María Marta Miguens volvió a la casa en la que vivió con su pareja para retirar sus documentos, en junio de 2013. Él la golpeó. Cuando fue la policía, la detuvo y también la agredió. Y una jueza, la semana pasada, la condenó a dos días de cárcel y a pagar una multa por disturbios.
El extraño viaje de María Marta Miguens por la justicia empezó hace apenas más de un año. Estaba alojada temporariamente en un hogar para víctimas de violencia de género, a causa de las palizas que le daba su marido, Ismael Lorenzo. El 6 de junio de 2013 volvió a la casa donde hasta un mes antes había vivido con él, a buscar sus documentos. Volvió a encontrarse con su esposo y con la hija de él. Entre ambos empezaron a golpearla. En medio del ataque Miguens -que había denunciado varias veces a Lorenzo por violencia- alcanzó a llamar a la policía. Los oficiales que llegaron, dos hombres y una mujer, la redujeron a los golpes y se la llevaron detenida. Ahora la jueza de paz Delma Capobianco, que había recibido las denuncias de Miguens contra Lorenzo, la condenó a dos días de cárcel y a pagar una multa por disturbios en la vía pública por este hecho.
“Cuando me enteré de la sentencia fue como si hubiera vuelto a vivir ese calvario y a estar en ese calabozo, como hace un año”, dijo María Marta a Infojus Noticias. Los hechos ocurrieron en Saladillo. “Cuando los oficiales la tiraron contra el piso para reducirla, ella se dio un golpazo en la cabeza. Ellos se asustaron, por eso la llevaron al hospital Dr. Posadas, de Saladillo, donde trabaja”, relató Graciela Achabal, su abogada. “Le hicieron hacer una placa y como la radióloga les dijo que no había fractura, se la llevaron a la comisaría sin siquiera hacerla ver por la médica de guardia”, agregó la abogada.
Según su relato, ahí María Marta quedó alojada en un calabozo de hombres, "descalza, toda embarrada, porque su casa estaba sobre una calle de tierra y como la sacaron a la rastra se embarró y la dejaron ahí, sin estufa, entre 8 y 10 horas". Durante esas horas no se dio intervención a la justicia pero sí se le labró a Miguens un acta contravencional.
En el acta la policía aseguró que durante una ronda de rutina recibieron un llamado de alerta desde el número de emergencias local que avisaba sobre un conflicto familiar. “En el acta ya hay una contradicción importante”, agregó Achabal. Los policías asentaron disturbios callejeros y dejaron escrito que debieron entrar y sacarla de su propia casa.
La semana pasada María Marta supo que a raíz de ese papel la juez Delma Capobianco la condenó a dos días de cárcel y al pago de una multa de 1440 pesos, teniendo en cuenta el artículo 74 de la ley 8.031. Para Capobianco, María Marta no fue víctima de violencia de género, ni institucional sino infractora del artículo que sanciona a quienes: "con ruidos de cualquier especie, toques de campana, aparatos eléctricos o ejercitando un oficio ruidoso, de modo contrario a los reglamentos, afecten la tranquilidad de la población”.
“La jueza dio por sentadas las versiones de las cinco personas que la golpearon”, explicó Achabal y destacó que Capobianco es la misma magistrada frente a la que María Marta había denunciado en varias oportunidades violencia familiar. Resaltó que durante la audiencia de descargo, la auxiliar de la magistrada le dijo que ella, junto a la jueza, “habían hecho todo lo posible para ayudarla -en referencia a las denuncias previas que le habían tomado-, y que María Marta había regresado por su cuenta a la casa donde la maltrataban. Parecía que era culpable por recibir la golpiza”, resaltó Achabal.
Para la abogada, Capobianco “reconoció que tenía conocimiento de la violencia familiar a la que era sometida María Marta, pero hizo una interpretación discrecional, como si fueran hechos independientes”. “No tomó en cuenta las denuncias que había contra ellos cinco por “privación ilegítima de la libertad, abuso de autoridad y lesiones”, agregó Achabal, quien en los próximos días apelará la medida de la jueza.