Hoy empezó el juicio por el cuádruple crimen de La Plata, conocido como "Masacre de Barrio Loma". El primero en hablar fue Daniel Galle, el padre de Micaela, la niña de 11 años asesinada. Hay más de 200 testigos.
En silencio, a unos centímetros de distancia y separados por un agente penitenciario: así estuvieron, durante siete horas, Osvaldo “Karateca” Martínez y Javier “La Hiena” Quiroga, los dos imputados por homicidios múltiples por el cuádruple crimen de La Plata. Por momentos, éste último se durmió y no siguió la declaración de los testigos. El juicio empezó pasadas las 9 de la mañana y la sala de audiencias lució llena: cámaras de televisión, familiares de víctimas y acusados, y un grupo de feministas de izquierda siguieron atentamente un juicio que, a opinión de cada una de las partes, será histórico. Por su dimensión trágica, por su lista de casi 200 testigos y por una razón principal: los jueces Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini, del TOC Nº 3, estarán a cargo de analizar e interpretar cómo fue que cuatro mujeres fueron salvajemente asesinadas en su departamento con golpes de palos de amasar y a cuchillazos.
Tras la presentación de las pruebas de cada una de las partes, la audiencia continuó con la declaración de Daniel Galle, el padre de Micaela, la niña de 11 años que fue una de las asesinadas en lo que también se denominó como la "Masacre de Barrio La Loma". Al borde del llanto, Galle dijo: "Cuando enterré a mi hija, le juré que encontraría a los asesinos. Y acá estoy, buscando la verdad. En este caso hay una mafia detrás, y a mí me tocó enfrentar muchos problemas por investigar por mi propia cuenta".
Antes de su testimonio, el fiscal Álvaro Garganta defendió su hipótesis de que el cuádruple crimen fue realizado por Osvaldo Martínez y Javier Quiroga, en lo que entiende como una coautoría homicida. "Bárbara Santos, la expareja de Martínez, pasaba por su mejor momento, los mejores días de su vida antes de ser asesinada. Hacía dos meses que había entrado en Tribunales, que había adquirido independencia económica y había formado un nuevo grupo de amigos. Esta situación no le agradó a Martínez, que estaba decepcionado por sus cambios. Sumado a su idealización, al grado tal que lo comparaba con su madre. El día del hecho criminal Martínez ingresó con Quiroga en el departamento de las víctimas, y a través de golpes y singulares heridas cometieron los crímenes", explicó el fiscal, quien elevó la causa a juicio convencido de que Martínez fue el responsable intelectual por celos y que Quiroga fue su brazo ejecutor motivado por dinero.
Garganta anticipó que el proceso demostrará cómo es que “El Karateca” y “La Hiena” planearon el asesinato. El principal dilema del juicio será despejar un interrogante esencial: ¿Por qué mataron a las cuatro mujeres? ¿El móvil fue uno sólo o fueron varios? ¿Hubo un motivo sentimental, de venganza, de robo? Aquella fatídica noche del 26 de noviembre de 2011, en el departamento número 5 de la calle 28 número 467, de La Plata, Bárbara Santos, de 29 años; su madre Susana De Barttole, de 63 años; su hija, Micaela Galle, de 11; y su amiga Marisol Pereyra, de 38, fueron encontradas asesinadas a golpes y cuchilladas. Un vecino y su padre fueron los primeros que vieron rastros de sangre en el departamento de las víctimas y llamaron al 911.
Al arribar al lugar, los policías hallaron en el living el cuerpo de Santos, quien estaba desnuda ya que había sido sorprendida por su asesino cuando se duchaba. Su cuerpo recibió más de 40 golpes. En la cocina, fueron hallados los cadáveres de Pereyra y De Barttole, mientras que la niña fue encontrada asesinada en uno de los dormitorios, sobre una cama de dos plazas. En una de las manos de la nena había un celular, con el que ella intentó hacer al menos dos llamadas a familiares pidiendo auxilio. Los vecinos que llamaron a la Policía contaron luego que la noche del 26 de noviembre habían oído "gritos de mujer" pero pensaron que "habrían encontrado una laucha y la estarían tratando de cazar" ya que días antes habían visto ratas en el lugar.
Martínez, de 30 años, llegó al juicio en libertad, mientras que Quiroga, de 35 -quien había realizado unos trabajos de albañilería en la vivienda donde ocurrió el hecho y conocía a sus moradores- se encuentra actualmente detenido en la Unidad 9 de La Plata.
Galle aclaró que, seis meses después del hecho, lo llamó una mujer llamada Catalina Céspedes, quien le acercó un dato revelador. "Me había dicho que una tarde, en un supermercado, había escuchado una conversación entre dos hombres y que uno de ellos le dijo al otro que había matado a una nena, que no había que dejar ningún cabo suelto. Además le vio la mano lastimada y averiguó que a uno de ellos le decía ´La Hiena´. Catalina lo relacionó con el cuádruple crimen y me ubicó por teléfono". Esa información, según Galle, fue clave. Luego hizo la exposición en la DDI de La Plata y armaron un identikit que los llevó a un hombre: Javier "La Hiena" Quiroga, el albañil que había hecho trabajos en la casa del barrio La Loma. Con cierta demora, el fiscal Garganta contrapuso el ADN de Quiroga con el que se halló en la escena del crimen y comprobó que era el mismo.
“Nadie podrá pagarnos el daño que la justicia le causó a mi familia”
En la parte final de la primera jornada del juicio, fue el turno de Herminia López, la madre de Osvaldo Martínez. Expuso una acérrima defensa de la inocencia de su hijo, repudió las veces que estuvo encarcelado y dijo que “nadie podrá pagarnos el daño que la justicia le causó a mi familia”. A su vez, hizo una dura acusación contra el fiscal Garganta, a quien acusó de “armarle la declaración a Quiroga” y dijo que “la causa está armada”. En este sentido, se refirió a cuando Quiroga declaró ante el fiscal que el múltiple crimen había sido idea de Martínez mientras él estaba en el departamento para hacer un trabajo de albañilería. Entonces, dijo que fue obligado a dejar ADN en el palo de amasar, el cuchillo y en el cuerpo de Bárbara porque Martínez lo habría amenazado con un arma de fuego. Esa declaración, según Herminia López, estuvo digitada por el fiscal.
A su turno, declararon los familiares de Marisol Pereyra. Tanto su padre como su hermana destacaron que el asesinato dejó en el desamparo a dos hijas que “quedaron destrozadas y no la olvidarán nunca”. Pero dijeron desconocer el vínculo de los imputados con las víctimas. Por otra parte, testimoniaron los primos y la tía de Bárbara Santos. Noelia Padrós, su prima, dijo que “Barby era muy reservada” y que le había dicho que “quería irse a vivir sola y estaba ilusionada con su nuevo trabajo”, aunque no le dijo en ningún momento cómo era su relación con Martínez. A la hora de su testimonio, Zunilda De Bartolle dijo que una vez Susana, su hermana, le dijo que Martínez era “muy celoso y controlaba a Bárbara”, pero que, más allá de ese comentario, no supo más nada.
Mañana, a partir de las diez de la mañana, declararán otros familiares directos de las víctimas y se presentarían las primeras pericias de un juicio que promete un extenso debate. Las partes estiman que durará hasta el 11 de junio.