Familiares de las víctimas y sobrevivientes de la explosión de Rosario marcharon ayer desde el lugar de la explosión hasta la sede local de la empresa Litoral Gas para pedir justicia por los 21 muertos y más de 60 heridos que dejó el siniestro.
A un mes de la explosión del edificio ubicado en Salta 2141 por una pérdida de gas, los familiares y vecinos de la zona destacaron la solidaridad de bomberos, médicos y fuerzas de seguridad durante las tareas de rescate y pidieron el apoyo "de la sociedad rosarina para que haya memoria y no olvido". La ceremonia comenzó alrededor de las 18.30 en la esquina de bulevar Oroño y Salta, a 50 metros del edificio siniestrado, con 21 velas encendidas depositadas en el piso.
Un rato después de las 20, hora prevista para el inicio de la segunda marcha de silencio, el padre de Santiago Laguía, uno de los jóvenes fallecidos, pidió aguardar 15 minutos a que terminara una misa en memoria de las víctimas fatales.
Encabezada con una bandera argentina con la leyenda "Justicia, basta de víctimas inocentes", la marcha se extendió a lo largo de tres cuadras por las calles del centro de Rosario. El silencio que acompañó a los manifestantes sólo se rompió cuando desde un altoparlante el familiar de alguna de las víctimas fatales mencionó los nombres de los 21 muertos, cada uno acompañado por el grito de "presente".
Otra bandera empuñada por quienes participaron de la marcha decía "Por la plaza de las 21 estrellas", una propuesta presentada a las autoridades por los familiares para que en el lugar de la tragedia no se vuelva a construir un edificio, y en cambio se levante un memorial.
"No podemos dejar construir nuevas torres sobre el dolor, pero sí el parque de las estrellas", dijo Alain José Freyle Fajardo (25), un estudiante de medicina colombiano que alcanzó a salir del edificio siniestrado unos minutos antes de la explosión.
"Es una herida que no se va a cerrar nunca, pero tenemos la esperanza de que la Justicia se haga valer y los responsables paguen", dijo por su parte el padre de Estefanía Magaz, una joven estudiante que falleció en el edificio de Salta 2141.
La madre de Carlos López, otro de los fallecidos en la tragedia, dijo: "Lo único que pido es justicia y que no sea tardía, porque ya pasaron 30 días y no hay nada".
"Queremos que hagan algo porque toda esta gente está muy triste", añadió.
En la puerta de Litoral Gas, Carlos Laguía, padre de Santiago (25), señaló que "lo voy a sentir toda la vida en mi corazón" y agregó que "esto no fue un accidente, fue un asesinato".
"La culpa no la tiene el gasista (imputado por el hecho) que se gana la vida, esto es negligencia, es imprudencia, es mala praxis", dijo el hombre oriundo de la localidad bonaerense de Pergamino, cuyo hijo estudiaba en Rosario.
Néstor Ferlatti, un médico de 48 años que perdió a su suegro pero salvó de la explosión a su esposa y a su hijo de cuatro años, pidió la participación de los ciudadanos en los reclamos. "Le pedimos a la ciudad de Rosario que se una a las marchas que hacemos, es muy grave lo que sucedió, no podemos ser indiferentes, no podemos mirarlo del balcón, hay que bajar del balcón y acompañar a toda esta gente", propuso.
Antes de iniciar la marcha, levantó a su hijo Enzo en los hombros y dijo: "Se los muestro a todos, porque Enzo viene a pedir justicia, para él, para su abuelo (Domingo Oliva), para todos nosotros".
"Es un nene de cuatro años que se salvó por el milagro de Dios, pidamos por él y por todos los que estuvieron ahí y se salvaron, porque gracias a Dios no hubo ningún niño muerto", concluyó.