Por el crimen del adolescente Brian Hernández, de 14 años. La Cámara Criminal Segunda de Neuquén consideró que el agente utilizó su arma reglamentaria "en forma innecesaria e irracional".
El policía Claudio Salas fue condenado este mediodía en la ciudad de Neuquén a la pena de prisión perpetua por el crimen del adolescente Brian Hernández (14), un caso de "gatillo fácil" ocurrido en diciembre del año pasado. La sentencia fue dictada por la Cámara Criminal Segunda de Neuquén que consideró que el policía Salas, quien no asistió a la audiencia, utilizó su arma reglamentaria "en forma innecesaria e irracional" cuando el vehículo en el que se trasladaba en el asiento trasero el adolescente asesinado, no se detuvo en un control policial.
El 19 de diciembre del año pasado, en una de las barriadas pobres en la capital neuquina, Salas disparó contra la Renault Fuego que aceleró al cruzarse con la patrulla en la que estaba con otros dos efectivos. Esa bala terminó con la vida de Brian, un chico de 14 años que viajaba en el asiento trasero del auto sobre el que Salas gatilló.
Salas reconoció durante las audiencias que disparó e intentó justificarse. Afirmó que creyó haber visto que dentro del automóvil alguien empuñó un arma, pero no que tres chicos viajaban en el asiento trasero. En la sentencia los jueces condenaron al policía por el delito de "homicidio calificado” porque siendo integrante de la fuerza abusó de su función y con “violencia mediante” empleo el arma reglamentaria para cometer el delito.
El testigo clave que fue asesinado
Fuera del edificio, una multitud esperaba la salida de los familiares de Brian para marchar hasta la casa de gobierno. Entre ellos, estaban los familiares de Gustavo "Willy" Gutiérrez, un joven que manejaba el automóvil atacado por Salas en diciembre de 2012. Su testimonio fue vital, y también habló sobre el acoso policial que toleran los jóvenes en la zona bajo jurisdicción de la Comisaría 18. Veinticuatro horas después, el 29 de noviembre, lo acribillaron frente a la casa de su novia, en el barrio Almafuerte. Mientras se desangraba alcanzó a decir el apodo de su asesino: “el Gordo”, apodo con el que se conoce en el barrio a José Sebastián González.
La causa por el asesinato de Willy quedó en manos del fiscal Maximiliano Breide Obeid que confirmó a Infojus Noticias la detención de González y otras dos personas (uno menor de edad) por el asesinato del testigo. Ayer a las tres de la tarde, los atraparon en un paraje rural cerca de la localidad de Zapala, mientras intentaban huir en el mismo vehículo desde el que le habrían disparado a Willy. “González intentó fugarse, pero lograron detenerlos y mañana los tres serán convocados a prestar declaración indagatoria”, dijo Breide Obeid.
Los hermanos de Willy denunciaron que su asesinato está vinculado a la denuncia por el accionar policial que realizó durante el juicio por el asesinato de Brian, pero el fiscal aún no sigue esta línea de investigación. La novia de Willy y su madre, declararon que al acercarse al joven cuando este estaba en el piso, él les susurró que había sido “el Gordo”, un vecino de la zona al que Willy habría baleado en febrero pasado por “una cuestión de drogas”.
Gutiérrez le habría disparado a González con un arma nueve milímetros. El Gordo estuvo 72 días internado, y cuando salió fue citado dos veces por el juzgado para que ratificara la denuncia y no se presentó. El fiscal que ahora investiga el asesinato de Willy pidió este expediente, donde se había librado una orden de averiguación para que el Gordo se presentara a completar la denuncia. A esta causa, se suman las que el fiscal pidió a otras instancias de la justicia provincial donde González es investigado por tenencia y portación de armas y las que pidió en la justicia federal, para saber si estaba siendo investigado en causas por narcotráfico.
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