El secretario del tribunal leyó un adelanto del veredicto que condenó a Martín Santillán por el crimen de Fátima Catán. La joven embarazada murió por las graves quemaduras provocadas durante una pelea en su casa de la localidad bonaerense de Villa Fiorito. El monto de la pena se conocerá cuando se lean los fundamentos, el 28 de abril.
De perfil, sentado casi contra el ventanal para ocultar su rostro a las cámaras, Martín Santillán escuchó el adelanto del veredicto que lo condenó por el asesinato de su pareja, Fátima Catán. La joven que estaba embarazada murió en 2010, a los 24 años, después de permanecer tres días internada por las graves quemaduras que Santillán le provocó durante una pelea en su casa. El monto de la pena se dará a conocer el 28 de abril, cuando se informen los fundamentos de la sentencia.
El 18 de agosto de 2010, Fátima y Santillán estaban en su casa de Murature 1628, en la localidad bonaerense de Villa Fiorito. Aparentemente, tuvieron una discusión y ella sufrió quemaduras en su cuerpo, que le provocaron la muerte tres días después. La versión del imputado es que la joven tenía en su mano una botella con alcohol, porque estaba limpiando unos CD, y se prendió fuego cuando intentó encender un cigarrillo. En el juicio los peritos lo desmintieron: Santillán tenía quemaduras en las yemas de los dedos porque fue él quien usó el encendedor, tal como determinaron los jueces.
Santillán llegó al juicio acusado de "homicidio simple en el contexto de violencia familiar", pero beneficiado con una prisión domiciliaria otorgada en julio pasado por la Cámara de Apelaciones distrital. “Él cuando declaró como testigo dijo que se quemó sola y que él se fue afuera hasta que se terminó de consumir, pero después cambió esa versión”, dijo a Infojus Noticias Gabriel Juricich, uno de los abogados que acompaña a la familia de Fátima. Los jueces del Tribunal Oral Criminal 4 de Lomas de Zamora entendieron que su versión no se sustentaba. Y lo condenaron por unanimidad.
Elsa Gérez, la mamá de Fátima, se abraza emocionada con una familiar.
Nahuel Catán, uno de los hermanos de Fátima, y su mamá, Elsa Geréz, llegaron temprano a los tribunales. Los acompañaban amigos de la familia, organizaciones sociales y madres, hermanas e hijas de otras mujeres asesinadas por el solo hecho de ser mujeres. La audiencia, en la que esperaban escuchar el veredicto, estaba convocada para las 11. Dos horas después, el secretario del tribunal habilitó la sala pero solo leyó un adelanto del veredicto. Los jueces Eduardo Banchieri, Marcos Martínez y Darío Segundo no pudieron estar presentes: estaban en otro juicio, que se demoró por cuestiones propias del debate.
Después de escuchar la sentencia, la policía sacó a Santillán por una puerta lateral. Las seis personas de su familia que estaban en la sala amenazaron: “No saquen fotos que los vamos a denunciar”. Elsa y Nahuel, abrazados, ya estaban fuera de la sala. Elsa lloraba y las mujeres que la habían acompañado estaban indignadas. ¡Justicia, justicia!, gritaban y lamentaban no conocer aún el monto de la pena, que esperan sea “ejemplificadora”.
Para Martín Santillán habían pedido penas de entre 22 y 25 años de prisión.
Antes de entrar a la sala, Nahuel habló con Infojus Noticias. Recordó que cuando se dio cuenta de que Santillán golpeaba a su hermana, ella le pidió que no dijera nada. Después la familia vivió con miedo. Sabían que él la atacaba. Una vez los llamó desesperada e hicieron la denuncia en la comisaría. Pero ella no quiso ratificarla y no hubo investigación. Al tiempo, un vecino le avisó a uno de los primos que había vuelto a escuchar a Fátima pidiendo auxilio. “Vivíamos cerca, pero cuando llegamos ya había pasado todo”, dijo el joven.
Fátima murió con el 85 por ciento del cuerpo quemado. En el juicio los peritos confirmaron que la roció con alcohol y después uso un encendedor para prenderla fuego. “No hay forma de que se hubiera prendido sola o de que fuera una accidente, como intentó decir Santillán”, dijo Juricich. Y destacó que la condena haya sido por unanimidad. “Queda ahora saber el monto de la pena, que esperamos sea el máximo”, dijo el abogado que, junto a su colega Alberto Palacios, pidió para Santillán una condena a 25 años de cárcel.
Juricich recordó que después del crimen del departamento de Santillán desapareció una cámara de seguridad que daba al patio donde habría empezado el ataque. “Apuntaba a la ventana. Él dijo que por un cuestión de seguridad, pero durante el juicio nos dimos cuenta de que la tenía para ver si Fátima salía de la casa”, dijo el abogado. Contó que cuando se fueron a vivir juntos, Fátima primero dejó uno de sus trabajos, y después directamente Santillán no la dejaba salir del monoambiente, y puso esa cámara para vigilarla.
Fátima tenía 24 años y estaba embarazada. Murió después de permanecer tres días internada por las quemaduras.
En su alegato, la fiscal Viviana Simone había pedido la semana pasada que los jueces condenaran a Santillán (36), a 22 años de prisión por el delito de "homicidio simple". Los abogados de la querella le pidieron 25 años de cárcel, agravado porque la asesinó “en el marco de un cuadro de violencia familiar”.
La mamá de Fátima no paraba de llorar, apenas contuvo las lágrimas abrazada a su hijo, mientras otras mujeres se acercaban para acariciarle al hombro y susurrarle palabras de aliento. La promesa: acompañarla el próximo martes, cuando escuche los fundamentos y la cantidad de años que los jueces consideren que Santillán deberá estar en la cárcel.
MB/RA