Vanesa Barrios y Jésica Lloan fueron detenidas en el marco del operativo "Los Patrones", que ordenó la justicia federal. Se trata de las parejas Ariel Cantero y Emanuel Chamorro, los cabecillas de la organización narcocriminal. Para los investigadores las mujeres se encargaban de la parte logística del negocio que seguían comandando Cantero y Chamorro desde la cárcel.
Domingo, día de visitas en el penal de Piñeiro, a unos 14 kilómetros de Rosario. Vanesa “La Vane” Barrios, pareja de Ariel “Guille” Cantero -jefe de la banda Los Monos-, llegó poco después del mediodía con sus dos hijos pequeños. Entregó las llaves del VW Gol Trend que había estacionado afuera, sus documentos y los de los chicos. Después de pasar el primer control quedó detenida: la Justicia Federal la acusó de formar parte de una organización dedicada al tráfico, fabricación yelaboración de estupefacientes con fines de comercialización que lideraba el padre de sus hijos desde la cárcel. Junto con ella, cayeron otras once mujeres vinculadas a la familia Cantero que habían quedado a cargo del negocio tras la captura de los líderes.
El traslado de Vanesa se demoró unas horas. “Hubo que esperar que una hermana suya se hiciera cargo de los chicos”, contó una fuente de la investigación a Infojus Noticias. Ese mediodía, en el mismo penal, también detuvieron a Jésica Ayelén Lloan, alias Jessi, esposa de Emanuel “Ema” Chamorro, otra de las primeras líneas de Los Monos que está detenido en el mismo penal que Cantero, pero en un módulo diferente.
Las detenciones formaron parte del operativo “Los Patrones”: desde la madrugada de ese domingo, unos 300 efectivos de la policía Federal hicieron 44 allanamientos ordenados por el juez federal Marcelo Bailaque a pedido del fiscal Marcelo Degiovanni y del titular de la Procuraduría contra la Narcocriminalidad, Diego Iglesias. Secuestraron 11 kilos de cocaína, 700 de marihuana, nueve de precursores químicos y 1 kilo de pasta base. La causa tiene 22 detenidos –y otros cuatro imputados que están en libertad.
Operativo "Los Patrones": la Policía Federal secuestró 700 kilos de marihuana y 11 de cocaína
Vane y Jessi: las mujeres al mando
La hipótesis de los investigadores es que la organización funcionaba a través de dos líneas: Guille Cantero manejaba el negocio la cocaína y Ema Chamorro el de la marihuana. Los jefes coordinaban desde los módulos del penal Piñero a través de celulares y un teléfono fijo de línea, (que encontraron en la celda de Chamorro) la compra de mercadería, el pago a proveedores y la distribución. La parte operativa estaba a cargo de sus parejas.
Vane y Jessi, a su vez, mantenían una aceitada comunicación entre ellas. “Este vínculo no puede ser entendido como una mera relación comercial ejecutada aisladamente entre dos personas, sus familiares y colaboradores más cercanos, sino que -por el contrario- se advierte de esos diálogos que entre ambas existe un nexo articulado que posibilita, en definitiva, la existencia y perennidad de la organización, lo cual garantiza mantener la hegemonía territorial de la que parece gozar”, sostuvieron en los fiscales en el dictamen que entregaron al juez Bailaque.
La Vane y la cocina de cocaína
En la calle, el negocio de la cocaína estaba en manos de Vanesa. Se encargaba de retirar la mercadería, arreglar los pagos y llevar las cuentas de la banda. Su tía Gladis Barrios, alias “Kiki”, algunas de sus primas y otros que estaban por debajo suyo en el organigrama de la banda, se hacían cargo del fraccionamiento y la distribución en los puntos de venta.
Otras de las responsabilidades de Vane era la comunicación con el “Viejo” Horacio Luis Castagno, el “cocinero” de Los Monos, aunque a veces delegaba esa tarea a su tía Kiki. Varias de esas conversaciones forman parte del expediente.
—¿Viejo ya está la especial? —preguntó Gladis al Viejo —necesito que me traigas cincuenta [...] y cincuenta de la pura [...]
Unas horas más tarde lo volvió a llamar:
—Escuchá. Cincuenta de escama [...] y ciento cincuenta de especial. Fijate que la escama esté en piedra.
