La jueza Roxana Bernardelli le otorgó la prisión domiciliaria a las dos personas que estaban detenidas desde agosto, informaron fuentes judiciales a Infojus Noticias. El joven de 18 años fue linchado en marzo por vecinos del barrio Azcuénaga de Rosario. Lo acusaban de haber robado un bolso. Lo golpearon y murió después de cuatro días de agonía.
A casi siete meses después del asesinato de David Moreira, el joven de 18 años linchado por los vecinos del barrio Azcuénaga de Rosario, la jueza Roxana Bernardelli le otorgó la prisión domiciliaria a las dos personas que estaban detenidas desde agosto, informaron fuentes judiciales a Infojus Noticias. El 22 de marzo, unas cincuenta personas acusaron a David de robar un bolso y lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Murió después de cuatro días de agonía.
El 23 de septiembre, la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) de la policía detuvo a Gerardo Gutiérrez y Nahuel Yamil Pérez. Fue después de trabajar en cinco allanamientos ordenados por el fiscal de Homicidios Florentino Malaponte.
Cuando fueron detenidos, las defensas de los dos imputados habían rechazado la prisión preventiva y ofrecieron una serie de garantías para que permanezcan en libertad en el transcurso de la investigación. Pero en ese momento, la jueza Bernardelli, rechazó ese pedido y efectivizó la prisión preventiva a los imputados por 40 días.
En el expediente constan las declaraciones de unos veinte testigos presenciales. Uno de los que declaró fue Isaías Ducca, que estuvo junto a Moreira el día que lo mataron. La tarde del 22 de marzo pasado, los dos jóvenes, después de arrebatarle desde la moto la cartera a una chica, fueron perseguidos por un grupo de vecinos por calle Liniers hasta la esquina de Marcos Paz. David dobló con la moto hacia el este, Isaías corrió hacia el oeste.
“El chico declaró que hasta el momento en que se separaron, a David no lo habían atrapado. Por eso creemos que los que lo detienen son unos hinchas de Central que estaban frente al club Amistad y Unión, por Marcos Paz, que hacían tiempo para ir a la cancha”, contó el abogado de la familia de la víctima, Norberto Olivares.
A David le pegaron con tanta saña que el joven quedó tendido inconsciente sobre el asfalto, con la remera blanca y el cuerpo llenos de sangre. El chico, herido, fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde murió días después.
La víctima trabajaba como peón de albañil y no tenía antecedentes penales. “Mi hijo no era un delincuente, se levantaba a las seis de la mañana y se iba a trabajar todos los días. Volvía a las cinco de la tarde”, reclamó Lorena, su madre, durante el entierro en el cementerio La Piedad. “Esto no tiene que quedar impune”, pidió Alberto Moreira, el padre.