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A seis meses de que se implementara en la provincia de Buenos Aires el juicio por jurados, el Ministerio de Justicia de la Provincia, a través de la Subsecretaría de Política Criminal, dio a conocer los resultados de una encuesta en la que se dedujo que una vez terminado los juicios,  el 78 % de los jurados manifestó que mejoró –mucho o algo– su imagen sobre la Justicia. El muestreo se realizó en conjunto con los Tribunales intervinientes en cuatro procesos dentro de la Provincia. Las encuestas –previas y posteriores al desarrollo de los juicios– fueron contestadas en forma anónima por convocados para actuar como jurados. Las experiencias que se tomaron en cuenta fueron: un juicio en Junín, dos en San Isidro y otros dos en Bahía Blanca.

Los datos recabados dicen que la mayoría de los jurados (82%) quieren volver a serlo. El dato cobra mayor valor cuando se compara con la reacción al ser notificados que debía cumplir ese deber cívico por primera vez: entre el 40 y 60 por ciento tuvieron sentimientos de preocupación o rechazo.

El tipo de jurado que actúa en los procesos de la provincia está integrado por doce personas que no están relacionadas de forma profesional con el derecho. Este punto fue uno de los que mayores controversias generó cuando se discutió la aplicación de esta modalidad. Los detractores del sistema sostienen que la ausencia de conocimientos jurídicos impediría comprender en detalle el proceso. Según la encuesta, la falta de conocimientos jurídicos no impidió la comprensión por parte de los jurados.

Sólo el 9 por ciento dijo tener algún conocimiento previo sobre proceso penal, sin embargo más del 95 por ciento de los consultados expresó no haber tenido ninguna dificultad para comprender las instrucciones del juez. Y el 93%, además, dijo que no tuvo problemas para comprender las exposiciones de las partes.

Quienes fueron jurado calificaron la experiencia como buena o muy buena. El 95,5% dijo que la experiencia positiva (66% muy buena, 29,5% buena). Un 2,25% la calificó de regular y un 2,25% de muy mala. Además, se pudo establecer que existe un alto porcentaje de compromiso ciudadano: puntualidad, concentración durante el juicio y fluidos intercambios durante las deliberaciones fueron características comunes en los diferentes procesos. Al ser notificados, el 87% de los convocados manifestó que nunca pensó en excusarse.

Junín

Una de las experiencias tomadas para el análisis comenzó el 28 de mayo en Junín. Fue la primera experiencia de ese distrito en este tipo de juicios. El tribunal popular declaró “culpable por lesiones graves” a Ariel Giménez, de 22 años, quien había llegado a esa instancia acusado de “homicidio en grado de tentativa”.

La encuesta, en este caso, arrojó como resultado que el 81% de los jurados encuestados calificaron como buena y muy buena su visión sobre el rol de la Justicia Penal, luego de la participación en el proceso. El dato cobra importancia porque en la encuesta previa, 4 de cada 10 consultados tenía una opinión mala o muy mala. Además, el 82,3% de los participantes destacó que volverían a ser jurados en caso de que se los convocara. En otro de los puntos se reflejó que el 39 % mostró preocupación o rechazo a la convocatoria, percepción que se revirtió una vez terminado el proceso. En la segunda encuesta, realizada una vez terminado el juicio, el 100% dijo que la experiencia había sido buena o muy buena.

Los encuestados eran empleados, amas de casa, trabajadores independientes, comerciantes, docentes, jubilados, médicos y transportistas. La mayoría de ellos de entre 35 y 55 años.

San Isidro

Uno de los juicios tomados en San Isidro inició el 29 de junio y que tuvo sentencia el 1 de julio condenó por unanimidad a José Osmar Zelaya Flecha por el "homicidio simple" de Edgar David Mercado, perpetrado en Derqui casi un año antes.

En este caso, los doce jurados titulares expresaron en la encuesta, una vez terminado el juicio, que no tuvieron ningún tipo dificultados durante el desarrollo del juicio y ni para comprender las exposiciones de las partes. Solo el 5,9 por ciento sostuvo haber tenido dificultades para comprender las instrucciones del Juez.

En relación a a cómo les resultó la experiencia como Jurado, el 58,8 por ciento dijo que fue muy buena, el 41,2 respondió buena. Además, el 93,75 por ciento de los jurados manifestaron que mejoró mucho o algo su opinión sobre la Justicia Penal (Mucho 37,5%; ALGO el 60 %). Comparativamente a lo expresado antes de ser jurados, arrojó que solo el 6,25 por ciento no cambió su opinión.

Bahía Blanca

Entre el 4 y 5 de agosto una mujer acusada de apuñalar a su expareja, fue juzgada en Bahía Blanca en el tercer juicio bajo esta modalidad en ese departamento judicial. En los tres casos los jurados absolvieron a los imputados.

La encuesta determinó que el 100% de los participantes comprendió todo lo referido al juicio y todos, también, sintieron que pudieron aportar en el debate para arribar a la absolución. En cuanto a cómo le resultó la experiencia el 77,8 por ciento la calificó muy buena; el 16,7 buena y el 5,5 regular. El 88,8 por ciento dijo que si volvería a desempeñarse como Jurado en caso de ser convocados.

¿Cómo se conforma el jurado?

Buenos Aires fue la tercera provincia que incorporó el juicio por jurado a su Código Procesal Penal. Previsto en la Constitución Nacional, el sistema funciona en Córdoba desde 2005, y en Neuquén se aprobó en 2011. En Buenos Aires, la propuesta impulsada por el Ejecutivo se sancionó en el Senado el 12 de septiembre de 2013.

Compuesto por doce integrantes legos (esto es: sin formación jurídica) el jurado sólo podrá determinar la inocencia o culpabilidad de un acusado, intervendrá en homicidios, violaciones, lesiones graves y torturas. Además de los titulares, seis suplentes serán elegidos por sorteo del padrón electoral. Los convocados recibirán instrucciones de un juez sobre el encuadre jurídico de la cuestión a resolver. La convocatoria, que es considerada un deber cívico, será compensada con un pago.

Los jurados deberán tener entre 21 y 75 años, entender el idioma y estar en ejercicio de los derechos ciudadanos, además de tener domicilio en el departamento judicial que compete a los hechos, estudios primarios completos y no haber sido condenados con sentencia firme por falso testimonio. Quedan excluidos los funcionarios de los poderes Ejecutivo, Legislativo o municipal, los de entes descentralizados o judiciales, de fuerzas de seguridad, defensa o el Servicio Penitenciario; y los abogados, escribanos y procuradores, los condenados por delito doloso, los ministros de cultos religiosos, ni las autoridades de partidos políticos.

Los jurados quedarán aislados a partir del juramento y no podrán comentar el caso ni escuchar, leer o ver noticias del caso sobre el que deban decidir. Cada miembro votará sobre si está probado o no el hecho material de la acusación y si es culpable o no culpable el imputado. En caso de que el juez estime que el veredicto de culpabilidad resulta contrario a la prueba podrá decretar la nulidad del juicio y ordenar un nuevo debate con otro jurado.

JC/AF