Con la conferencia de Aída Kemelmajer, ex miembro de la Suprema Corte mendocina y de la Comisión que redactó el anteproyecto de Código Civil y Comercial, continuaron este viernes en la UNS las XXV Jornadas Nacionales de Derecho Civil. Hoy será el cierre, con las conclusiones del encuentro.
El complejo de aulas donde se desarrolló la segunda cita de las vigésimo quintas Jornadas Nacionales de Derecho Civil, organizadas en esta oportunidad por el Departamento de Derecho de la Universidad Nacional del Sur está presidido por los retratos de víctimas de la última dictadura cívico militar. Hasta ahora, las Jornadas han reunido a dos mil profesionales, magistrados, académicos y estudiantes que han concurrido a paneles y conferencias y recibido una edición del Código Civil y Comercial de la Nación editado por Infojus.
La actividad central del viernes fue la disertación de Aída Kemelmajer de Carlucci, ex jueza de la Suprema Corte mendocina e integrante de la Comisión encargada de elaborar el anteproyecto de Código Civil y Comercial unificado, que se presentó en marzo de 2012 y el Congreso aprobó el 1 de octubre de 2014 para que comience su vigencia el primer día de agosto último.
Kemelmajer expuso ante un auditorio de medio millar de personas, distribuidas en dos aulas y el hall central del complejo y reiteró su conferencia cuarenta minutos después para quienes no habían podido oírla.
Durante cuarenta minutos, la especialista repasó el corpus de sentencias que distintos tribunales del país resolvieron desde el 1 de agosto, marcando los aspectos en que se traducía la aplicación del nuevo Código y, ante la gran mayoría de veredictos producidos fuera de la Capital Federal, concluyó en que “a este Código lo está llevando adelante el federalismo argentino”. En ese sentido, resaltó y enumeró “muchísimas cosas buenas” que se desprenden de la nueva normativa y “cómo este Código está siendo muy bien aplicado por nuestros jueces, haciendo lo que nosotros (por la Comisión) hemos querido, que es ampliar los derechos de la gente”, entre los que enumeró resoluciones en materia de trasplantes, discapacidad, intervención del Ministerio Público, cuotas de alimentos, divorcios y conformación familiar.
“Lo conoce la gente común”
El primero de los casos enumerados por Kemelmajer fue la innovación introducida por el artículo 67 del nuevo Código, que establece que “cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición ‘de” o sin ella”.
El nuevo derecho, recordó Kemelmajer, no sólo fue reconocido por la Corte en su fallo del 6 de agosto pasado sino que “lo conoce la gente común, a punto tal que en Neuquén, cuando comenzó a regir el Código, dos personas que habían convivido mucho tiempo y decidieron casarse concurrieron al registro y el hombre dijo ‘yo me quiero llamar de González’, o como fuera el apellido de la mujer. O sea: una norma que nosotros creímos que en la Argentina ningún hombre iba jamás a utilizar, fue utilizada en la provincia de Neuquén a poco de andar el Código”.
Caso testigo
En el mismo extenso repaso, Kemelmajer analizó la aplicación del nuevo Código ante un juicio que se tramitó por cuatro años ante “una segunda unión de una señora que tiene hijos de una primera unión, pero que el que era su compañero le administraba los bienes. Esto no tenía muy contentos a sus hijos, que inician un juicio de inhabilitación a la señora con el fin de ser designados ellos como curadores”.
“Después de cuatro años, ante la necesidad de resolver el juicio, el Ministerio Público dice al juez que aunque no tiene indicios de incapacidad de la mujer no tiene tampoco su alta médica, por lo que pide la designación de un sostén o apoyo”, ante lo cual “la Cámara dice que esto es un problema familiar, que se resuelve mejor no con un apoyo ni con un sostén sino con un sistema de mediación con terapia de grupo para que la familia salga adelante”, concluyó en su relato del caso.
“El nuevo lenguaje ha prendido en los jueces”
“Respecto del Derecho de Familia, que es el que ha tenido mayor impacto en la opinión pública, lo primero que debemos señalar en esta jurisprudencia reciente de estos sesenta días (desde que entró en vigencia el Código), es la eliminación absoluta del lenguaje discriminatorio y cosificador. No hay ninguna sentencia de estos sesenta días que hable de ‘concubinato’ o ‘visitas’. El nuevo lenguaje del Código, no discriminador ni consificador, ha prendido en los jueces”, opinó Kemelmajer.
La jurista ejemplificó sus afirmaciones con una referencia al Juzgado “del pueblo donde nací, General San Martín, en Mendoza, donde lo primero que rescata el juez son ‘los principios y normativas del nuevo Código Civil, vigente desde el 1 de agosto de 2015’, que ‘establecen cambios profundos en las relaciones de familia, empezando por el lenguaje’”.
“Una lápida al divorcio contencioso”
“Hay también sentencias que reconocen el trabajo de la mujer en el hogar, como lo dice el Código Civil y Comercial, a los efectos de los alimentos que debe aportar uno y otro progenitor”, indicó Kemelmajer antes de subrayar que “en el Derecho de Familia, no puedo dejar de señalar que los jueces argentinos le han puesto una lápida al divorcio contencioso: no hay más culpas, no quiero jueces vengativos sino jueces que atiendan a la realidad de lo que acontece. Por eso podemos decir que a lo largo y lo ancho del país prácticamente todos los jueces del país están convirtiendo todos los procesos en trámite en divorcios no contenciosos”.
Por otra parte, la especialista remarcó que “los jueces han hecho cosas maravillosas en cuanto a la adopción de integración” y señaló un caso cordobés en que “las partes, conociendo que este Código entraba en vigencia el 1 de agosto, pidieron al juez que no dictara sentencia antes sino después. No sé de otro caso igual, en que se pida al juez que espere a que entre en vigencia otra norma mucho más favorable”.
DK/SH