La chica, de 17 años, desapareció el 25 de agosto cuando salió de su casa para ir a comprar una remera a Bolivia. Su cuerpo apareció destrozado en un baldío de Yacuiba. Un testigo afirma haberla visto subir a un auto.
Abigail Rosaura Antelo tenía 17 años y vivía en el departamento de Alto Verde, en la ciudad salteña de Salvador Mazza. El 25 de agosto salió de su casa para ir a la vecina localidad de Yacuiba, en Bolivia, a comprarse una remera. Fue lo último que se supo de ella hasta ayer, que sus papás reconocieron su cuerpo en la morgue de la ciudad boliviana. Su cuerpo estaba destrozado y sólo pudieron saber que era su hija por una cicatriz y dos colmillos sobresalidos que la caracterizaban.
Un puente de 20 metros es el que separa Argentina de Bolivia. Salvador Mazza de Yacuiba. En un baldío boliviano, cerca de una cancha de fútbol estaban tirados los restos de Abigail. La encontró un vecino del Barrio Nuevo, a 150 metros de la quebrada que marca el límite con Argentina. El hombre avisó a la policía local.
La autopsia determinó que la joven fue asesinada a golpes: tenía traumatismo de cráneo encefálico, fractura de maxilar superior y dos costillas rotas. Los forenses estimaron que fue asesinada por lo menos tres días antes de que la encontraran. Sospechan que fue asesinada en el lugar, porque se encontraron piedras con manchas de sangre.
Las autoridades bolivianas sabían que se buscaba a una joven argentina, por eso la fiscal de Yacuiba, Eliana Tejerina Rocho, ordenó que se diera aviso a la policía local y a Gendarmería.
“Desde el mismo día que los papás denunciaron la desaparición se trató el caso con mucho cuidado e intervino a la Unidad Regional de Tartagal, que hizo todas las diligencias del caso para encontrar a la chica”, explicó a Infojus Noticias una fuente de la investigación.
“Apenas vinieron a decir que su hija había desaparecido, nosotros dimos aviso a las autoridades locales y de Bolivia, Migraciones, Interpol, es lo que se hace habitualmente en este tipo de casos”, dijo la misma fuente.
Una noticia y un testimonio
La policía argentina recibió la noticia del hallazgo de parte de sus pares bolivianos y fueron a avisarles a María Galarza y Víctor Antelo, los papás de Abigail, que había un cuerpo cuya descripción coincidía con el de la joven, que estaba en cuarto año de la escuela Técnica Antártida Argentina y estudiaba danzas y portugués. Galarza y Antelo llegaron a Yacuiba menos de dos horas después del hallazgo y reconocieron la cicatriz y los colmillos de su hija.
En Salta la investigación está radicada en la fiscalía de Armando Cazón, quien ya fue alertado del testimonio de una persona que habría visto a la joven caminando del lado argentino del puente. La persona aseguró que la vio con un bolso en la mano, a las 10:30 del 25, una hora y media después de haber salido de su casa. Y que fue en ese instante cuando la vio subirse, al parecer por su propia voluntad, a un auto azul con vidrios polarizados.
Por el momento los investigadores “no se puede descartar ninguna hipótesis, porque recién pasó ayer y se está investigando todo”. “Todavía falta mucho para ver, investigar, se están haciendo todas las diligencias y hay muchos miembros de la policía y gendarmería argentina trabajando en Bolivia. Es algo delicado y estamos muy en el principio”, dijo la fuente. El cuerpo de Abigail fue repatriado ayer y por la noche comenzó el velatorio para despedirla.