Aparecen varias camionetas y se ponen en las dos esquinas donde van a hacer el operativo. Sin mostrar ninguna orden arrasan con nuestra mercadería. Si te quejás o intentás quedarte con lo que te están quitando, te ponen unos precintos de plástico en las manos atrás de la espalda. Si te seguís quejando, te llevan unas horas detenido”, dijo a Infojus Noticias José Luis, uno de los vendedores ambulantes.
Las personas que se reunieron en la esquina de la estación de trenes de Once no llegaban a cien, pero estaban indignadas. Los carteles con los que se manifestaban eran todos amarillos (el mismo color que se identifica al PRO) y los mensajes estaban dirigidos al jefe de gobierno: “Macri, existimos desde siempre”, “La solución está en buscar consenso”, “Pedimos diálogo”. El fuego improvisado con el que acompañaron la protesta tenía un olor rancio, ya que para mantenerlo desde el mediodía hasta las siete de la tarde usaron todo tipo de objetos, incluso basura.
“Esta protesta es porque estamos cansados de que nos roben la mercadería. Todas las semanas pasa lo mismo, incluso te roban cosas que no tienen nada que ver con la mercadería que uno vende y no te dan ningún inventario de lo que te quitan. Lo toman y lo tiran en sus camionetas”, contó Carmen.
La semana pasada, la Metropolitana les secuestró la mercadería a un grupo de senegaleses en un operativo que se realizó de madrugada y a la fuerza. Entraron a todas las habitaciones del edificio, maniataron a menores y desnudaron a mujeres. Después los obligaron a firmar -a punta de pistola- documentos que no entendían porque no hablan español. La Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires denunció a la fuerza de seguridad y a funcionarios del gobierno porteño.
Otra situación relacionada con la venta ambulante es la de una “mafia” de las marcas truchas que opera en varias de las estaciones de terminales de la Ciudad. En esos casos la justicia suele avanzar contra los puesteros y se queda en ellos, ya que como se trata de una actividad de subsistencia no se la considera delito. El entramado de falsas empresas, altísimos alquileres y ropa trucha está siendo investigado por la Fiscalía Federal N° 6, a cargo de Federico Delgado.
“Nosotros no somos ninguna mafia, acá estamos frente a quien venga y damos la cara. Vendemos lo que podemos para sobrevivir y la plata nos alcanza justo para el día. Pedimos trabajo y respeto”, dijo Antonio.