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Infojus Noticias

26-3-2014|8:49|Juicio SaltaProvinciales
El alegato de un padre ante el tribunal que juzga el crimen de su hija

“Exijo conocer las circunstancias en que Cassandre fue masacrada”

Se lo dijo a los jueces Jean Michel Bouvier, padre de una de las turistas francesas asesinadas en 2011. Ayer fue la primera jornada del juicio. Hay cinco imputados: tres por el homicidio, robo y violación de las jóvenes y otros dos por encubrimiento. Solo uno de ellos quiso hablar. “Prefiero un culpable libre que un inocente preso”, dijo Bouvier.

  • Hélene Kottak, la madre Cassandre (de negro) se paró y gritó: “Liberté, liberté”. Fotos: Mariano Armagno.
Por: Matías Máximo, enviado especial a Salta.

De todas las veces que apareció en público, Jean Michel Bouvier nunca se mostró tan próximo a las lágrimas como hoy. 

-¿Tiene un interés especial en el juicio? –preguntó el juez Ángel Amadeo Longarte.

-Sí, puesto que mi hija fue violada, asesinada y su cuerpo fue descubierto el 29 de julio en la quebrada San Lorenzo.

Después de casi tres años de proceso comenzó en la ciudad judicial de Salta el juicio por el crimen de las turistas francesas. El 29 de julio de 2011 los cuerpos de Cassandre Bouvier, de 29 años, y Houria Moumnie, de 23, fueron encontrados en un centro turístico a 12 kilómetros de la ciudad. La reconstrucción dice que Cassandre fue violada por dos hombres, cortajeada con un machete y rematada de un escopetazo en la cara. Houria, después de que un hombre la violara, intentó escapar y le dieron dos tiros en la espalda, que a la hora de agonía le causaron la muerte. Hay tres imputados por el doble homicidio y dos por encubrimiento.

“Señores del jurado, aunque me gustaría haber dicho señores y señoras”, dijo Bouvier y después de narrar entre llantos alguno recuerdos íntimos de su hija hizo un pedido, mirando al tribunal que tenía delante: “Exijo conocer en detalle las circunstancias en que Cassandre fue masacrada, negada en su entidad más profunda, privada de la vida. Porque esta búsqueda de verdad es universal, para todos los hombres y mujeres de buena voluntad, cualquiera sea su patria”. 

Antes de Bouvier declaró Hélene Kottak, la madre Cassandre, y Alienor Bouvier, su hermana dos años menor. Después de escucharlas nadie dudaría: Cassandre era una mujer sensible y valiente, “tenía fe en el futuro recorriendo la naturaleza que tanto amaba”, dijo Hélene y después de contar los recuerdos de su hija y las razones por las que viajó a la Argentina (participar de un congreso en Buenos Aires), se paró y gritó, con el puño cerrado, “liberté, liberté”.

La primera de las veces miró a los jueces, la segunda a los acusados. Después explicó: “Libertad porque soy una mujer libre. Y porque quiero reivindicar la libertad de las mujeres de poder viajar por todas partes sin ser  violadas o destruidas”.

Alienor prefirió hablar sin la traductora. Lo hizo pausado, hasta que las lágrimas la frenaron: “Mi hermana era la persona más importante de mi vida. Era apasionada de las culturas extranjeras y en particular de Argentina, aunque había viajado por varias ciudades latinoamericanas. Ella aprendió castellano sola y había traído mi diccionario para ayudarse con la traducción. Le costaba con la r: no decía gracias, decía ‘glacias’”.

“Me cuesta mucho seguir”, dijo Alienor y leyó un poema titulado “La defensora”, escrito por uno de los profesores que su hermana había tenido en universidad de la Sorbona, en París. Su padre también pidió permiso para leer y puso una poesía dentro de su declaración (escrita por una amiga de toda la vida de Cassandre). Y dijo que el nombre de su hija fue elegido por la oda del poeta francés Ronsard, y que hablar de esa “intimidad del nacimiento” era un gesto de confianza.

Los acusados no declararon

A media mañana, y después de escuchar el informe de instrucción, solo uno de los tres imputados por el doble homicidio y abuso sexual quiso hablar. “No tengo nada que ver en el hecho”, dijo Daniel Vilte Laxi, de 26 años, y denunció que el día que lo detuvieron fue encapuchado con su buzo y recibió “golpes durante varias horas”. 

“Me golpeaban un rato y después me hacían dar vueltas en círculo cinco minutos. Me pedían que confiese y como les decía que no iba a confesar lo que no había hecho me volvían a golpear. También usaron picana. Me dijeron que iban a matar a mi mujer y a mis hijos”, contó Vilte Laxi, que respondió a todas las preguntas y en ningún momento pareció nervioso frente al tribunal de la sala II, compuesto por Longarte y los jueces Bernardo Antonio Ruiz y Carlos Héctor Pucheta.

Cuando le pidieron que diga por qué en su primera declaración había dicho que no se acordaba dónde estaba el día del crimen, Vilte Laxi dijo que “estaba tan golpeado que la cabeza le daba vueltas y no podía recordarlo”.

Los otros dos acusados, Gustavo Orlando Lasi, de 27 años, y Santos Clemente Vera, de 35, permanecieron desde las 9 hasta las 15.30 casi imperturbables. Los dos imputados por encubrimiento calificado, Omar Darío Ramos y Antonio Eduardo Sandoval, siguieron la pose: piedras.

Lahoucine y Zohra Moumni, padre y madre de Houria, fueron más escuetos en sus declaraciones. Los Moumni son una familia humilde que emigró a Francia desde Marruecos y todavía no tienen un francés fluido: “La última comunicación que recibí de mi hija fue un llamado el 15 de julio (el mismo día que se presume murió) y me pidió que le depositara 150 euros en su cuenta ya que había olvidado su dinero en Buenos Aires”, dijo la madre. Ese dinero que Zohra depositó a su hija, nunca salió de la cuenta.

Houria trabajaba en su tesis sobre “Migración libanesa en Argentina” y estaba anotada en la universidad de Mar del Plata para cursar cuatro materias de Sociología. En Francia, había conocido a Cassandre en la universidad.  “Soy hijo de árabes y el motivo que su hija tenia de venir a investigar la inmigración estar tierras me moviliza profundamente”, dijo el fiscal Félix Elías.

“No hice nada porque no soy investigador ni juzgador, a cada persona su lugar” dijo Bouvier. Pero ante la insistencia de los defensores de los acusados, aportó que “las pruebas de ADN en Francia dieron un resultado diferente al de Argentina. Allá se determinó que había ADN de dos mujeres y un hombre que no son ninguno de los determinados en la instrucción que se realizó”.

El padre de Cassandre dijo días atrás: “Prefiero un culpable libre que un inocente preso”, tuvo que ver con una de las últimas fotos que registró la cámara de su hija, donde aparece una mujer con anteojos Ray-Ban.

“Cuando me devolvieron las pertenencias de Cassandre un policía insistió con que esos lentes eran de mi hija, y a pesar que yo le decía que no, él dijo que me los quedara. No puedo probar que son los mismos que tiene la mujer de la foto pero son iguales”, dijo Bouvier y contó que pudo averiguar quién era la mujer de los anteojos, pero que no le corresponde a él decirlo ya que no tiene la total seguridad. “No tengo los medios para hacer una investigación y confío en la justicia de Salta. Me baso en los hechos que vi en el expediente”, cerró Bouvier.

Hoy será la segunda jornada de la instancia oral del juicio por el doble asesinato. Está previsto que declaren 200 testigos a razón de ocho por día, por lo que la fecha de finalización se estipula para el 16 de mayo.

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