Se trata del matrimonio integrado por Lucas Montero (37) y Carolina Porto (36), que quedaron en condiciones de ser juzgados luego de que la Corte Suprema les rechazó un recurso de queja que cuestionaba la elevación a juicio del caso. El Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro tendrá que ponerle fecha al debate. Los hechos ocurrieron en 2007.
Un productor de televisión y su esposa deberán enfrentar un juicio oral y público en San Isidro, acusados de haber abusado sexualmente de dos compañeritas de jardín de su hija en su casa de un country de la localidad bonaerense de Tigre. Fuentes judiciales informaron a la agencia Télam que el matrimonio, integrado por Lucas Montero (37) y Carolina Porto (36), quedó en condiciones de ser juzgado luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación les rechazó un recurso de queja que cuestionaba la elevación a juicio del caso.
De esta forma, el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro tendrá que ponerle fecha al debate, al que llegarán en libertad, acusados de "abuso sexual reiterado y corrupción de menores", presuntamente ocurridos en 2007 en una casa del country "Isla del Sol".
"El es un pedófilo y ella tiene un nivel de perversión increíble. La nena el otro día me preguntó si estaba preso y me dijo 'tiene que estar preso toda la vida porque a los chicos no se les hace eso'", dijo a Télam la madre de una de las víctimas, que tenía 4 años al momento de los hechos. La mujer, cuya identidad se preserva para no identificar a su hija, dijo que espera que sean condenados porque "las pruebas son muchísimas, no sólo porque las nenas contaron todo sino porque las pericias son contundentes".
Según la instrucción del caso, los hechos ocurrieron entre los meses de agosto y septiembre de 2007 en la casa de la familia Montero, cuando el productor de televisión y su esposa (entonces embarazada) hicieron desvestir en varias oportunidades a dos niñas de cuatro años, compañeritas de jardín de infantes de su propia hija. Los investigadores determinaron, en base al relato de las propias víctimas en "Cámara Gesell", a las declaraciones de los padres de las niñas y al de psicólogos y psiquiatras, que las nenas fueron sometidas a "tocamientos en la zona vaginal y anal".
"Los actos relatados fueron practicados con la participación necesaria de la esposa del comitente, quien se encontraba presente en el momento en que su marido cometía los actos lascivos, observando y hablando con las menores a los fines de tranquilizarlas...", dijo el fiscal Jorge Strauss en su elevación a juicio. En la requisitoria, el fiscal había pedido que ambos sean sometidos a juicio oral, pero el juez de Garantías de San Isidro, Ricardo Costa, resolvió elevar a juicio sólo a Montero y le otorgó el sobreseimiento a Porto.
Luego, tras una apelación, en 2010, la sala II de la Cámara de San Isidro revocó el sobreseimiento de la esposa y ambos quedaron en condiciones de ir a juicio.
"Era la aquí imputada quien mantenía mayor contacto con las niñas, quien insistía en llevarlas a jugar a su casa a pesar de cursar un embarazo avanzado, quien invitaba al juego y brindaba consuelo; es por lo expuesto que coincido con lo señalado por el fiscal Strauss", dijo por entonces el camarista Juan Stepaniuc en su voto.
Pero los acusados presentaron varios recursos ante el Tribunal de Casación Penal, la Suprema Corte de Justicia bonaerense y la de Nación para evitar llegar a juicio y el máximo tribunal, con el voto de los jueces Ricardo Lorenzetti, Carmen Argibay, Eugenio Zaffaroni y Juan Carlos Maqueda, rechazó el último de ellos.
"Pasaron seis años porque esta gente puede apelar y tiene influencias. Mi hija tuvo que hacer un tratamiento psicológico, pero por suerte está bien, tuvo una superación increíble de los 4 a los 10 años", dijo la mamá de una de las víctimas. La mujer aseguró que si bien solo dos casos llegaron a la Justicia, las niñas abusadas fueron cinco, ya que el matrimonio solía llevar de a siete chicos a la casa para que jugaran con su hija, pero los otros padres prefirieron no hacer la denuncia. Agregó que con el paso del tiempo, su hija le manifestó que otros miembros de la familia tuvieron participación en los hechos, al señalar que "(x) era mala y estaba ahí y (x) era el que filmaba con la camarita".
Según las fuentes, el acusado continúa trabajando en un canal de televisión abierta, mientras que su esposa está recluida en su casa del country de Tigre, del que solo se fueron algunas veces cuando hubo manifestaciones de familiares de las víctimas.
"Ella es tan partícipe como él porque era quien se llevaba las nenas en el auto supuestamente para jugar", dijo la madre consultada, quien se cruzó dos veces con el acusado y dijo que él solo se rió y nunca le dio ninguna explicación.