María Agustina Turano apareció muerta en un sillón, con una cuerda en el cuello. Su novio, Pablo Actis, le dijo a la policía que se había suicidado. La justicia ordenó la exhumación del cuerpo y su autopsia. El joven de 23 años está detenido e imputado por el delito de “homicidio calificado por la convivencia y violencia de género”.
La tarde del domingo 18 de mayo los gritos de Pablo Actis, de 23 años, partieron en dos la tranquilidad de la hora de la siesta en Paraná, Entre Ríos. El joven corrió por la calle hasta una garita de seguridad, a media cuadra de su casa, y pidió auxilio. Le explicó al oficial que estaba en el lugar que su pareja, María Agustina Turano, se había ahorcado y que no sabía si aún vivía. El policía fue al lugar y descubrió el cuerpo de la joven sobre un futón. Pensaron que fue un suicidio hasta que, cuatro días más tarde, la justicia ordenó la exhumación del cuerpo y su autopsia. Actis está detenido e imputado por el delito de “homicidio calificado por la convivencia y violencia de género”. Ayer se abstuvo de declarar frente al juez de la causa, Mauricio Mayer, quien ahora tiene diez días para resolver su situación procesal.
María Agustina tenía 25 años y dos hijas, una de 8, de una relación previa, y otra de 2, junto a Actis. Hija de Juan Carlos Turano, un ex vocal de la Corte Suprema de Justicia de Entre Ríos, la chica había estudiado en uno de los colegios más tradicionales de la ciudad, el Lasalle. Bonita y de rasgos delicados, cuando la encontraron tenía una cuerda a la altura del cuello.
“Él –por Actis- dijo que encontró a su mujer colgada de una cuerda, que la descolgó y que no sabía si seguía viva”, dijo a Infojus Noticias una fuente judicial. “El policía corrió hasta la casa y le pidió que no entre, para preservar la escena. Había mucha sangre en el lugar y dio aviso a otras unidades. La chica estaba sobre un futón, en el living de la casa, con una marca en el cuello. La pareja la había descolgado y la sangre que había ahí era de él, que dijo que se había cortado al romper dos vidrios para poder entrar a la casa y auxiliarla”, agregó la misma fuente.
La policía dio aviso a Meyer, titular del juzgado de Instrucción N° 2 de Paraná, quien ordenó todas las medidas del caso, pericias de rigor, los protocolos para casos de muerte y la intervención de policía especializada.
“Todo el tiempo lo que estuvo presente fue la hipótesis de suicidio. La chica no tenía marcas aparentes por lo que, después de llevarla a la morgue, se decidió la entrega inmediata del cuerpo”, explicó la fuente.
“Con los días comenzaron a haber sospechas sobre la mecánica del hecho, porque la cuerda estaba atada de un lado a una pared como de durlock y del otro, al futón, por lo que se empezó a pensar que no era posible que la pared no hubiera cedido ante el peso”. Pero si bien con las pruebas que se hicieron de pesos y medidas, la mecánica daba que podía haber sido así, cuatro días después se realizó la exhumación y autopsia del cuerpo. Fue entonces que “se vieron una serie de indicios que no se compararían con ahorcamiento voluntario sino que la mecánica era comparable con muerte por estrangulamiento”, agregó la fuente judicial.
Con todos los elementos, el fiscal de la causa, Ignacio Aramberry, pidió una serie de medidas. A partir de entonces a Actis se lo citó a indagatoria y se le imputó el hecho, y él se abstuvo de declarar. Desde el miércoles está detenido en la alcaidía de tribunales, donde permanecerá hasta que Meyer resuelva su situación.
En la casa que compartía la pareja no se encontraron indicios de que haya habido una tercera persona. Y si bien no hay denuncias, ni historial acreditado de violencia familiar, muchos testigos señalaron que “la relación era como un campo minado a punto de estallar”. De las declaraciones testimoniales que se tomaron desde el día del hecho se desprendió que entre María Agustina y Pablo había una “relación compleja, celotipia. Muchos pusieron el acento en la impulsividad y los celos de parte de ella, pero que había sido echada de su trabajo por los escándalos que él le armaba en el lugar”, explicó la misma fuente judicial.
La familia de María Agustina está constituida como querellante en la causa y tiene como abogado al ex diputado Raúl Barrandeguy.
El dilema de la autopsia
“La omisión de la autopsia no fue una ingenuidad, no es que se omitió prueba. Es más, el equipo forense dijo que fue positivo que no se hiciera la autopsia de protocolo porque hubiera habido cosas que no habrían aparecido nada, como sí sucedió cuatro días después. En esos cuatro días se produjo un estancamiento de los líquidos y eso permitió ver que fue muy golpeada previamente y que se resistió a que la maten. Que luchó mucho. Todos esos golpes no eran aparentes, estaban a nivel subcutáneo”, agregó la fuente.
“Todo lo que se reveló con la autopsia permitió construir una hipótesis acusatoria que ahora el proceso deberá demostrar si esto se afirma o no. Si es plausible”, concluyó la misma fuente.