Lo dijo el testigo Ricardo Lorenzo, coordinador de higiene y seguridad de la línea Mitre de TBA. Contó que cuando vio al motorman Marcos Córdoba atrapado, le habló pero éste no le respondió "porque estaba en estado de shok". Fue en el accidente donde murieron 52 personas y 789 resultaron heridas.
El testigo Ricardo Lorenzo fue ofrecido por la defensa de Mario Cirigliano, responsable de TBA y uno de los imputados por el accidente. Su testimonio fue uno de los que escuchó hoy el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2, que juzga el caso que tiene 29 imputados.
Al momento del accidente del 22 de febrero de 2012, donde muerieron 52 personas y 789 resultaron heridas, Lorenzo trabajaba como coordinador de higiene y seguridad de la línea Mitre de TBA. El hombre, que fue al lugar del accidente, aseguró que vio a una persona "moviendo el comando" del tren, en los esfuerzos por sacar al motorman Marcos Córdoba de la cabina en la que estaba atrapado.
Lorenzo contó que vio al motorman atrapado y fue a hablarle pero que "no le respondió nada. Estaba en estado de shock o mudo". Y dijo que fue cuando estaba en el lugar que vio gente "moviendo el comando, para ver de poder sacarlo (a Córdoba)". Cuando las diferentes partes le repreguntaron, Lorenzo explicó que, en alguna de las sucesivas veces que se acercó al lugar, vio a alguien que "hacía fuerza para tratar de liberarlo (a Córdoba). No recuerdo con claridad quien era, no podría reconocerla", relató.
Sobre cómo se enteró del impacto, Lorenzo contó que esa mañana había llegado temprano a su oficina en Retiro, donde le contaron lo que había pasado en Once y "con quien era el jefe médico de la empresa en ese momento nos fuimos en mi auto hasta ahí. Mi función tenía que ver con el rescate del conductor, en la medida de lo que se podía porque estaban los bomberos", explicó.
Lorenzo contó que acompañó a Córdoba hasta la ambulancia aunque dijo no recordar a que hospital fue derivado el maquinista.
Antes había declarado Martín Borrajo, jefe de servicio externo de la comisaria 7º de la Policía Federal (PFA).La mañana del miércoles 22 de febrero, estaba trabajando, cuando le informaron por radio, del accidente en la estación de Once. Tres minutos después llegó a la terminal y empezó a ayudar en la tragedia que terminó con la vida de 52 personas y dejó heridas a 789.
“Ingresamos a la estación y ya había personal de bomberos asistiendo al motorman”, explicó Borrajo. Ante sus ojos también estaban decenas de personas atrapadas en el primer y segundo vagón de la formación accidentada. “En el primero (de los vagones) había una gran cantidad de personas atrapadas. Atiné a rescatar a una. Realmente no se podía”, explicó.
“Vi fallecidos en el primero. En el segundo estaban los bomberos rescatando, creo que habían hecho un agujero en el piso para sacar a las personas”, explicó sobre la forma en que se comenzaron a rescatar a los sobrevivientes.
“Solicité ambulancias y más presencia de bomberos. Había gente auto-evacuándose, así que pedí que limiten el servicio a la estación Caballito”, agregó.
En medio de la desesperación, los gritos y los pedidos de ayuda desesperados, Borrajo comenzó a hacer todo lo que podía. “Empezamos a cooperar: llevábamos a los heridos a las ambulancias El SAME organizó el triage en el hall. Llevábamos (a los heridos) a las ambulancias”.
En ese espectáculo desgarrador que fue Once los minutos y horas posteriores al impacto de la formación contra el andén, Borrajo vio al motorman, Marcos Córdoba, “atrapado, tenía medio cuerpo afuera”, dijo.
Después llegó el turno de Fernando Jesús Salvarrey, personal civil de la policía. Llegó a las 10:30 de la mañana y estuvo en Once hasta las 15. Su testimonio fue el más escueto de todos. “El tercer vagón se montó contra el segundo y el primero dio contra el freno del andén”, detalló.
“Recuerdo haber llegado y haber visto lo que era el trabajo de los rescatistas”, recordó este hombre que recorrió desde el último hasta el primer vagón de la formación tomando muestras fotográficas. Hizo un recorrido por los vagones y otro por las vías.
“Las órdenes eran de tratar de sacar la gente como sea, lo antes posible”, dijo Gabriel Demonte, personal policial del destacamento de bomberos de Palermo. Fue él quien levantó el teléfono de la central de alarmas. De allí salió manejando un móvil y llegó a la terminal. Estacionó sobre la calle Mitre y corrió al andén Nº 2. Fue él quien cortó los hierros que tenían atrapado a Córdoba. Después se fue a colaborar con las demás personas que estaban en el tren. Demonte trabajó junto a Leonardo Day, que murió en el derrumbe de Iron Mountain en febrero pasado y era uno de los procesados en la causa que se tramita por la búsqueda de Lucas Menghini Rey, el último pasajero en ser encontrado en la formación.
El procedimiento que relataron los sobrevivientes sobre que desde afuera les arrojaban agua y aceite fue descripto también por Demonte. Los pasajeros estaban atascados y querían ver si “al resbalar los cuerpos” podían sacarlos. “Pero no había forma. Les tirábamos agua, por el calor y la falta de oxígeno. La mayoría de las personas se sacaron por el techo”, relató. Y agregó que fue cuando lograron sacar a un primer hombre “joven, que tenía el torso descubierto” que lograron comenzar a destrabar a los que estaban ahí también.
“Había gritos, pedidos de auxilio desesperado. Al único que vi sacar fallecido fue a una criatura de dos años. Lo ví personalmente”, detalló. “Después, más tarde, atrás si vi más cuerpos”, agregó.
Tras este testimonio, el TOC ordenó un cuarto intermedio hasta las 14:30 cuando comenzará con su testimonio, Ricardo Lorenzo, testigo pedido por una de las defensas.