El ex ejecutivo de JP Morgan dijo al juez Casanello que seis grandes banco extranjeros administran más de 70 mil millones de dólares sacados del país para evadir impuestos por empresas y particulares.
Ocho horas estuvo ayer declarando Hernán Arbizu ante el juez federal Sebastián Casanello. Infojus Noticias accedió a la declaración completa del arrepentido de la JP Morgan, que detalló cómo se producían las acciones de lavado de dinero a través de la entidad bancaria. Arbizu se sentó frente al juez y ante la pregunta de si formo parte de las operaciones en las que lo imputa el fiscal, sostuvo que “no”. Pero aclaró que “sí hacía este tipo de operaciones”.
En su declaración Arbizu ratificó que el grupo Clarín estafó a las AFJP por 600 millones de dólares en el año 2007, mediante la maniobra de emitir acciones bancarias para hacerse de dinero en el mercado interno. Mencionó a Ernestina de Noble, de quien dijo que tiene cuentas en el extranjero para evadir impuestos locales. "El 90 por ciento de las cuentas que yo manejé en veinte años, son cuentas no declaradas, en el exterior. Entonces, el contado con líquido es comprar un instrumento de inversión, que tenga cotización tanto en la Argentina como en los EE.UU", explicó el imputado ante el juez Casanello, en una audiencia en la que estuvo acompañado por su patrocinante, Pablo Argibay Molina (hijo).
Arbizu contó que tuvo un total de 469 empresas asignadas a su cartera de clientes en el banco. Por este listado tiene la causa el juez federal Sergio Torres desde 2008. En mayo pasado, el diario Tiempo Argentino hizo una investigación que involucró a otra decena de empresas y se inició una causa nueva, la que está en manos de Casanello.
Según Arbizu, era obvio que muchas de las operaciones que llevaban a cabo no estaban autorizadas por el Banco Central. Aunque las operaciones de la banca privada quedaban registradas en el booking center, "que no es más donde el cliente tiene radicada la cuenta".
En su declaración como imputado, Arbizu detalló las maniobras que se utilizaron para operaciones de lavado de dinero. Y explicó: el Overnight es una especie de transferencia-préstamo en dinero que una persona o empresa utiliza en una sola noche, como "un depósito a plazo fijo por una noche", contó. El back to back significa en el mundo financiero que una empresa puede contratar a un banco para que éste estructure una obligación negociable, según las necesidades de la empresa contratante. El banco originador luego vende una porción muy grande de dicha emisión a sus clientes de banca privada y, en algunos casos, la compra la misma empresa emisora con activos que ésta tiene depositados en el extranjero
Arbizu dijo que seis grandes bancos extranjeros administran más de 70 mil millones de dólares de argentinos. El Citibank maneja unos 20 mil millones de esos dólares, la Unión de Bancos Suizos (UBS) 15 mil millones; el Credit Suiss 10 mil millones, el Santander 8 mil millones y una cifra similar el Bilbao Vizcaya. Según sus estimaciones, Goldman Sachs maneja 5 mil millones, mientras que el JP Morgan -entidad para la que trabajó- administra unos 6 mil millones de dólares, detalló y agregó que "hay más bancos pero estos son los que tienen el porcentaje más elevado de la torta".
“Reconozco los nombres de las sociedades, tanto físicas como jurídicas, como clientes del banco, ya sean titulares de cuenta o apoderados”, dijo. Y ratificó que “hay una estructura armada por los bancos, particularmente en este caso JP Morgan, para ayudar a sujetos pasibles de pagar impuestos en la Argentina a evadir impuestos y, en segundo paso, un posible lavado de dinero”. En la JP Morgan, Arbizu detalló que trabajaba en el sector “ultra altos recursos”, que son mínimos de cuenta de 25 millones de dólares líquidos, es decir, personas que tienen un patrimonio “no menor a 100 millones de dólares” y explicó que “era el que rendía cuentas frente al cliente”.
En cuanto al back to back -o carta de crédito- el ex banquero ejemplificó con el caso del ex propietario de la Editorial Estrada, Szolt Agardy, que era beneficiario de una cuenta cuyo titular era una empresa off shore “Argentine Develope Investiment”(ADI). Para “inyectar capital de trabajo” en Estrada, “no podía hacer una orden de transferencia directa” entre las cuentas ya que “todas las banderas rojas dirían que podría ser un reporte de operaciones sospechosas”.
Por eso, la operatoria que realizaba era congelar la cuenta de ADI en JP Morgan Nueva York y “emitir una carta de crédito a favor del Banco Patagonia Argentina”, para que le preste el dinero necesario a Estrada y que JP Morgan Nueva York “se hace cargo de la deuda”. “Esto es una operación típica de lavado de dinero, ya que el que envía el dinero, como el beneficiario, es la misma persona”, declaró Arbizu.
Luego habló del balance del Grupo Clarín como otro ejemplo de ‘back to back’: “ítem Otras Deudas’ del balance del grupo dice: “Se liberaron ciertas garantías contra el pago de cancelación de un crédito. Si mal no recuerdo, es la página cincuenta y uno y dos del balance. Está claro que las garantías son fondos propios de la compañía. La contra parte del crédito, según dice el balance, es JP Morgan, es decir que estas operaciones se llevaron adelante con JP Morgan”.
En cuanto a la operativa de captación de nuevos clientes Arbizu le dijo al juez que tenían gran importancia los eventos de arte organizados por Facundo Goméz Minujín, que trabaja en JP Morgan Argentina y esta como presidente de ArteBA, así como las reuniones en el Tour Seasons y el Hyatt y los hoteles más importantes de Buenos Aires.
Además detalló que “cuando habían inspecciones regulares del Banco Central –como hacen en las entidades financieras- a los empleados de la banca privada nos avisaban” que “no pisáramos el banco ni enviáramos información de Estados Unidos o Suiza a nuestras oficinas de Buenos Aires”.
Una de las nuevas pruebas que presentará, a diferencia de toda la documentación que ya le ofreció en 2008 al juez federal Sergio Torres, es un teléfono celular donde sostiene que hay mails que corroboran sus dichos también. “Tengo el BlackBerry que me había entregado el banco en 2006, que no tiene batería –porque es viejo y no la pude conseguir- pero ahí hay mails que confirman las relaciones y todos los temas que estamos hablando”, explicó en la indagatoria.
Por su trabajo en JP Morgan Arbizu recibía 250 mil dólares al año y un bonus que podía ser de hasta 10 millones. “Un bonus normal en el 2008 rondaba los 2 a 4 millones”, explicó. Sólo se rechazaban como clientes a los PEP, “personas políticamente expuestas”.
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