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A la hija de Margarita Meira, Susy Becket, la asesinaron 16 años antes de la sanción de la ley de trata. Estaba embarazada y tenía 18 años. Su madre la buscó durante un año hasta enterarse que había sido víctima de explotación sexual y que la habían matado. Desde entonces dio pelea desde su comedor Madres de Constitución para denunciar a los proxenetas porteños, asistir a los vecinos y enredarse con otros familiares. La hija de Silvia González, Milagros, tenía 14 años y una discapacidad mental cuando fue secuestrada por una red en marzo de 2013 en Burzaco. Pudo escaparse, pero las secuelas de las violencias que sufrió durante el encierro la empujaron a una internación psiquiátrica. Este mediodía, Margarita y Silvia inauguraron junto a otras mujeres el primer local de Madres de Víctimas de Trata en el barrio de Constitución. “Queremos que la trata sea un delito de lesa humanidad y que se cierren los prostíbulos”, dijo la mamá de Susy durante el acto.

En un local en Santiago del Estero 1662, un lugar que había sido tomado por narcotraficantes y fue recuperado por los vecinos, funcionará la sede de esta agrupación que ya tiene el nombre en un cartel a la calle. De las paredes del local cuelgan fotos de niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas. También hay una muestra fotográfica que reconstruye escenarios de la trata e historias de sus víctimas. “No están desaparecidas, están en los prostíbulos” era el mensaje que acompañaba las imágenes.

En la mesa central del acto estaban sentadas Margarita, Silvia, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora y Miguel Santiago, el abogado de la organización. “Somos las madres que buscamos a nuestras hijas” dijo Silvia sin micrófonos y lejos de los protocolos de las conferencias de prensa. Todos valoraron la sanción de la ley que tipificó el delito en 2008 pero hicieron foco en los desafíos actuales.

“No hay centralización de datos sobre desaparecidos donde los jueces puedan pedir información para cotejar. Necesitamos un registro nacional con fichas dactiloscópicas unificadas de las personas que están desaparecidas”, reclamó el abogado.

Durante el acto, se mencionó varias veces el caso de Maida Natalí Castro que es acompañado por Madres de Víctimas de Trata. Maida estaba desaparecida desde 2010 cuando tenía 17 años. La buscaban como posible víctima de trata. Sin embargo, esta semana fue identificada en el cementerio de General Villegas, de La Matanza. Había sido enterrada como NN.

Santiago representa a la mamá de Maida como abogado y parte de la agrupación. “Todavía se están investigando las circunstancias y cómo murió. Pero fue enterrada un día después de su desaparición. Se perdió mucho tiempo y actuaciones de la Justicia que con un banco de datos de huellas que crucen jurisdicciones se hubiese podido resolver más rápido”, dijo el abogado a Infojus Noticias.

“El dolor de una madre es nuestro dolor”, expresó Cortiñas cuando pidió la palabra. A su lado estaba la tía de Karina Fedato, desaparecida desde 2013. Más tarde se unió al grupo de familiares de víctimas, Pedro Pennacchi, el hermano de Florencia, desaparecida en Buenos Aires hace una década.

“Hay muchos colectivos que abordan la temática de violencia de género pero acá estamos abriendo un espacio que va a encarar el tema de la trata específicamente” explicó Pedro a Infojus Noticias cuando se sumó a la celebración de apertura. Destacó la importancia del acompañamiento a los familiares. “Nosotros cuando fue lo de Flopy teníamos todo pero hay familias que sufren mucho y están solas”, contó.

“Lo único que me contenta el alma a mí y a mi mamá es encontrarla a Flor”, dijo el joven que tenía 25 años cuando desapareció su única hermana. La joven neuquina que estudiaba en Buenos Aires tiene 35 años.

Se leyeron múltiples adhesiones a la inauguración del espacio. Sin embargo, las palabras de Alika Kinan que llegaron desde Tierra del Fuego en formato de carta fueron las únicas que hicieron lagrimear a parte del público. Alika sobrevivió al delito de la trata en el sur del país y hoy pelea desde su lugar para poder rescatar a otras chicas y sensibilizar sobre la temática.

Afuera del local, varones y mujeres conocidos como Mariposas A.U.Ge (Acción Urbana de Género) vestidos totalmente de rojo encabezaron una performance artística para visibilizar la temática. Llevaban antifaces en sus ojos y cintas en sus bocas. Los acompañó una batucada. La intervención cerró con un aplauso de los presentes. 

Madres de Víctimas de Trata propone la implementación de un protocolo de búsqueda para la presunción del delito de trata, la imprescriptibilidad de los expedientes en todas las desapariciones y la caratulación de las causas en el marco del delito de la trata. La agrupación también hace hincapié en la necesidad de un registro nacional de entierros NN, un registro nacional de huellas dactilares, entre otras acciones para terminar con “la complicidad policial y judicial”. 

MFA/LC