Ayer Estela y sus tres hijos -Remo, Kibo y Claudia- pudieron abrazar por primera vez a Guido Montoya Carlotto, el hijo de Laura. "Se despidió diciéndole a mamá 'chau abu'". El menor de los hermanos Carlotto contó cómo fue el encuentro.
El primer abrazo, el que se demoró 36 años, llevó más de seis horas. “Fue un encuentro soñado, como lo imaginamos. Si hasta despidió a mamá diciéndole “chau abu”. Muy emotivo, lleno de felicidad, importantísimo. Estuvimos horas conversando, comiendo algo, y se nos fue pasando el tiempo” contó Remo Carlotto esta mañana a Infojus Noticias.
Estela y sus tres hijos –Claudia, Kibo y Remo- se reunieron ayer con Guido Montoya Carlotto. Prefieren reservarse dónde fue el encuentro: hay un pedido expreso de la familia y de Abuelas de respetar el derecho a la intimidad del nieto 114. Ayer Guido tuvo que dejar la ciudad de Olavarría a escondidas para ir hasta La Plata a encontrarse con la rama materna de su familia. Viajó acompañado de sus tres amigos del alma- con los que comparte su vocación de músico y docente- y de su mujer, que participaron con él de la reunión familiar.
-Fue un encuentro hermoso, con mucha tranquilidad -contó Remo, el hermano menor de Laura y tío de Guido-. Se nos fueron pasando las horas hablando de él y de nuestra vida. También conversamos sobre los tiempos del reencuentro. Nosotros buscamos ser muy respetuosos de que él maneje su ritmo. Esa es nuestra consigna: poder escucharlo y respetarlo".
-¿Cómo fue el abrazo con tu mamá?
-El abrazo con mi vieja fue algo impresionante. Venimos de llanto en llanto de tanta alegría. Ella estaba absolutamente radiante. Decía: “Este es mi nieto”, lo miraba y lo acariciaba.
-¿De qué hablaron?
- Ayer hablamos de lo que piensa y vive él. También de literatura y de música. Kibo cosas que tiene vinculadas a la música. Le hablamos de nuestra historia y ahí se van encontrando estos caminos. Parece increíble, descubrimos gustos en común. Tiene una mirada muy clara con respecto a todos los temas de derechos humanos, con mucha coincidencia.
-¿Aparecieron otros rasgos en común con Laura o con tu familia?
-Lo que encontré como denominador muy común y muy presente es que compartimos un tipo de humor muy propio de toda la familia. Encontramos esa sintonía y eso ha sido un descubrimiento fantástico.
-¿Cómo lo viste a tu sobrino?
-Es muy tranquilo, muy centrado. Me encantó poder ver que en un paso tan importante estaba acompañado por su familia, ésa que construyó con sus amigos. Con ellos tocaron en la ex Esma, en el Centro Cultural Haroldo Conti, en el marco del ciclo Música por la identidad. Tiene una mirada del mundo solidaria y comprometida con el conocimiento de la verdad. Fue un encuentro distendido, nos sacamos algunas fotos juntos.
-¿Qué se sabe de cómo fue a parar a sus padres adoptivos?
-Sabemos que el entregador de Guido es un empresario, propietario de tierras en la zona de Olavarría, muy conocido en la zona. Falleció hace unos meses y lamentablemente se habrá llevado alguna información importante. Ahora la justicia tiene que investigar hasta llegar a quiénes fueron y tuvieron intervención en esa cadena. Esto corrobora algo: el plan sistemático fue que los hijos no estén con sus familias biológicas y que se utilizaron todas las formas. En este caso, la decisión de entregárselo a una persona para que Guido termine viviendo en el medio del campo con una familia de puesteros. No pasó como con otras situaciones de apropiación, donde hubo participación directa en el destino de nuestros pibes en manos de miembros de la estructura represiva.
-¿Y cómo fue el disparador para que Guido sospechara que podía ser hijo de desaparecidos?
-Lo que sucedió es lo que suele pasar en las ciudades pequeñas como Olavarría. Después de que murió el empleador, el poderoso, se supo esta situación de que no era hijo biológico y eso generó un disparador. El nos decía ayer que siempre sintió algo que lo estaba llamando a que había que investigar. Después, todo se dio en un lapso vertiginoso. Por eso insistimos en preservar su intimidad y poder hacer un proceso de integración familiar amplio y tranquilo.
-¿Hablaron de Laura?
-Hablamos un poco de Laura. Le contamos: “tenemos muchas cosas para darte de ella”. Y él quiere ir despacio, con tiempo. El encuentro de ayer fue la primera aproximación. Está todo esto a su disposición, el archivo biográfico de mi hermana en Abuelas y tanto. Lo que viene de ahora en adelante es poder transmitirle quién era y cómo era Laura, su mamá.
Abuelas de Plaza de Mayo pidió ayer a la Justicia y a los medios que tomen las medidas para resguardar la intimidad de Guido Montoya Carlotto. Mientras tanto, las investigaciones deberán reconstruir la trama del recorrido (y las responsabilidades) desde el día y lugar del parto de Laura hasta el momento en que el bebé llegó a las manos de Francisco Aguilar, identificado como el entregador, y al campo de Olavarría.