Le dieron reclusión perpetua a Juan Carlos Cardozo, por asesinar a la hija, la hermana y la abuela de su exmujer en Benavídez. Su expareja, que está embarazada de él y declaró "haberlo perdonado", será investigada.
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de San Isidro condenó a reclusión perpetua más accesoria por tiempo indeterminado (la pena más alta del código) a Juan Carlos Cardozo, acusado de haber asesinado a la hija, la hermana y la abuela de Romina Martínez. En en ese momento estaba separado de Romina pero ahora están en pareja nuevamente y esperan su segundo hijo. El tribunal también ordenó que se investigue si Martínez tuvo participación en el crimen como cómplice o instigadora.
Los jueces Eduardo Enrique Lavenia, María Coelho y Victoria Díaz García Maañón, condenaron de forma unánime a Cardozo (25) por "homicidio agravado por alevosía (dos hechos) y homicidio agravado criminis causa". Cardozo no estuvo presente durante la lectura de la condena. Sí lo hicieron sus familiares y los de las víctimas.
El 27 de agosto del año pasado, en la localidad de Benavídez, Cardozo asesinó a Nilda Ludovica Ham (76), María Florencia Martínez (15) y Marisol (6), abuela, hermana e hija (de una pareja anterior) de Romina Martínez (27). Durante el juicio, Cardozo dijo que al momento de los crímenes “estaba poseído” y que una voz grave y en portugués le ordenó que lo hiciera.
Antes del juicio Martínez lo perdonó y ahora esperan un segundo hijo. Ella será investigada por la Justicia tras una presentación que el fiscal hizo en pleno juicio. Se sospecha su rol como instigadora, encubridora y/o partícipe de los hechos. Para la investigación sobre el rol de Romina Martínez en el crimen, la causa será remitida a la fiscalía de Benavídez.
El fiscal también aseguró que tenía perfectamente acreditado que Cardozo “obró perfectamente consciente y con la perversidad necesaria”. Juan calificó las pericias psicológicas como “lapidarias”.
Los homicidios agravados fueron los de Ham y Marisol. La mujer tenía 76 años y dificultades para caminar como consecuencia de un acv y la nena estaba durmiendo cuando Cardozo la ahorcó. Ambas estaban en un estado total de indefensión. La justicia consideró que el crimen de María Florencia Martínez fue para ocultar los dos delitos anteriores (homicidio criminis causa).
El día de los alegatos Jorge del Río, abogado defensor de Cardozo había pedido la absolución de su defendido. Dijo que el acusado “no pudo dirigir sus acciones al momento de los hechos”, por lo que, a su juicio, sería inimputable.
Si bien no se pudo determinar el móvil del crimen, una de las versiones que sobrevolaron el caso y que dejaron trascender fuentes de la justicia, es que Ham, que habría tenido una excelente relación con Cardozo, les habría dicho que les iba a regalar la casa a él y a Martínez cuando muriera.