Lo dijo el vicegobernador de Misiones Hugo Passalacqua durante el encuentro “La sociedad le habla a la Justicia” en Posadas, donde durante todo el día más de 300 personas debatieron sobre la reforma judicial.
Posadas, vista desde el cielo, es una mancha urbana en la gran extensión de tierra roja. La provincia de Misiones tiene 3 millones de hectáreas y esta es una ciudad pequeña, al filo de la frontera con Paraguay. El encuentro "La sociedad le habla a la Justicia" se hizo en el camino al Centro de Convenciones, a unos pocos kilómetros del centro de la ciudad. Allí, una estructura de cemento recuerda que en ese lugar funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura militar. Ese fue el escenario del encuentro federal para discutir con referentes regionales la democratización de la Justicia.
Durante todo el día, unas 300 personas debatieron distintos aspectos relacionados con la reforma judicial. La apertura estuvo a cargo del vicegobernador de la provincia, Hugo Passalacqua. Para el cierre tomaron la palabra Ernesto Kreplak, subsecretario de Coordinación y Control Registral del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos; y Edmundo Soria Vieta, ministro de Derechos Humanos de Misiones. El debate central se desarrolló en tres mesas. Una síntesis de las exposiciones se puede leer aquí.
Por la tarde, mientras los asistentes tomaban la merienda en medio de canciones de Divididos, Babasónicos y Los Redondos, quedaban flotando algunas de las palabras escuchadas durante el día. La pregunta del delegado sindical, Roque Pereira, ¿Cuántos jueces son hijos de la clase trabajadora? La reflexión de Diego Segovia del RENATEA, sobre dar la necesidad de dar la discusión sobre la democratización de la Justicia “no sólo en esas cajas de cristal que son los colegios de abogados, sino en cada barrio” o la declaración de Zaida Gatti, titular de la Oficina de Rescate a las víctimas del Delito de Trata de Personas: "no queremos una Justicia que de la espalda a la sociedad ni a las víctimas".
Y las palabras de Edmundo Soria Vieta, ministro de Derechos Humanos de la provincia, en una pequeña intervención en la primera mesa de debate, en el momento de las preguntas, cuando dijo que los grandes desafíos de Misiones se encuentran en la Justicia Federal. Por un lado el delito de trata de personas con fines sexuales (Misiones es una de las principales provincias de captación de víctimas en las redes de trata, apuntó hoy Zaida Gatti) y también con fines de explotación laboral, en lo que concierne al trabajo en la cosecha de la yerba mate. El tercer desafío, los juicios por delitos de Lesa Humanidad.
Antes de que empiece la mesa de cierre, los jóvenes del público cantaban a la presidenta: “Te juro que en los malos momentos, los pibes siempre vamos a estar”. Estaba llegando el final de una jornada larga y la locutora propuso un aplauso para “ustedes, los militantes de alma”.
Soria Vieta también empezó el discurso felicitando a los jóvenes. “Es una época para debatir sin temor. Los que sufrimos aquella etapa tan triste, hoy valoramos de manera inmensa estar en un ámbito como este. La política no es para los tibios y quiero reivindicarlo: hay que hacer política”. Soria Vieta, quien también fue preso político durante la dictadura, cuenta que “desde 2007 esta provincia tiene la única área de Derechos Humanos con status de ministerio en todo el país”.
El ministro afirmó que “el Estado tiene que cumplir con los compromisos internacionales y yo creo que en la actualidad, cuando un país no está ni en guerra ni bajo una dictadura criminal como la que tuvimos, quien más vulnera los derechos humanos, por acción o por omisión, es el mismo Estado”. Y explicó que Misiones tiene los índices más altos de embarazo adolescente. Por eso, dijo, “nuestro enemigo no es la oposición sino la pobreza”.
Luego de recorrer las disparidades de la justicia provincial cuando le toca intervenir en conflictos entre latifundistas y trabajadores, afirmó: “los jueces tienen una mirada dogmática: no toquemos la propiedad privada porque se cae el capitalismo. ¿Quién le va a ganar? ¿El pobre que no tiene para el pasaje de colectivo va a contratar un abogado cuando ellos, los dueños de la tierra tienen staff de abogados?"
