Los distintos trabajos publicados en INFOJUS NOTICIAS hasta el 9/12/2015 expresan la opinión de sus autores y/o en su caso la de los responsables de INFOJUS NOTICIAS hasta esa fecha. Por ello, el contenido de dichas publicaciones es de exclusiva responsabilidad de aquellos, y no refleja necesariamente la posición de las actuales autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos respecto de los temas abordados en tales trabajos.

Infojus Noticias

16-4-2014|20:45|Crimen Buenos AiresProvinciales
Su esposo fue liberado por falta de pruebas

El crimen de Saladillo: la autopsia confirmó que Marisol murió ahorcada

El marido había sido demorado ayer, luego de declarar ante la fiscal. La Policía bonaerense allanó la casa donde vivía la pareja y secuestró una camioneta. Los policias continúan el trabajo sobre la calle Hipólito Irigoyen, en el camino que recorrió Marisol.

  • Fotos: Mariano Amagno
Por: Cecilia Devanna, desde Saladillo.

El silencio marca el ritmo de Saladillo el día después del hallazgo del cuerpo de Marisol Oyhanart, la mujer de 38 años que desapareció el lunes cuando salió a caminar. La ciudad parece tranquila, aunque por lo bajo subyacen decenas de rumores sobre lo que puede haber pasado. El silencio oficial no hace más que acrecentarlos. Ni la policía ni la fiscal Patricia Hortel salieron a dar declaraciones. La autopsia estableció que la mujer, madre de tres hijos, recibió una trompada en la cara, fue arrastrada unos metros y estrangulada donde la encontraron. Tenía también golpes -en el cráneo y otras zonas del cuerpo- que podrían haberla dejado inconsciente antes de ser asesinada.

El cuerpo estaba prolijamente acomodado en un terreno, que está en venta, a unos metros del camino rural en el que Marisol solía hacer sus caminatas diarias. Estaba vestida con calzas negras, remera blanca y un buzo gris con flores rojas que le tapaba la cara. No presentaba signos de abuso sexual y fue preservado material genético que había debajo de sus uñas para intentar cotejar con eventuales muestras de ADN.

Saladillo es una ciudad de 30 mil habitantes del suroeste de la provincia de Buenos Aires. A la sorpresa de los veicnos por la desaparición, le siguió el shock por el hallazgo del cuerpo y la demora en la comisaría de Sergio Rachid, el esposo de Marisol. Estaban juntos desde hace quince años y se habían casado hace casi dos. Tenían un buen pasar económico, gracias a la distribuidora de gaseosas, carbón y leña de él, en la que la mujer ayudaba con tareas administrativas. Juntos tuvieron dos hijas mujeres, de 15 y 9 años, y un varón de 3.

“Vivía para ellos”, dijo a Infojus Noticias Martín Oyhanart, uno de los cuatro hermanos de Marisol. Ella era la mayor y le seguían Soledad, Dabel, Martín y Delmar. Todos nacieron en Del Carril, una localidad cercana a Saladillo en la que viven dos mil habitantes. Crecieron en la chacra familiar que heredaron hace unos años cuando sus padres murieron. Dabel fue el último que habló con ella. La notó nerviosa. “Me llamó a las 15.37 del lunes y hablamos de un tema de la chacra, que la tenemos rentada”, recordó. Un par de horas después el hombre recibió el llamado de Soledad para contarle que Marisol había desaparecido. Dabel, Soledad y Martin, que viven en Roque Perez, viajaron a Saladillo. Se encontraron con Delmar y comenzaron a buscarla.

La luz de alerta de la desaparición la dio un llamado del Instituto Niño Jesús al que va el menor de los tres hijos del matrimonio. Le informaban al hombre que su esposa no había pasado a retirar al nene. “Con eso solo nos dimos cuenta que algo malo le había pasado, porque era re buena madre, vivía para ellos. Jamás lo hubiera dejado sin ir a buscar”, dijo Martín a Infojus Noticias. El marido la llamó y Marisol no atendió. La última vez que se habían visto fue alrededor de las 15. Él se iba a dormir la siesta y ella a hacer su rutina de caminata aeróbica. “Era muy coqueta, se ocupaba mucho de su imagen. Las caminatas las hacía entre que dejaba al nene en la escuela, a las 13, algún trámite y el momento en que lo iba a retirar, a las 17”, explicó Martín.

