Triple crimen de Rosario: la Justicia empezó a revisar las cuatro condenas
En la primera audiencia, la defensa de los cuatro sentenciados pidió la nulidad de la sentencia o una reducción de las penas. Afuera de los tribunales, decenas de compañeros y familiares de Jeremías Trasante (17), Claudio Suárez (19) y Adrián Rodríguez (20) montaron una carpa para seguir de cerca la resolución de la Cámara. Hoy será la última audiencia.
Foto: Télam.
La Cámara de Apelaciones de Rosario comenzó a revisar las condenas a cuatro acusados del triple crimen de Villa Moreno,el caso que puso en agenda la violencia narco en la ciudad y desnudó la trama de la complicidad policial. En la primera audiencia, la defensa de Sergio el "Quemado" Rodríguez, Brian "Pescadito" Sprío, Daniel "Teletubi" Delgado y Mauricio "Chupín" Palavecino, pidieron la nulidad de la sentencia o una reducción de las penas.
Afuera de los tribunales, decenas de compañeros y familiares de Jeremías “Jere” Trasante, de 17 años, Claudio “Mono” Suárez, de 19, y Adrián “Patom” Rodríguez, de 20, los tres militantes del Movimiento 26 de Junio, montaron una carpa para seguir de cerca la resolución de la Cámara. Hoy será la última audiencia.
En la primera jornada, los abogados Adrián Martínez, Carlos Varela e Ignacio Carbone pidieron la nulidad de la mayoría de los procedimientos en los que se basó la acusación de la fiscalía. Apuntaron a las declaraciones testimoniales, las detenciones de los acusados y el reconocimiento que hizo el Moki Marcelo Suárez –sobreviviente de la masacre- del "Quemado" Rodríguez, jefe de la banda.
Los defensores pidieron que se revoque el fallo que condenó a 30 años al Quemado Rodríguez, a 33 a Pescadito Sprío (se acumuló con otra pena por tenencia de una granada); a 30 a Delgado y a 24 a Chupín Palavecino. Subsidiariamente, solicitaron que se les aplique la pena mínima prevista el delito de homicidio. "Hubo muchas irregularidades y no se puede convalidar lo resuelto, entiendo que las presiones mediáticas y sociales han influido en el tribunal", explicó Carbone.
El pastor Eduardo Trasante, padre de Jeremías, recordó que semanas atrás los abogados defensores les ofrecieron "un juicio abreviado con una disminución del veinte por ciento de la condena y ahí cerrar el juicio". "Los familiares vamos a seguir hasta las últimas instancias y no vamos a hacer ningún tipo de arreglo", aseguró. Y agregó: “Más allá de todo lo que expuso hoy la defensa hay elementos que son irrefutables y estoy confiado de que se van a mantener las condenas alcanzadas”.
Durante el juicio, en el que declararon casi 80 testigos, los fiscales Nora Marull y Luis Schiappa Pietra aportaron pericias balísticas, filmaciones y una selección de los más de 500 cds y 340 casetes con escuchas telefónicas a los acusados. Con estos elementos los jueces consideraron probado que la madrugada del 1 de enero de 2012 el Quemado junto con Teletubi, Pescadito, Chupín y un joven de 17 años fueron a la canchita de Villa Moreno, en la zona sur de Rosario, para vengar un ataque al hijo del Quemado, que agonizaba en el hospital.
En la canchita no estaban los que habían baleado al Quemadito. Sentados detrás de uno de los arcos, Jere, Mono, Patom y el Moki tomaban una sidra. El Quemado y sus hombres abrieron fuego con una ametralladora y pistolas 9mm. El Moki alcanzó a correr y se escondió en una zanja. Sus tres amigos murieron.
En los alegatos de clausura, los abogados querellantes Federico Garat y Jessica Venturi sostuvieron que el triple crimen no fue un hecho aislado o casual, sino que debe entenderse en el marco de un enfrentamiento entre bandas que se disputaban el territorio para la venta de drogas.
La banda del Quemado
En tribunales, el alias el Quemado apareció en 2001: una causa de enero por abuso de armas y otra de noviembre por un intento de robo a mano armada y lesiones. Cuando el narcotráfico empezó a consolidarse en la periferia rosarina -de la mano de viejos ladrones devenidos en transas y policías cómplices- entendió que el negocio de las drogas era mucho más rentable.
El Quemado extendió su poder en barrio Alvear y las villas La Lata y Moreno. Con su hijo Maximiliano, alias el Quemadito, y Daniel “Teletubi” Delgado manejaban al menos cinco bunkers. El crecimiento estuvo ligado a dos factores: los acuerdos con la policía y el apoyo de Los Monos, la banda que controlaba a sangre y fuego la venta de drogas en la zona sur de Rosario.
El negocio funcionó con relativa tranquilidad hasta que a mediados de 2011 un grupo de jóvenes de Villa Moreno, entre los que estaba el “Negro” Ezequiel Villalba, comenzaron a mejicanearle los bunkers. Según los fiscales, la noche de año nuevo el Negro Ezequiel buscó vengar el ataque a un amigo suyo y con otro joven atacó a tiros al hijo del Quemado.
SO/RA
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