La madre de Facundo Rivera Alegre, desaparecido hace más de dos años en Córdoba, se reunió con el secretario de DDHH, Martín Fresneda. El funcionario pidió al Poder Judicial de esa provincia agilizar la tramitación de la causa. La familia denunció complicidad policial y judicial.
Desde hace dos años y medio, Viviana Alegre intenta saber qué pasó con su hijo Facundo Rivera Alegre, de 19 años. La noche del 19 de febrero de 2012, el joven salió a bailar y nunca volvió. Le decían el Rubio del Pasaje porque vivía en un pasaje cordobés y tenía el cabello teñido de rubio. Esta semana Viviana vino a Buenos Aires para visibilizar su caso. Se reunió con el secretario de Derechos Humanos de la Nación. Martín Fresneda pidió agilizar la tramitación de la causa. Viviana denunció ante esa dependencia la complicidad policial y judicial en el tratamiento del expediente, hoy en la Cámara del Crimen N°11 de Córdoba. Hay tres imputados que esperan el juicio oral, aún sin fecha. “Lo peor que nos puede pasar es que el gobernador (José Manuel) De la Sota ordene un juicio exprés, porque la sentencia sería sinónimo de impunidad”, dijo Viviana a Infojus Noticias.
Por este caso, la Secretaría de Derechos Humanos de Nación trabajó con el Programa Nacional de Lucha contra la Impunidad (PRONALCI). “Le pedimos al Poder Judicial de la provincia de Córdoba y en particular a la Cámara del Crimen N° 11, celeridad en la tramitación de la causa, con el objetivo de que fije fecha de audiencia lo antes posible. Es para evitar que se dilate por estrategias defensivas que pretendan lograr impunidad", dijo Fresneda.
El funcionario apuntó contra la lentitud de los jueces: "No alcanza con la sospecha de que habría sido incinerado en los hornos de San Vicente. Para confirmar la hipótesis criminal de un homicidio, hacen falta más elementos. Al momento que se inicie la etapa oral y pública del juicio, serán necesarios más aportes de testimonios y pruebas que puedan desenmascarar las redes de complicidad de este crimen".
Un expediente cuestionado
El fiscal que intervino en la causa, Alejandro Moyano –hoy fiscal general de Córdoba- dijo que después de las detenciones, el caso se cerró. Su versión es que Facundo fue al barrio Maldonado a comprar cocaína para los integrantes de una banda de música. Según Moyano, Facundo les habría dado a los vendedores –que son hermanos- un billete falso de cien dólares. Esto habría originado una pelea en la que uno de los hermanos, Kevin, lo baleó en la cabeza. Con el cuerpo envuelto en una frazada, los hermanos –siempre según la versión “oficial”- habrían ido hasta el cementerio. Armando Monjes, un empleado municipal de 35 años, les dijo: “No están dadas las condiciones para hacerlo, hay que aguantarlo en una tumba un tiempo”. Meses después, los ayudó a cremarlo. Así consta en el expediente.
En junio, el juez Gustavo Reinaldi declaró de oficio la nulidad de la elevación a juicio que había dispuesto la fiscalía de Instrucción. Argumentó que la causa tenía "defectos formales". A mediados de agosto, el fiscal Gustavo Dalma elevó la causa a juicio oral. Solo falta que pongan fecha.
Los acusados están detenidos por declaraciones de testigos y escuchas telefónicas. “Nosotros no descartamos nada pero los responsables aún están caminando libres por Córdoba”, asegura Viviana.
La familia cree que todavía falta profundizar en la responsabilidad policial de lo que pasó la noche del 19 de febrero. Por eso la madre está en contra del juicio rápido. Cree que, por esta vía, el caso se resolverá en unas pocas horas y no se ahondará en las complicidades.
Once casos de gatillo fácil en Córdoba en un año
En 2014, Viviana denunció al menos once casos de gatillo fácil en Córdoba. Siempre lleva una lista de treinta nombres, todos varones jóvenes, de clase baja, baleados por la policía cordobesa. Junto a otros familiares de víctimas están convocando a la Marcha de la Gorra para el 20 de noviembre. Buscan visibilizar la estigmatización de las fuerzas de seguridad sobre ese sector de la población.
En la peregrinación por datos y justicia para su hijo, la madre del Rubio conoció a la familia de Luciano Arruga. Trabajaron juntas en casos de violencia institucional y participaron de muchos encuentros. En una de las reuniones por la Marcha de la Gorra, Viviana supo que había aparecido el cuerpo de Luciano. “Sin el cuerpo uno no terminar de hacer el duelo. Y yo necesito hacer ese duelo, saber cómo murió. Sentí impotencia, angustia”, dijo a Infojus Noticias. El Rubio trabajaba como pintor y albañil. Quería estudiar Arquitectura y estaba en pareja con Micaela. Tenían una hija: Rocío, hoy de tres años.