“Llevaba una vida re tranquila. A lo sumo una vez cada tanto iba a cenar con alguna amiga y nada más”, agregó Martín, mientras intentaba no llorar. Apoyado en el umbral de la casa vecina a la comisaría local, recordó a su hermana, y mezclaba pasado y presente para referirse a ella. Fue hasta ahí en busca de información. “Nos dijeron que están trabajando fuertemente pero nada más. Lo que sí, desde el principio salieron a buscarla, no perdieron un minuto”.

Los hijos de Marisol ya saben que ella murió y desde el momento en que les dieron la noticia tienen atención psicológica, acompañados por su papá y su abuela materna. Ayer dejaron el bonito chalet familiar en la esquina de Álvarez de Toledo y Saavedra. La construcción es la más linda de la  zona con un diseño nuevo y cuidado.

El “Camino de Cristo”

La tarde del lunes Marisol salió por la puerta de madera que da a Saavedra y caminó dos cuadras por ahí. La calle es ancha, con doble mano, y un pequeño boulevard en el medio. Después dobló en Hipólito Irigoyen, donde el asfalto deja lugar a un camino mejorado en una zona que va despoblándose hasta que queda un camino con suelo de tierra y montes de árboles a cada lado. La arboleda es abierta y el viento hoy corría liviano. El lugar es apacible y prácticamente no hay tránsito. Por eso muchas mujeres de Saladillo lo eligen para caminar al aire libre a toda hora del día y despejarse de las rutinas.

De hecho dos chicas que hacían ejercicio a la hora de la siesta, que en Saladillo se cumple a rajatabla, se cruzaron con Marisol y se saludaron. Iba con los auriculares de su celular escuchando música. En el lugar, que lleva a lo que los saladillenses conocen como "Camino de Cristo", los árboles todavía están verdes a pesar de que es otoño y a ambos lados hay extensiones de campo.

En un terreno de unos 20 metros cuadrados, ubicado en una esquina cerca de dos construcciones de chapa abandonadas, apareció el cuerpo de Marisol, ayer a la mañana. Estaba tirado entre los pastizales que esta mañana fueron mandados a cortar por la fiscal. Ella estuvo en el lugar abordo de una camioneta 4 x 4 negra y supervisó en silencio el operativo. Esperaban encontrar el celular de Marisol, pero no hubo novedades.

Al mediodía, en lo que puede ser tomado como una muestra de unidad familiar y una forma de ahuyentar los rumores y mostrarse unidos frente a las críticas y sospechas populares, Soledad enfrentó a los medios acompañada por José, un hermano de Sergio. Salieron a dar una especie de declaración conjunta en la que hablaron del matrimonio, lo bien que se llevaban y la felicidad que reinaba entre ambos.

La búsqueda

"Ella vino hace como más de quince años acá", explicó Dabel a Infojus Noticias. Fue cuando se puso de novia con Sergio. Por entonces trabajaba como maestra jardinera. “Ejerció hasta hace unos cuatro años”, dijo Dabel. Junto a miembros de la policía local, de 25 de mayo, Tandil y Cañuelas, vecinos, miembros de Defensa Civil y los bomberos participó de dos tramos de la búsqueda se extendió durante gran parte de la noche y se retomó a la mañana.

"De golpe escuché el grito y era que ahí estaba. Quise acercarme pero no me dejaron", dijo Delmar, el menor de los Oyhanart, apoyado sobre Dabel. "Le vi la pierna, estaba entre los pastizales". A metros de ahí Martín vio y escuchó lo mismo. El grito de los policías que anunciaba el hallazgo. Él había hablado con ella la semana anterior y la notó como siempre".

La búsqueda siempre estuvo centrada en el tramo de 400 metros de camino rural, en el que la vieron. "Se enfocaron ahí, en ese lado. No hubo búsqueda por otro lado". Cerca de ahí estaban los auriculares y los anteojos de sol.

“Yo no quise ir a la búsqueda de la mañana. A medida que pasaban las horas nos quedábamos sin esperanzas. Sabíamos que este iba a ser el final. Y yo No quise encontrarla ahí", dijo Dabel. En medio de la investigación y la falta de certezas, arriesga un deseo: "Quiero saber la verdad y que al momento de darle sepultura esté el asesino preso”.  

Relacionadas