“Los pedidos iban cambiando. A veces lo llamaban y le pedían cocaína de mayor calidad, otras más rebajado”, contaron los investigadores.
El domingo a la madrugada los agentes de la Federal allanaron el departamento del 4 piso de un edificio de Corrientes al 1900, en el centro Rosarino, que pertenecía al Viejo. Encontraron un kilo de pasta base y nueve de precursores, lo que permite afirmar casi con seguridad que ahí funcionaba una cocina de cocaína. “Se encontró acetona, que es un precursor usado para la producción de clohoridrato de cocaína, y otros como Lidocaína o fenacetina, que son usados para el estiramiento”, detallaron los investigadores.
La mamá de Los Monos
El domingo, la policía llegó hasta Caña de Ámbar al 1800, en el barrio La Granada. Buscaban a Patricia Celestina Contreras, alias “La Cele”, madre de Guille Cantero, el asesinado Claudio “Pájaro” Cantero y su hijo de crianza Ramón “Monchi Machuca”, prófugo desde hace casi tres años. Los investigadores creen que la mujer de 48 años era un eslabón importante en la organización, que mantenía vínculos directos con su hijo preso y su nuera. “Estaba al tanto de todas las decisiones que se tomaban respecto a las drogas”, explicó una fuente con acceso al expediente. Las “maniobras vinculadas con la compra de estupefacientes se realizaban bajo la supervisión y a sabiendas de Patricia Celestina Contreras”, sostuvieron los fiscales en el pedido de detención.
La casa de Caña de Ámbar ya había sido allanada tres años atrás, cuando la Justicia provincial avanzó contra el clan de los Cantero en una causa iniciada por un homicidio. En septiembre de este año, en un juicio abreviado, aceptó una pena a tres años en suspenso por los delitos de asociación ilícita y tenencia de armas de fuego.
La Jessi y el camión de marihuana
La investigación que concluyó en el operativo “Los Patrones”, había comenzado un año y medio atrás en un punto de venta en Laprida y Chávez, en la zona sur de Rosario. Junto a las vías del ferrocarril, un grupo de jóvenes se reunía a las 16.30 en invierno y un poco más tarde en verano. Primero llegaba un chico que verificaba la seguridad del lugar. Otros dos funcionaban como satélites, dando aviso si veían movimientos extraños. Un cuarto joven llegaba con una mochila y se ponía a vender. A partir del seguimiento, la Justicia llegó a otro punto de venta en el frente de un pasillo de Platón al 1400.
A partir de escuchas telefónicas y seguimientos, los sabuesos completaron la estructura de la organización y llegaron a los jefes. Esperaron el momento de actuar. “Notamos que iba a venir un cargamento del norte, estaban juntando la plata para pagar la mercadería. Se consensuó esperar la bajada del camión para hacer los allanamientos”, contó una fuente de la investigación a Infojus Noticias.
La madrugada del domingo, unas horas antes de la detención de la Vane, la policía interceptó en la localidad chaqueña de Santa Sylvina un camión que había partido de Corrientes. En un doble fondo, los policías encontraron 300 kilos de marihuana que tenían como destino la ciudad de Rosario. Quedaron detenidos el chofer del camión, una mujer que manejaba un auto que lo acompañaba y el encargado del galpón de Corrientes en el que habrían cargado la droga.
El traslado había sido planificado por Ema Chamorro detrás de los muros del penal de Piñeiro. “El pago lo iba a hacer Jesica, el camión iba a bajar la mercadería en un galpón de Ibarlucea (a 12 kilómetros de Rosario)”, contaron los investigadores.
El golpe a Los Monos
Con los jefes y sus mujeres tras las rejas, al clan de los Cantero se le abre frente de batalla inédito: la Justicia Federal. Pese a las causas por crímenes, asociación ilícita y tenencia de armas en la justicia provincial, la banda no tenía investigaciones en su contra por narcotráfico en Rosario. “Hay elementos más que suficientes para demostrar que los Cantero es una organización narcocriminal”, explicó en conferencia de prensa el secretario de Seguridad Sergio Berni, que logra despedirse de su gestión con un golpe a la banda que los medios convirtieron en la más famosa del país.