Infojus Noticias

La causa de Julio César “Tyson” Aldecoa por el asesinato del intendente de Lobería, Hugo Rodríguez y del director del Taller Protegido de Lobería, Héctor Álvarez, fue elevada a juicio por la fiscal Eugenia Quagliaroli y pidió que fuera juzgado en un juicio por jurados. La defensora Daniela Cangiano adelantó que ella no dará su aval.

Tyson está imputado por “doble homicidio doblemente agravado por alevosía y por haber sido cometido con arma de fuego”. De ser hallado culpable, la pena no podrá ser otra que la prisión perpetua. Por eso, la Fiscalía tuvo la obligación –según la nueva norma de la provincia de Buenos Aires– de elevar la causa a juicio con el pedido de que se utilice el formato de jurados.

Sin embargo, para que esto se concrete, es el propio Tyson quien tiene que dar su aval. Su abogada, la defensora ad-hoc, Daniela Cangiano le adelantó a Infojus Noticias  que ella no está de acuerdo con que sea juzgado por jurados. Aún no se presentó el rechazo ya que aún resta conocer la opinión del imputado y la de la Defensoría Oficial, de quien depende Cangiano. La defensora estimó que el viernes próximo se tomará una decisión.

“Esta fue una causa de mucha trascendencia social y la gente están muy influenciada por todo lo que se ha dicho”, explicó Cangiano, que además está analizando apelar la elevación a juicio completa porque aún no se han terminado algunas pericias pedidas, incluso, por la Fiscalía. Por el contrario, la fiscal Quagliaroli sostuvo el sistema de juicios por jurados es una “garantía” para el imputado y que lo mejor que le puede pasar es que lo juzguen doce personas, de pensamientos diferentes. “Seguramente el imputado se va a sentir más respaldado que si lo juzgan tres funcionarios provinciales, más teniendo en cuenta que una de las víctimas era el intendente de Lobería”, explicó.

Sangre en Lobería

El sábado 19 de octubre de 2013, el ex jefe del corralón municipal, Julio César “Tyson” Aldecoa agarró su carabina y un hacha antes de salir de su casa. Después, recorrió las pocas cuadras que lo separaban del Parque Municipal Narciso Del Valle. Hasta ahí llegó por la calle trasera, la que da al circuito aeróbico que el intendente Hugo Rodríguez recorría con asiduidad. Tyson se ocultó entre los árboles de un terreno lindero y nada más tuvo que esperar.

Esa misma tarde, un poco antes que Tyson llegara al parque, Hugo Rodríguez y Héctor Álvarez estacionaron sus camionetas. Iban a caminar por el parque. Los investigadores creen que Aldecoa los vio pasar desde su casa y entonces decidió salir. Oculto entre los árboles, esperó a que el intendente se pusiera en la mira. Y disparó más de una vez. Álvarez recibió uno de los impactos; Rodríguez cuatro, algunos de ellos a corta distancia. Es que para asegurarse el resultado de su cacería –vale aclarar que se presume que el objetivo del asesino era solo el intendente–, no sólo se acercó y lo remató sino que además le asestó un hachazo en la cabeza. Después, se dio a la fuga. Al llegar a su casa, lo escucharon decir “me mandé una cagada, maté al intendente”.

Apenas se escucharon las detonaciones, se recibieron dos llamadas al 911 que hablaban de disparos en la zona del parque. Casi al mismo momento, otro llamado pedía un móvil para Francisco De Caso 150, la casa de Aldecoa: una mujer hablaba de “un hombre herido”. Dos patrullas salieron a cubrir los hechos. La sorpresa fue enorme cuando los uniformados hallaron los cuerpos del intendente y su colaborador. Pero también para quienes vieron a Aldecoa bajar de su camioneta con la carabina y el hacha y la ropa manchada con sangre. Entonces lo detuvieron.

Todo indica que las causas del asesinato están relacionadas a la decisión del intendente de apartar a Aldecoa de su cargo después de que tuviera un enfrentamiento con Silvio Vidal, hombre de confianza de Rodríguez. La pelea, que terminó con Aldecoa mordiéndole el entrecejo y la mano a Vidal –de ahí el apodo Tyson–, surgió porque Vidal lo separó de su cargo, con aval del intendente, porque Aldecoa se había quedado con gasoil y herramientas del corralón municipal. Que Rodríguez no lo defendiera fue para Aldecoa una traición.

 Mientras la causa avanza, Aldecoa está en la Unidad Penal  N° 34 de Melchor Romero en La Plata donde aguarda que se defina si será juzgado o no por un jurado.