Infojus Noticias

El Registro Nacional de Armas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos instaló puestos de recepción de armas en Rosario, en el barrio Ludueña y en la delegación que el organismo tiene en esa ciudad (calle 9 de Julio 3393). Las armas que se entregan a cambio de dinero luego serán destruidas en un acto público.

El Programa está en marcha desde el 10 de julio de 2007 y consiste en la entrega voluntaria y anónima de armas de fuego y municiones a cambio de un incentivo económico. A partir de este año las remuneraciones por cada arma entregada oscilan entre los 500 y los 2 mil pesos, según el tipo y calibre.

Cuando se anunció la medida, el director del RENAR, Matías Molle, destacó que el Estado una vez más muestra su fuerte compromiso con el desarme: "Esta actualización de los valores y el cambio en los tipos de calibres es una clara señal que la decisión es invertir para sacar las armas de la calle”, señaló el funcionario; y agregó que un arma que hasta ayer recibía un incentivo de 200 pesos hoy pasa a recibir 1.000.

Desde el RENAR explican que “este plan tiene como uno de sus objetivos lograr la reducción del circulante de armas en manos de civiles”. El método de destrucción de armas utilizado por Argentina es pionero en la región y recibió elogios del Mercosur.  El año pasado en Nueva York recibió el premio "Política del Futuro 2013", otorgado por la Oficina de Asuntos de Desarme del organismo (UNODA), el Consejo Mundial del Futuro y la Unión Interparlamentaria.

Durante la última década el Estado destruyó, en forma definitiva, 272.366 armas a nivel nacional y más de 1 millón de municiones. Más de 156 mil armas de estas armas fueron entregadas voluntariamente y el resto fueron incautadas por las fuerzas de seguridad en distintos operativos.

A partir de esta nueva disposición, no sólo se actualizan los valores sino que también se modifica el modo de asociarlos a un calibre. Antes, el incentivo aumentaba a partir de que también lo hacía el calibre y el tipo de arma. En cambio, a partir de ahora, se privilegió aumentar los incentivos de aquellas armas y calibres que con mayor frecuencia se encuentran en el mercado o que son incautadas por las fuerzas de seguridad.

Además, la política de desarme recibió el año pasado en Nueva York el premio "Política del Futuro 2013", otorgado por la Oficina de Asuntos de Desarme del organismo (UNODA), el Consejo Mundial del Futuro y la Unión Interparlamentaria. El galardón la reconoce como "una política sostenible, que demuestra que el cambio positivo es posible cuando hay voluntad política".