Villa Soldati: el juez les dijo a los delegados que deben desalojar el predio
Un grupo de delegados de la toma se juntaron en el despacho del juez Gabriel Vega. Les informó que primero deben irse del lugar. Luego se firmó un acta para seguir con las negociaciones mañana, con autoridades nacionales y porteñas. Los vecinos que siguen en el predio sostienen: "Nos quedamos".
Fotos: Majo Malvares.
Hasta ayer el predio era un terreno deshabitado en Villa Soldati, un ex cementerio de autos pegado a la Villa 20 que había sido recientemente desmalezado. Por la noche llegaron cientos de familias con cintas naranjas y blancas y delimitaron sus parcelas rectangulares. A la madrugada, unos vecinos escucharon tiros en la zona de la manzana 29, a metros del predio ocupado. Todavía no se sabe quién mató a Osvaldo Soto (30) -recibió dos impactos de bala-, en la esquina de la Avenida de la Cruz y la calle Pola. Siete delegados de la toma se reunieron durante varias horas con el juez Gabriel Vega, que tiene la causa judicial. La reunión fue en el despacho del magistrado. Los vecinos le pidieron no solamente por la tierra, sino por la urbanizacion de la Villa 20. Vega fue terminante: les dijo que primero deberían desalojar el lugar.
La reunión que duró más de tres horas. Además del juez y los funcionarios, participó el fiscal contravencional de turno Carlos Fel Rolero.
Tras salir del despacho del juez, los siete delegados de la toma informaron a los vecinos que ocupan el predio que las autoridades del gobierno porteño y del nacional firmaron un acta en la que se comprometieron a participar de una nueva reunión mañana para buscar una solución a la toma del lugar, y a la crisis habitacional de la Villa 20. Esta nueva reunión dependía de que los ocupantes se fueran del lugar. Al regresar, comunicaron la novedad a los vecinos que siguen en el predio. La respuesta fue unánime: "Nos quedamos". En el lugar, por la noche quedaban custodiando el lugar dos móviles de Gendarmería y otros dos de la Policía Metropolitana.
Durante el día, otros vecinos se sumaron a la toma. Por la noche, se aprestaban a encender las fogatas para iluminarse y preparar la comida. No quieren que las instancias de diálogo con los gobiernos estén atadas a dejar el predio. A esta hora quedan dos móviles de Gendarmería y otros dos de la Policía Metropolitana custodiando el lugar.
El presidente de la Junta Vecinal de la Villa 20, Víctor Núñez, había dicho más temprano que esperaban una “respuesta genuina” del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Hace años avisamos que esto podía pasar”, apuntó y agregó que “puede haber efecto contagio en otras villas de la capital”. Nuñez aclaró que aún no tienen novedades sobre una supuesta orden de desalojo impartida por el juez Vega. “Eso es algo que tiene que resolver el juez”, señaló. “La estamos pasando mal”, dijo a los medios.
Esta mañana, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, responsabilizó al fiscal contravencional por no haber actuado a tiempo. Poco después Carlos Fel Rolero, a cargo del equipo B (de turno) de la Unidad Fiscal Sur de la Ciudad, también llegó hasta ahí. En diálogo con Infojus Noticias, dijo que está reuniendo toda la documentación para hacerle el juez el pedido de desalojo. "Lo ideal sería una salida pacífica, que los ocupantes salgan por decisión propia. Pero si hay resistencia va a tener que intervenir la fuerza", advirtió Rolero.
Después se quedó hablando con los vecinos. "Entiendo que tengan problemas de vivienda pero no creo que éste sea el modo", les dijo. El fiscal contó que pidió información sobre la identificación de las personas que ocupan el predio.
La mayoría de las familias esta mañana tenían por lo menos un integrante sentado en medio del pasto bordeado por cintas, custodiando su parcela. Un vecino estimó que son entre 400 y 500. Provienen, en su mayoría, de la Villa 20. Ariel Camacho, remisero, 23 años, es uno de ellos. "Alquilaba una habitación por 500 pesos. Llegué acá con mis compañeros. Hacía un par de meses que lo veníamos hablando", dijo a Infojus Noticias. Nadie da nombres de agrupación ni de personas. "Somos los mismos que estuvimos en el Indoamericano", comenta Ariel.
Muchos de los vecinos quisieron desvincular la muerte de Soto de la llegada al predio: "no lo conozco", "fue por otra cosa", repetían. Unos dicen que la toma se organizó de manera bastante espontánea. Que fue un acuerdo entre ellos: "vamos a ocupar". Otros dicen que vinieron detrás de las promesas incumplidas después de aquellos hechos. Hace un rato los ocupantes del predio parecían haberse puesto de acuerdo en algo más: taparon la entrada con postes y ramas.
Informe: Juan Manuel Mannarino / Mariana Iturriza
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