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Como jefe de la División Judiciales de la Policía rosarina, Cristian “Carancho” Romero investigó durante catorce meses a la banda narcocriminal Los Monos, hasta que fue desplazado en medio de denuncias por extorsión, allanamientos falsos y complicidad con el narcotráfico. El sábado, a diez días de la detención de uno de los jefes de la banda, el policía denunció un ataque a balazos a su casa.

Romero llegó a su casa de fin de semana en la vecina localidad de Funes y descubrió seis orificios de bala entre el portón y la pared del frente. Había estado ahí por última vez el jueves y no había notado nada extraño. Los agentes de las divisiones de Balística, Ratros y PDI (Policía de Investigaciones) contaron seis impactos de bala y recogieron cinco vainas servidas 9mm y dos plomos que serán peritados.

A la tarde el oficial se reunió con Karina Bartocci, a cargo de la nueva fiscalía de investigaciones policiales. “No se sabe demasiado: pasaron y balearon la casa. Romero pidió que se resguarde a su familia e intentó que no se filtre la información”, explicó una fuente judicial a Infojus Noticias. La fiscal dio intervención a Asuntos Internos y ordenó que todo lo investigado se remita a la delegación de la capital provincial. Además, dispuso una custodia para el policía y su familia.

La principal línea de investigación vincula la balacera en la casa de Romero con su intervención en la megacausa Los Monos cuando era jefe de la División Judiciales. “Él cree que el ataque está relacionado con su participación en la causa, donde hay policías involucrados. Por eso las autoridades prefirieron que lo actuado se lleve a Santa Fe, para que no se filtre la investigación”, detalló la fuente judicial.

La denuncia de Carancho Romero se produjo en un contexto llamativo: al cumplirse dos años del asesinato del “Pájaro” Claudio Cantero –líder de la banda- y a menos de una semana de la detención de su padre, Ariel Maximo Cantero, con pedido de captura internacional desde 2013.

El jefe de los “intocables”

Romero asumió como jefe de Judiciales en 2013, luego de desempeñarse en la ex Drogas Peligrosas, en una comisaría en la localidad de Armstrong y como jefe de las divisiones de Investigaciones de Venado Tuerto y Policía Científica de Rosario. En su nuevo cargo, el oficial comandó el trabajo policial en la causa más importante de la justicia santafesina: la banda criminal Los Monos, en la que el juez Juan Carlos Vienna procesó a 39 personas por asociación ilícita y tenencia de armas, entre ellos 13 policías.

En los catorce meses que “Carancho” Romero comandó la División Judiciales, sus integrantes acumularon denuncias judiciales, sumarios administrativos y críticas por su accionar.

A fines de 2013, el supuesto narco Luis Medina y su novia, la joven modelo Justina Pérez Castelli, fueron acribillados en un Citroën DS 3 mientras circulaban por la zona sur de Rosario. A los pocos días del doble crimen narco, tres agentes de Judiciales llegaron al country Haras del Pilar con el padre de Justina, la joven modelo muerta junto a  Medina. Los uniformados dijeron que estaban autorizados por la jueza rosarina Alejandra Rodenas,  cargo de la causa, para hacer un allanamiento. La mentira duró poco y los tres policías quedaron detenidos.

Poco tiempo después, Judiciales atrapó a uno de los prófugos en la causa Los Monos: Juan Domingo Argentino Ramírez, sicario y hombre de confianza de “El Ariel” Cantero, padre de la familia, a quien le manejaba varios búnkers de drogas en la zona suroeste de la ciudad. El hombre quedó alojado en una dependencia de Judiciales en la Jefatura de Policía. Nueve horas después escapó. Por la fuga –sumada a una denuncia de la mujer de Ramírez por extorsión- cinco policías terminaron presos.

En abril de 2014, el prófugo Ramón Machuca, alias “Monchi Cantero”, hijo de crianza de la familia Cantero y uno de los jefes de Los Monos, dio una entrevista a un canal de Buenos Aires en la que denunció que Romero y el subjefe de Judiciales le habían querido “vender” la investigación por 500 mil pesos. Además, se difundió un video en el que aparecen dos policías de Judiciales recibiendo un bolso de manos de un narco. Según denunció Monchi Cantero, se estaba pagando una coima.

Una semana después, un agente de la división quiso demostrar la falsedad del video. En un encuentro con periodistas, le pidió a uno de ellos que le alcanzara la riñonera que estaba en una silla. El periodista lo hizo mientras él lo grababa con un celular. Después le mostró a todo el grupo de trabajadores de prensa otro video en el que se veía una mano colocando dinero en la riñonera. El policía explicó que él podría publicar los dos videos y demostrar que el periodista había recibido una coima. Desde el Sindicato de Prensa denunciaron la maniobra como un intento de amenaza.

Jaqueado por esta larga lista de denuncias, el Ministerio de Seguridad resolvió relevar de sus cargos a siete policías de Judiciales. Lo hizo el 9 de abril de 2014, el mismo día en que tres mil agentes de Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y federal realizaron un megaoperativo anti narco en la ciudad. “Carancho” Romero fue designado como subjefe de la División Operaciones de la Unidad Regional II, un área con menor exposición pública.