La última palabra la tuvo Ernesto Kreplak, subsecretario de Coordinación y Control Registral del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. “Necesitamos generar la discusión y la conciencia que se reclamó en este encuentro durante todo el día. Estos encuentros federales son una muestra del poder de articulación del gobierno nacional con las 23 jurisdicciones provinciales”.
Kreplak afirmó que “el concepto de Justicia Social -que es retomado hasta por el Papa Francisco- parece estar desvinculado de la Democratización de la Justicia. Justicia Social expresa una conflictividad: para darle a algunos hay que quitarle a otros”. El subsecretario afirmó, en el mismo sentido, que “están en discusión dos formas de entender la política: el gobierno nacional da las discusiones y dice explícitamente lo que quiere hacer, otros hacen gestos mirando las encuestas”.
En el final de su exposición, Kreplak reflexionó sobre la historia del poder judicial. “Me parece importante tener en cuenta que las características medievales del poder judicial todavía se mantienen. ¿Qué implica esto? Es lento, no es un discurso que tenga capacidad para resolver los problemas cotidianos de la gente. Es un poder que casi no rinde cuentas y por eso los casos de destitución son excepcionales. A esto podemos sumar que más del 60% de las personas privadas de libertad en Argentina están en la cárcel como medida preventiva y no porque haya condena. Y el largo plazo, la larga permanencia en los cargos, con el que trabaja la corporación judicial. Por eso la elección de los integrantes del Consejo de la Magistratura intenta poner un freno a eso. Todo esto concluye en esa frase del sentido común que dice que “a la gente no le interesa la Justicia”. Bueno, hubo un trabajo de ocho siglos para que a la gente no le interese la Justicia”.
Esa intervención se cerró el encuentro federal “La sociedad le habla a la Justicia” en la ciudad de Posadas, con el aplauso de los asistentes y con la consigna propuesta por Kreplak: “militar para recuperar la palabra Justicia que fue secuestrada por la corporación judicial”. La foto final, con todos los asistentes sosteniendo en alto los proyectos de ley de la reforma judicial y los cantos que afirman que “Néstor no se fue porque hay quienes lo llevan en su corazón”.
-La justicia como concepto y como institución
Hoy por la mañana, mientras los participantes esperaban en las pantallas se mostraban los spot publicitarios sobre Acceso a los Justicia, el Delito de Trata de Personas y Democratización de la Justicia. A las 10:45 la voz de la locutora invitó a los más de 300 asistentes a “ingresar al salón Eva Perón para dar inicio a la jornada”. El primero en tomar la palabra fue el vicegobernador de Misiones, Hugo Passalacqua. “Como ciudadano uno va, despacito, abriendo la cabeza", dijo. "En el aparato judicial, como en todas las instituciones (partido políticos, iglesia, etc.) fluyen valores, entre ellos el de Justicia. Y si ese aparato no se acomoda a su entorno, como sociedad estamos en un gran problema. Hay un conservadurismo que no permite la adecuación de esa institución a la cultura”
“La institución judicial", dijo, "queda por un lado y el concepto de Justicia por el otro. Sin ser apocalíptico, digo que hay que tener cuidado con que la sociedad no termine hartándose de leyes intolerables".
A lo largo del día hubo tres paneles con especialistas que debatieron sobre las leyes de democratización de la Justicia que fueron aprobadas por el Congreso nacional, la trata de personas y los juicios de lesa humanidad. Entre otros ejes, se expuso sobre el ingreso democrático al Poder Judicial y la transparencia en la Justicia; la agilización de la Justicia a través de las nuevas Cámaras de Casación; el uso de las cautelares y la defensa de los intereses del Estado, y el nuevo Consejo de la Magistratura y la participación popular.
El Congreso se inscribe en una serie de Encuentros Federales que la cartera de Justicia y Derechos Humanos organizó en distintas provincias del país.