El anestesista cordobés llegó al Sanatorio Santo Tomás para realizar una intervención y amenazó de muerte a sus colegas. Perfil de un hombre que se recibió de médico en el penal, se enlistó en el ejército estadounidense y hoy acumula al menos tres causas penales.
Un anestesista de 46 años está detenido en la ciudad de Córdoba después de amenazar de muerte a sus colegas del Sanatorio Santo Tomás, minutos antes de entrar a la sala de operaciones. Francisco José Sayago llegó a la clínica para realizar una intervención, pero en su bolso llevaba una ametralladora de guerra, cartuchos cargados y un silenciador. El hombre dijo a la Policía que es desertor del ejército de Estados Unidos, donde vivió algunos años, y tiene por lo menos tres causas penales en su prontuario. Está detenido en la cárcel de Bouwer y le harán pericias psiquiátricas.
El personaje parece sacado de una película norteamericana. Ex soldado del ejército estadounidense y con un florido historial criminal, “Frankie” Sayago vive en Córdoba desde hace varios años. Se fue en los ’90, luego de cumplir una condena de diez años de prisión por violar a una adolescente. Beneficiado por la ley del dos por uno, pasó sólo cinco años en la cárcel, donde estudió medicina. Con 26 años, se radicó en Estados Unidos, donde sumó a su prontuario otras dos causas penales, y luego se alistó en el ejército, el que finalmente abandonó. Convertido en desertor, volvió a la Argentina y se instaló de nuevo en Córdoba.
La noche del martes, sus colegas de la clínica Santo Tomás lo esperaban para una operación, pero él estaba demorado. Sayago se desempeñaba como anestesista en ese sanatorio del centro de la capital provincial. Pasadas las once de la noche, él no había llegado y los cirujanos decidieron operar con otro especialista. Según relataron a los medios locales, la decisión enfureció a Sayago, que llegó al sanatorio listo para hacer su trabajo. Rápidamente empezaron las agresiones. Los insultos en un perfecto inglés y los gestos obscenos alertaron a sus compañeros, que sabían que el hombre solía estar armado, y llamaron a la Policía.
El hombre quedó acusado de portación ilegal de armas de fuego calificada como de guerra y amenazas. En el bolso, llevaba una ametralladora 9mm FMK3 y un silenciador, además de un cargador con quince cartuchos, medicamentos, y plata en pesos y en dólares. La causa quedó a cargo de la Fiscalía del Distrito 1, a cargo de José Mana, donde asegurar que nunca vieron un arma de esas características.
“Ahora tenemos que determinar de dónde salió el arma y si él tiene autorización general para portar, aunque para esta seguramente no porque no es un arma civil. A nosotros también nos sorprende, no es para nada común”, dijo a Infojus Noticias una fuente de la fiscalía. En principio, se cree que se trata de un arma de fabricaciones militares nacionales.
Por el momento, Sayago continúa detenido en el penal de Bouwer, al sur de la capital provincial, y será sometido a pericias psiquiátricas para determinar su estado al momento de la agresión a sus colegas. Aún no se le recibió declaración indagatoria, pero está previsto que lo haga en los próximos días. Varios testigos del Hospital brindaron su declaración, aunque el número de testigos podría ampliarse.
En la Fiscalía también buscan confirmar los antecedentes penales, que aseguran se hará a través de las huellas dactilares, tanto en organismos nacionales como internacionales. Lo cierto es que los diarios cordobeses publicaron en 1989 la sentencia que condenó al joven Sayago a diez años de prisión por violar a una adolescente. Entonces, tenía 21 años. Quince años después, un diario del estado de Oklahoma publicaba la noticia de un anestesista de 37 años que había secuestrado a otro hombre para robarle sus zapatillas y su billetera. Era Francisco Jose Sayago. Pocos días después, él y su novia, que también había participado del asalto, quedaban libres gracias al pago de una suma de dinero. En una página oficial del Gobierno de Oklahoma, se lee que Sayago cumplió una condena por tenencias de sustancias ilegales y que se le acusó por intentos de sobornos a jurados.