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En el juicio por la represión que ordenó en diciembre de 2001 el gobierno de Fernando de la Rúa declaró un policía de la Policía Federal que llevó municiones a la zona de avenida de Mayo, entre Tacuarí y la avenida 9 de Julio. “Cuando llegamos hicimos pie a tierra y abrimos el baúl (del patrullero en el que se trasladaban) e iban sacando”, comentó el sargento 1° Marcelo Soria, y recordó que en un  momento “quedaban pocas municiones” y uno de los superiores les ordenó que fueran retirando de a poco.

En su declaración, el ahora sargento Soria confirmó que en esa zona hubo un gran despliegue de la Federal. “Estaba el grupo de combate y de infantería”, comenzó a decir. Después completó: “había patrulleros de las comisaría 4ta. y 5ta.con camisa blanca o gris y el pantalón azul. Y del GOM (Grupo de Operaciones Motorizadas) en las motos, de a dos: uno conduce y el que va atrás dispara”. Los que fueron conmigo estaban de civil”, confirmó.

Ante los jueces del Tribunal Oral Federal 6 (TOF6), Soria contó que el grupo con el que estaba se retiró a eso de las seis de la tarde de la zona. “No teníamos más municiones y nos fuimos”, dijo. Antes, en respuesta una consulta del presidente del tribunal José Martínez Sobrino, confirmó que a eso de las dos de la tarde habían ido a buscar municiones para abastecer a los grupos operativos. También contó que la primera orden para trasladar “parque balístico”, la recibió del comando radioeléctrico, en horas del mediodía. Soria identificó a un “inspector o principal” al que luego dijo reconocer a través de los medios de prensa como “quien daba las órdenes de avanzar por una cuestión jerárquica”.

Se trata del ex principal de la seccional 4° Víctor Belloni. En esta causa, Belloni está imputado por los intentos de asesinato de Marcelo Dorado y el motoquero Sergio Sánchez, heridos con balas de plomo en las inmediaciones de las avenidas de Mayo y 9 de Julio. Dorado no había ido al centro a manifestarse; trabajaba colocando placas divisorias y bajó del edificio donde trabajaba para avisarle a su jefe que se iba porque “todo era un quilombo”. Cuando estaba en la calle, recibió tres disparos. Una de esas balas le perforó el pulmón. Otra lo hirió en el muslo derecho y una tercera le rozó la oreja; se salvó porque los manifestantes que estaban ahí lo subieron a un taxi y lo llevaron al hospital. A Sánchez lo desmayó un disparo en la cabeza, pero también se salvó gracias a los manifestantes.

Ataque pretendidamente mortal

Cuando comenzó el debate oral, Belloni tuvo la oportunidad de dar su versión ante los jueces del TOF6, pero prefirió no hablar sobre los hechos. Contó que ahora vive en Eldorado, Misiones, donde es pastor evangélico y participa de una ONG que asiste a víctimas de adicciones, abusos y violencia familiar. Como integrante de esa asociación fue denunciado en su provincia por el delito de usurpación. En el expediente –durante la instrucción- se incorporó un video emitido por Canal 13, donde se lo ve disparar con su escopeta un cartucho color rojo (con los que se identifican las balas de plomo). Por esto, los titulares de la fiscalía V hablaron de un ataque  “pretendidamente mortal”.

Convocado también como testigo, en la audiencia del pasado viernes, el sargento de la Policía Federal Juan Marcelo Comas amplió alguno de los dichos de Soria. Contó que ese 20 de diciembre estuvo de guardia en el servicio externo de la comisaría Quinta, y desde el mediodía hasta las seis de la tarde se desempeñó como chofer de un patrullero. Y cuando el equipo fiscal de juicio le preguntó con qué armamento prestó servicio ese día confirmó que salieron a la calle con armas pretendidamente mortales. “En el móvil llevábamos la pistola lanzagases y una escopeta reportada. Y las 9 milímetros” y que tenían asignados “cartuchos de posta de goma y de guerra” (aclaró que se identifican fácilmente porque el de guerra es de otro color: rojo y el peso es distinto a de las de goma que, además son transparentes).

En el debate además de Belloni, están imputados otros 15 ex policías de la Federal y el ex secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov. Las audiencias que comenzaron en el mes de febrero, se realizan los miércoles y los viernes en la sala SUM, en los tribunales de Comodoro Py, por donde se espera que pasen más de 600 testigos.